La Cuaresma, recién comenzada, es un tiempo de gracia y de salvación, que nos conduce a las celebraciones pascuales. Este tiempo nos llama a renovar nuestra fe y vida cristiana, personal y comunitaria, a saciar nuestra sed con el “agua viva” de la esperanza y a recibir con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo. En la noche de Pascua renovaremos las promesas de nuestro Bautismo, para renacer como hombres y mujeres nuevos, gracias a la obra del Espíritu Santo.
Dios es misericordia. En su Hijo Jesucristo, la misericordia encarnada, Dios nos espera siempre, sale a nuestro encuentro, se hace cercano a todos los hombres y nos reconcilia consigo, con nosotros mismos, con el prójimo y con toda la creación. En la persona de Cristo, Dios no deja de llamarnos e invitarnos a recuperar o intensificar la amistad con Él. Tan sólo tenemos que responder a sus invitaciones y abrirle nuestro corazón, para recuperar nuestra amistad con Dios, ser perdonados, reconciliados y sanados.
El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1-18), son los santos medios que nos propone la Iglesia para intensificar la vida del espíritu en este tiempo cuaresmal y que nos preparan para el encuentro salvador con Dios; son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. Ese triple ejercicio nos ayuda a que el paso de Dios por nuestras vidas en la cuaresma no sea en vano. Es verdad que sabemos que la Iglesia nos propone estos medios para la Cuaresma. Pero ¿los consideramos como algo trasnochado o, por el contrario, los acogemos cordialmente como medios necesarios para nuestra renovación espiritual? ¿Sabemos ir más allá de su mero cumplimiento?
La oración cristiana es estar y hablar con Dios. Como dice Sta. Teresa de Jesús, la oración es “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”. Y ‘tratar de amistad’ y ‘tratar a solas’ implica buscar estar a solas con Aquél que “sabemos nos ama”. Quien está a solas y en silencio con Dios, se deja hablar e interpelar por Él. Dios nos habla de muchas maneras: a través de las personas, de los pobres, de los acontecimientos de cada día, pero sobre todo y de modo especial por su Palabra: por su Hijo, Jesús, que es la Palabra encarnada, y por su Palabra escrita, contenida en la Sagrada Escritura que nos llega en la tradición viva de la Iglesia. La oración personal es una práctica vital para nuestra vida espiritual; es como la respiración de nuestra alma. Si nos falta la oración, la muerte de nuestra alma está asegurada. Sería bueno proponernos para esta cuaresma momentos precisos de oración, a poder ser al comienzo de cada jornada, antes de cualquier otra acción, sirviéndose del Evangelio del día. Tonificados por la oración, el día y el trabajo, nuestras relaciones en la familia, en el trabajo o en el ocio serán distintas.
Junto a la oración, el Señor nos propone el ayuno durante todo el tiempo cuaresmal y no sólo en los días establecidos por Iglesia; a saber, el ayuno, el miércoles de ceniza y el Viernes santo, y la abstinencia de comer carne, todos los viernes de Cuaresma. Hemos de ayunar no sólo de alimentos materiales, sino también de todo aquello que dificulta nuestra apertura a Dios y al hermano necesitado, y engorda nuestro egoísmo; hemos de ayunar de todo aquello que favorece los vicios, las pasiones, las ataduras a las cosas y el egocentrismo. Hemos de ayunar, en definitiva, de todo aquello que mata nuestro amor a Dios y a los hermanos. Ayunar es autocontrol, negación de sí mismo, ascesis, renuncia a las cosas superfluas, incluso a lo necesario, para que su fruto redunde en ayuda a los más necesitados. En un mundo dominado por el consumo y el afán del dinero, que potencia el endurecimiento del corazón ante tanta pobreza y sufrimiento, necesitamos ayunar. Y hemos de hacerlo para ayudar a los necesitados. El ayuno de los ricos debe convertirse en alimento de los pobres y los pobres en alimento de los ricos.
