«Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran»
Frente a la guerra: la verdad del Evangelio
Con la cita de la Epístola de los Romanos (Ro. 12, 15) que utilizamos para titular esta crónica, nos responde una de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret afincadas en Benicàssim, a quienes recurrimos para conocer cuál es la labor de las hermanas de esta Comunidad. Dos son los focos principales del servicio de las hermanas. Por un lado Ucrania, zona del conflicto bélico; y por otro, en Polonia, país que en estos momentos se está convirtiendo en uno de los principales acogedores de refugiados que huyen de Ucrania.
Desde el Convento de Benicàssim aseguran que la primera forma de ayudar es a través de la oración «rezando por la paz y por la gente que se ha quedado allí, por nuestras hermanas y todas las familias que ahora sufren mucho», dice la hermana Karolina. De hecho, afirma, «cuando hablamos con nuestras hermanas siempre nos piden por favor que recemos por ellas para que tengan fuerza espiritual para servir a la gente». La fuerza de la oración es fundamental para continuar con su labor, para que no se agote su fuerza física y espiritual en atender al necesitado y especialmente a las familias, siendo fieles a su carisma.
En estos momentos, las principales necesidades materiales son alimentos de primera necesidad y no perecederos (aceite, harina, macarrones, conservas), además de material sanitario para curar heridas. La ayuda puede hacerse llegar a través de un donativo económico a través de una transferencia o ingreso bancario en la cuenta de Caixabank ES42 2100 2827 5102 0013 3036 (Concepto: Ucrania) «y nosotras lo enviamos directamente a nuestras hermanas pues además de las necesidades actuales y urgentes, todas dicen que tras la guerra vendrán muchas más necesidades».
Tal y como relata la hermana Karolina, en Polonia «la situación con la gente que huye de Ucrania es difícil pero hacen todo lo que es posible y necesario». Hasta allí están llegado diariamente cientos de miles de refugiados y «ellas, con sus posibilidades, no dejan a nadie sin ayuda», tal como les ha transmitido la hermana Margarita que se encontraba en Polonia haciendo sus ejercicios espirituales cuando estalló la guerra y permanece allí colaborando con el resto de la Comunidad.
Respecto a Ucrania, la Congregación tiene un total de 6 comunidades repartidas por el país, aunque tal como han confirmado, «las hermanas de Jersón (al sur de Ucrania) se trasladaron a Polonia porque evacuaron la casa ante los ataques». El resto siguen en Ucrania asistiendo a los ciudadanos que todavía permanecen allí. «Nuestras hermanas están viviendo con la gente en los sótanos de las Iglesias en Kiev y Brovary (al este de Kiev)». Las que todavía siguen en Zhytomir «permanecen en el convento pero duermen en los pasillos que son más seguros que las habitaciones». En cualquiera de los casos acogen a cuantos no tienen casa o refugio donde resguardarse. «Nos cuentan que en los sótanos con ellas cada noche hay más de cien personas…¿qué hacen allí?…. rezan con la gente, les consuelan, ayudan a distribuir los alimentos, hacen los bocadillos para hombres que luchan, todo lo que es necesario». Durante el día, salen de los sótanos para visitar y asistir a los enfermos y ancianos. Pese a que la situación es muy compleja, «todas quieren permanecer allí».
Nuestras hermanas, aseguran desde el convento de Benicàssim, «no hacen cosas grandes… cada una de nosotras estamos llamadas a vivir con la gente como dice el Evangelio: alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran».
Desde que Rusia comenzara los bombardeos contra Ucrania, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim permanecen unidas espiritualmente al resto de hermanas de la Congregación bajo el firme convencimiento de que, a pesar que toda ayuda económica que puedan destinar será bienvenida, también es importante estar unidas en la oración. Por ello, durante todo el tiempo litúrgico de la Cuaresma, cada martes a las 19.00h en la Capilla de su convento (C/ Tirant lo Blanch, 10), rezarán el Santo Rosario «por la Paz en Ucrania».