Hace casi un año entrevistamos a Lucas Blanch Queral, un sacerdote de Castellón que lleva más de 15 años como misionero en Colombia, anunciando el Evangelio y asistiendo a los más pobres de la capital, concretamente en la parroquia de Santa Teresa de los Andes.
Hoy volvemos a hablar con él, pues las cifras de pobreza en Colombia son preocupantes, un país que además vive una gran oleada de protestas y de violencia, y los datos de fallecidos y de contagios a causa del Covid-19 son alarmantes (a día de hoy registra un total de 88.282 fallecidos). Ante ello, Lucas afirma sentirse “muy contento de estar en misión entre los más pobres”.
La violencia desatada a causa de la reforma tributaria deja centenares de heridos y decenas de muertos, ¿cuál es la situación a día de hoy?
Como bien han podido seguir en las noticias, la situación en Colombia estos días ha sido bastante difícil. La reforma tributaria se ha paralizado, pero con estas manifestaciones siempre hay personas que usan de la violencia, sobre todo contra entidades públicas. Han sido varias las estaciones de policía en la ciudad y muchas las de transmilenio (el bus urbano) que han sido totalmente destruidas en Bogotá, por ejemplo.
Pese a que se envía un mensaje a la nación de que la violencia no es el camino para construir un mejor porvenir, y pese a que muchos son los que buscan las vías pacíficas de diálogo, lamentablemente los que usan de la violencia hacen más ruido.
En relación a la pandemia, ¿cómo está hoy Colombia?
En los meses de abril y mayo ha habido fuertes rebrotes de COVID en diferentes zonas del país. En este momento, las UCIS en Bogotá están al 95% de su capacidad, y pese a que se ha decretado cuarentena estricta durante los fines de semana en varias ciudades del país ha sido muy difícil hacer descender el número de los contagios y los enfermos de gravedad.
A través de una carta dirigida a los participantes de la XXVII Cumbre Iberoamericana, el Papa Francisco reitera que la inmunización extensiva contra el Covid-19 debería ser considerada un “bien común universal”, y pide más solidaridad entre los países para garantizar una distribución equitativa de las vacunas, «no basada en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente los más vulnerables». ¿Están llegando las vacunas?
Pensamos que las naciones han escuchado al Papa Francisco en esta palabra que ha dado al mundo. En Colombia la vacunación va adelante, de forma lenta pero constante. En este momento están recibiendo la vacuna las personas en el rango de edad de los 60 a los 65 años, y ya todos los que trabajan en el ámbito de la salud ya la han recibido.
Ante la pobreza, la violencia y el coronavirus, ¿cuál está siendo el papel de la Iglesia colombiana?
La Iglesia ha sido de un apoyo importante para el país en cuanto a ayudas sociales a las familias que por las cuarentenas y la misma situación de inseguridad frente al virus han quedado sin empleo. En Colombia las familias no cuentan como en España con la ayuda del “paro” a modo de subsidio económico del estado, por eso cuando quedan desempleadas la situación para ellas es crítica.
La Iglesia ha predicado la llamada del Señor a poner nuestra vida y nuestra confianza en Él, que es lo que verdaderamente permanece, y ha dado consuelo y apoyo a los más necesitados.
Estás anunciando el Evangelio entre los más pobres, ¿cuál es exactamente tu misión allí?
Estoy muy contento de estar en misión entre los más pobres, no solo económicamente hablando, sino también cultural y socialmente. “De ellos es el Reino de los Cielos”, dice el Señor. Mi misión consiste en las celebraciones litúrgicas en la parroquia, que nació hace poco más de 4 años, acompañar espiritualmente a las familias, jóvenes y niños, y en realizar labores sociales de formación y sostenimiento de estas personas que encuentran en nosotros un gran apoyo.
Concretamente, hacemos jornadas de oración en aquella zonas más apartadas y vulnerables del sector, distribuimos alimentos, impartimos clases de música, de inglés y lecto-escritura en la parroquia, hacemos convivencias dinámicas con niños y jóvenes, encuentros artísticos, cineforos, teatro… con el trasfondo en todo del amor de Dios.
¿Algún mensaje o petición para la gente que nos lea?
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a aquellos que nos han apoyado económicamente desde la Diócesis de Segorbe-Castellón para que nuestra parroquia pueda ayudar a los más necesitados. También estamos construyendo nuestra parroquia, que nació hace 4 años, y les agradecemos su apoyo.
Como petición dos cosas: oración por nosotros, y si alguno deseara apoyarnos en nuestra labor lo puede hacer a través de la oficina de las misiones diocesanas.
¡Que Dios los bendiga!