Junto a la oración y al ayuno, el Señor nos propone el ejercicio de la limosna, que se expresa en gestos de amor hacia el hombre herido y en obras de caridad hacia los más necesitados de cerca o de lejos. Hemos de saber compartir nuestro dinero; pero también nuestro tiempo y nuestra preocupación activa por el bien del otro, necesitamos aligerar nuestras mochilas para recorrer con presteza el itinerario cuaresmal. Así llegaremos llenos de alegría a la meta de la Pascua.
La Parroquia de Santo Tomás, en Benicàssim, ha puesto en marcha este curso pastoral, una sugerente iniciativa de oración. Lo hace en colaboración con las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret y junto a los catequistas y familias de los niños y adolescentes que están en proceso de crecimiento y maduración de su fe.
Todos los lunes las catequistas y las Hnas de Nazaret, acompañados por el párroco, se reúnen para orar por esa intención. A este rato de oración se invita a los niños, jóvenes, y familias que quieran participar, así como a todos los fieles de la parroquia para que puedan hacer suyo el crecimiento en la fe de los pequeños y sus familias.
Obviamente no pueden acudir todos los que desean por motivos diversos. Las catequistas tienen la misión de “recolectar” las intenciones de oración de los niños y las familias para llevarlas cada lunes a Jesús. La dinámica de este tiempo de oración es diferente cada lunes y consiste en una breve predicación del sacerdote, la lectura de algún texto del Papa Francisco, o el rezo de una parte del Rosario, pero en cualquier caso, siempre a los pies del Santísimo Sacramento.
Es muy importante, asegura el párroco, D. Luis Oliver, «que todas las familias tengan la certeza de que cada lunes la parroquia reza por ellas, de tal modo que ese es el mejor servicio que puedan recibir, más allá de unos conocimientos de catequesis que, por otra parte, siempre son necesarios».
La pasada semana, los sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón han participado en una tanda de ejercicios espirituales que se han celebrado en la casa de espiritualidad del Desierto de la Palmas y que han estado dirigidos por el Arzobispo Castrense, Mons, Juan Antonio Arnárez Cobo.
En los mismos han participado 25 sacerdotes de la Diócesis junto con el Obispo, D. Casimiro López Llorente, y también el Obispo auxiliar emérito de San Bernardino, D. Rutilio del Riego, con la mirada puesta en la escucha atenta a la Palabra de Dios y la oración al objeto de la renovación pastoral. Esta tanda de ejercicios espirituales responde a la llamada que la Iglesia hace a los sacerdotes, más si cabe, como advertía D. Casimiro en la carta de invitación, «en estos tiempos de especial dificultad para nuestra tarea pastoral». En este sentido, el Obispo de la Diócesis, advertía también la necesidad que tienen, en el ejercicio de su ministerio, «de cultivar la vida espiritual con momentos fuertes y prolongados de encuentro con el Señor, para descansar en Él y ponernos a su escucha en la oración».
Las jornadas se han celebrado con un horario en el que, además de las meditaciones dirigidas por Mons. Juan Antonio Arnárez Cobo, se han completado con la celebración diaria de la Eucaristía, la oración (Laudes, Vísperas y Completas) y el encuentro íntimo con el Señor ante el Santísimo Sacramento con el corazón abierto a la escucha de su voluntad y atentos a lo que espera de los sacerdotes para su renovación pastoral.
El encuentro con el Señor a través de la oración ha permitido a los sacerdotes leer con los ojos de Dios el momento actual y conocer los que los fieles necesitan y esperan de cada uno de ellos, pero también contribuye a reforzar las relaciones de fraternidad entre ellos para ser instrumentos de la luz del Señor, y estímulo y esperanza cristiana para los demás.
En la tarde de ayer, en Vila Real, se reunieron en la sede de la Iglesia evangélica, miembros de distintas denominaciones cristianas para orar por la unidad de la Iglesia de Cristo: Centro Cristiano, Iglesia de Filadelfia, Iglesia Evangélica Congregacional e Iglesia Evangélica de Benicàssim. El Pastor Enrique Bustamante, Pastor Edibaldo, el Pastor Andreas, el Pastor Paco Hilario y su esposa la Pastora Teresa acompañaron a sus comunidades. Los católicos que acompañaron al delegado de ecumenismo fueron los hermanos de Torreblanca y del Movimiento de los Focolares de nuestra Diócesis.
Después de la oración de alabanza inicial, una hermana nos sorprendió con una danza que daba expresión a la canción ejecutada. Se trata de un ministerio que se vive en el mundo de los carismas. Dios se sirve de la expresión corporal para comunicarnos sensaciones que nos ayudan a sentir su presencia y a interpretar su mensaje.
La oración por las necesidades del mundo y de nuestras Iglesias se hizo en los cuatro grupos de oración organizados en el momento. Todos y cada uno, de viva voz, fueron pidiendo al Señor por las distintas intenciones que proponía el Pastor Paco Hilario: por las Iglesias; por la paz y organismos internacionales; por los gobernantes, por los que sufren, por nuestra provincia… implorando del cielo bendición.
La oración finalizó con un momento más de alabanza y agradecimiento a Dios por su gracia, conscientes todos de la necesidad de ser testigos en medio del mundo del amor de Dios derramado en nuestros corazones.
Aún quedó tiempo para conversar más distendidamente en el picoteo final dando ocasión para presentaciones y cambio de saludos. Fue una noche muy significativa, ya que es la primera vez que la delegación participa en una oración con los hermanos evangélicos, y que no sea la última…
Atendiendo la petición del papa Francisco en la Audiencia General de hoy
Queridos diocesanos: sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos y religiosas, y seglares.
Al final de la Audiencia general de este miércoles, 28 de diciembre, el Santo Padre Francisco ha pedido “a todos una oración especial por el Papa emérito Benedicto XVI, que en silencio está sosteniendo a la Iglesia. Recordarlo – está muy enfermo – pidiendo al Señor que lo consuele, y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”.
A través del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, hemos conocido además que “en las últimas horas se ha producido un agravamiento debido a la edad avanzada. De momento, la situación sigue bajo control, vigilada constantemente por los médicos”.
En estos momentos de sufrimiento y prueba, nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón nos reunimos en oración en torno al Papa emérito. Os pido orar por él, sabiendo, como él mismo nos recordaba, que “por muy severas que sean las pruebas, difíciles los problemas, pesados los sufrimientos, nunca caeremos de las manos de Dios, esas manos que nos han creado, nos sostienen y nos acompañan en el camino de la existencia, porque los guía un amor infinito y fiel”.
Oremos. Dios Todopoderoso y Eterno, Tú eres la salud eterna de los que creen en Ti. Escucha nuestras oraciones por tu siervo enfermo Benedicto para quien imploramos la ayuda de tu tierna misericordia, por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Gracias de corazón por vuestra oración. Con mi afecto y la bendición del Señor,
+Casimiro López Llorente Obispo de Segorbe-Castellón
Son palabras de ánimo de la Madre Ángela, Superiora General de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret que desarrollan su misión en 13 países de 5 continentes diferentes: África, Asia, Australia, Europa y América del Norte. Uno de esos países es Ucrania con casas en Cherson (Diócesis de Odesa), dos casas en Kiev y una en Zhytomyr (Diócesis de Kiev-Zhytomyr), en Gniewan (Diócesis de Kamieniec-Podolski), y una más en Browary (Diócesis de Kiev-Zytomierz). La misión en Ucrania estuvo precedida de mucho discernimiento hasta que en septiembre de 2014, siendo la Hermana Jana Zawieja (ahora en Benicàssim) la Superiora General de la Congregación visitó Ucrania junto con las dos Superioras Provinciales de Polonia, estableciéndose una nueva unidad administrativa en la Región de San Miguel Arcángel en Ucrania.
Desde que estallara la guerra, las hermanas siguen unidas en oración y, fieles a su carisma, atendiendo y ayudando a las familias que lo necesitan. Hasta allí llegan las palabras de ánimo y consuelo de la Superiora General que nos presenta la situación actual de las 14 hermanas que todavía permanecen en Ucrania. A pesar de la tragedia provocada por la guerra, las hermanas no cesan en prestar su servicio allí donde un alma llora necesitada de alimento, techo, abrigo, e incluso consuelo,
Ucrania (carta de Madre Angela, Superiora General de la Congregación) 14 de marzo, 2022
Queridas Hermanas,
La mirada de casi todo el mundo está puesta en lo que está sucediendo en Ucrania. Como Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, nuestros corazones, pensamientos y oraciones también se centran allí. Me gustaría daros a conocer cuál es la situación de nuestras hermanas en este conflicto.
Las catorce hermanas que quedaron en Ucrania me momento están a salvo. Hay momentos tranquilos, pero también hay momentos en los que los enfrentamiento suceden tan cerca que se oyen perfectamente, las hermanas siempre están alerta por si suenan las alarmas por ataque o bombardeo. Así nos lo contó la hna. María Beata Wilk, la superiora regional: «Nuestra situación es bastante incierta. No sabemos lo que sucederá mañana o esta misma noche. Por eso tratamos de vivir al día».
Las hermanas de Kiev y Brovary todavía pasan la noche en los sótanos de los monasterios o iglesias cercanos. Durante día y noche, las hermanas ayudan a las familias y a los niños que se alojan con ellas en los refugios. La gente viene y va constantemente, y siempre hay alguien nuevo, incluidos refugiados de otras partes de Ucrania.
Las hermanas de Zhytomyr (oeste de Ucrania) ayudan a desempaquetar y distribuir productos de ayuda humanitaria que les llegan a través de Caritas. Todas las noches, las hermanas rezan el rosario en directo, vía zoom, reuniendo a más de 100 personas, familias y comunidades de Ucrania, Polonia, Bielorrusia, Italia, Francia, EE. UU…. tal vez incluso más. Esto parece ser una fuente de fortaleza y esperanza para muchos.
En Gnievan (cerca de Kiev), las hermanas siguen dedicando sus días a ayudar y apoyar a los afectados por la guerra. Por la noche, también duermen en el edificio parroquial, donde se sienten más seguros.
Gracias a Dios, las familias de nuestras hermanas ucranianas también están bien. La mayoría se quedaron en Ucrania, aunque al menos una familia fue evacuada a Polonia, donde se alojan con nuestras hermanas en uno de nuestros conventos.
También resultó providencial la presencia de las hermanas que estuvieron en Ucrania y ahora están en Polonia. Por ejemplo, una de ellas ayuda en la frontera acompañando a grupos de refugiados a lugares seguros, ayuda con la traducción, luchando contra la desinformación y ofreciendo su presencia para escucharles y acompañarles espiritualmente. También asiste en la organización de la ayuda humanitaria enviada a Ucrania. Otra hermana ayuda en Rabka, donde hay niños evacuados de un orfanato, y una tercera hermana se encuentra en Komańcza, muy cerca de la frontera con Ucrania.
Queridas hermanas, aunque la guerra en Ucrania es ciertamente una terrible tragedia que causa mucho dolor y sufrimiento, también hay muchos signos de amor y esperanza que brotan de este trágico evento . Vemos en nuestra Congregación cómo nuestras hermanas han estado a la altura de las circunstancias y buscan en todo momento formas de ofrecer apoyo a quienes lo necesitan desesperadamente. Así que me gustaría compartir con vosotras una simple pincelada de lo que está sucediendo.
Nuestra primera y más fuerte respuesta a esta crisis es la oración. En todos los países donde nuestras hermanas están presentes, hay intensas oraciones por el fin de la guerra, incluso en lugares tan lejanos como Australia o Filipinas. Mucha gente reza el Rosario, se celebran muchas Misas, se celebran Horas Santas y vigilias nocturnas de oración, y las hermanas se reúnen cada día con mucha gente (incluso con estudiantes de nuestras escuelas) para rezar por la paz.
Las hermanas de Bielorrusia, conmocionadas por estos hechos, también ayunan y oran fervientemente todo el día por el fin de la guerra. En una de sus conventos cercano al aeropuerto militar, las hermanas sufren profundamente, sabedoras de que los aviones que oyen son aviones rusos que se dirigen a Ucrania. Como dijo una de las hermanas: «Es aterrador y estamos llorando junto al pueblo ucraniano».
Una de las trágicas consecuencias de la guerra es la enorme cantidad de refugiados obligados a huir de sus hogares, separando casi siempre a esposas e hijos de los padres que se quedaron para defender su país. Para aliviar este sufrimiento, familias de refugiados fueron acogidas en nuestros conventos de Polonia: Komańcza, Cracovia, Lublin, Ostrzeszów, Poznań, Rabka, Varsovia y Żdżary. Los miembros de la Asociación de la Sagrada Familia también acogieron a familias de refugiados. Otras comunidades e instituciones en los Estados Unidos, Francia e Italia también han expresado su disposición a aceptar refugiados si surge la necesidad.
Las comunidades que no pueden aceptar refugiados por sí mismas intentan ofrecer asistencia de otras formas, incluso comprando artículos, como alimentos y ropa de cama, para otras instituciones. Varias hermanas trabajan como voluntarias en estaciones de tren y otros centros de refugiados en Cracovia y Varsovia. Se están haciendo esfuerzos para ayudar a las madres de estas familias a encontrar trabajo o alojamiento permanente.
Para los niños alojados en varios centros temporales, las hermanas organizaron actividades, incluidas clases de polaco. Los niños ucranianos fueron admitidos en nuestras guarderías y escuelas en Częstochowa, Gdynia, Kalisz, Cracovia, Łuków, Poznań y Varsovia. También en Kalisz, los niños forman parte incluso de las actividades de oratorio.
Nuestras instituciones están constantemente recolectando artículos de primera necesidad. En muchas de nuestras escuelas y guarderías se recogen ropa, medicinas, alimentos, artículos de higiene y pañales. Ya han llegado camiones de Polonia a Ucrania y se han enviado paquetes a Polonia desde EE. UU. También se enviaron rosarios a los soldados para brindarles apoyo espiritual.
Las donaciones de dinero provienen de escuelas, hospitales y parroquias para ayudar tanto a Ucrania como a los refugiados que llegan a Polonia. Por ejemplo, algunas escuelas en Estados Unidos han recaudado fondos de manera creativa al animar a que los estudiantes hagan una donación y además vengan a la escuela vestidos de azul y amarillo en apoyo a los niños y al pueblo ucraniano. Muchos de nuestros monasterios también han hecho donaciones, e incluso algunas hermanas a título personal han donado parte de la pequeña paga que reciben.
Además, las hermanas utilizaron varios medios a su disposición para compartir información sobre las necesidades de nuestras hermanas y la nación ucraniana con quienes les rodean, incluso a través de las redes sociales y reuniones parroquiales. Algunas incluso acudieron a las instituciones nacionales para pedir un mayor apoyo a Ucrania.
Queridas hermanas, como mostró Jesús a través de la cruz, sólo el amor puede vencer al mal. Por eso os agradezco ser instrumentos del amor de Dios. Agradezco a cada hermana y comunidad por todas sus oraciones y esfuerzos. Esto ha sido sólo una pincelada, sería imposible mencionar todas las buenas acciones y sacrificios que habéis realizado en esta carta. Solo quiero daros una visión general del bien que se estado haciendo. Sin embargo, Dios que lo sabe y lo ve todo, seguramente bendecirá cualquier esfuerzo en modos que tal vez nunca sepamos.
Finalmente, me gustaría compartir la reflexión de la hna. María Beata: “Esperamos que esta guerra termine lo antes posible. Confiamos en que Dios nos protegerá y que todavía podremos servir a la Iglesia en Ucrania. Gracias por vuestras oraciones, contamos mucho con ellas”.
La parroquia de los Santos Evangelistas de Vila-real ha puesto en marcha un Taller de Oración y Vida, que se va a llavar a cabo en quince sesiones, dirigidas por el Padre Ignacio Larrañaga, OFM. La primera de ellas tendrá lugar mañana, día 23 de febrero, a las 17 h. en el salón parroquial.
Se trata de un método práctico en el que, paso a paso, los asistentes aprenden a orar, entrando en una relación personal con el Señor hasta llegar a la profundidad de la contemplación, desapareciendo la tristeza y recuperándose la alegría de vivir.
El próximo viernes, día 11, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, a iniciativa de un conjunto de hombres vinculados con algunos movimientos y asociaciones de la Diócesis de Segorbe-Castellón, se unirán en oración por las conversiones.
Según han confirmado los organizadores el acto se desarrollará a las 19.00 horas de la tarde, en la plaza Mayor, iniciándose la concentración en las proximidades de la puerta principal de Santa María. La puerta principal del templo permanecerá abierta y se colocará una imagen de la Virgen. El rezo del Santo Rosario comenzará a las 19,15 horas y estará dirigido por un sacerdote. Una vez finalizado el Rosario, quienes lo deseen podrán participar en la celebración de la Santa Misa de las 20 horas.
Se trata de un acto enfocado principalmente a los hombres, quienes, unidos en oración, pretenden hacer una demostración de fe, pero también, tal como explican los organizadores, «para hacernos visibles frente a la sociedad, pero ello no impide que se pudieran sumar las mujeres que lo deseen».
Se trata de la primera ocasión que un grupo de hombres organiza un acto de estas características en nuestra Diócesis. Lo hacen replicando los organizados recientemente en Irlanda o Polonia, así como en algún que otro país, con gran éxito de participación.
La organización ha comunicado la celebración del acto a la Subdelegación del Gobierno por ser el organismo competente en caso de concentración en vía publica, indicando las medidas que se van a adoptar incluyendo las de carácter higiénico-sanitario.
Las mujeres y hombres del apostolado parroquial «Emaús», adscrito a la Parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, han iniciado las actividades de verano preparatorias para los retiros que se celebrarán en septiembre y octubre. De esta forma, el pasado sábado vivieron una jornada de convivencia en el Convento de Santa Ana de Sant Mateu, junto a las Hermanas Agustinas Contemplativas, con quienes les une una fraternal amistad desde que, en los inicios de Emaús en nuestra Diócesis, se unieran en oración por las vocaciones religiosas y por las conversiones.
En la jornada del pasado sábado se unieron, una vez más, en oración y adoración al Santísimo, «pues Él es el centro, quien nos une en amor fraternal siendo ejemplo y guía en el camino del crecimiento espiritual y de perseverancia en la fe». En el transcurso de la misma, asistidos por el párroco, Rafael Manzaneque, se administró el Sacramento de la Penitencia y, posteriormente, se celebró una Eucaristía en la Iglesia del convento de la Diócesis vecina, donde se elevó oración «por la vida y por las familias» al coincidir la convivencia con la «Jornada de Oración por la vida que cada 17 de mes se celebra en la Diócesis de Segorbe-Castellón y encontrándonos celebrando el Año de la Familia Amoris Laetitia«.
El encuentro supuso para todos los miembros de Emaús, un acercamiento a la vida y obra de San Agustín por ser, las Hermanas Agustinas, «un fiel ejemplo de entrega a la vida contemplativa y de clausura unidas en el amor a Cristo que, perseverantes, buscan a Dios constantemente, pero sobre todo – aseguran desde Emaús – por ayudarnos a comprender el concepto de comunidad desde la perspectiva y la filosofía de la Orden de San Agustín y la búsqueda de Dios en nuestro interior a través del silencio, la oración y la contemplación».
Tras la Eucaristía, se vivió uno de los momentos más especiales de la jornada a través del testimonio vocacional de una de las hermanas del convento que «nos ayudó a todos a comprender la llamada vocacional de la entrega total a Cristo, y un ejemplo sin duda de renuncia total a muchos placeres y falsos dioses del mundo que en tantas ocasiones nos apartan de la fe».
«La voz de Dios es dulzura y suavidad. Pero no puede ser oída a no ser que el hombre silencie en su corazón el ruido y la confusión de este mundo» (San Agustín)»
El próximo encuentro de Emaús será este próximo fin de semana en el Seminario Mater Dei donde, además de la celebración de la Eucaristía y la Adoración al Santísimo, recibirán una charla formativa sobre «San José» coincidiendo este año con el Año Jubilar de San José.
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