D. Casimiro en la última peregrinación por Arciprestazgos a la Catedral: «Este Año Jubilar debe ser una ayuda para renovarnos»
La Santa Iglesia Catedral Basílica de Segorbe ha acogido esta misma mañana la última peregrinación con motivo del Año Jubilar Diocesano para celebrar los 775 años de la creación de la Sede Episcopal en Segorbe.
Más de 400 fieles pertenecientes a los arciprestazgos de Albocácer, Pla de l’Arc y Lucena del Cid han abarrotado el templo en una celebración muy especial que ha coincidido con la solemnidad de la Anunciación del Señor, que recuerda la aparición del arcángel Gabriel a la Virgen María para explicarle que Dios la había elegido para concebir a su Hijo.
La jornada ha comenzado en la Iglesia del Seminario con la exposición del Santísimo Sacramento donde ha habido oportunidad para recibir el Sacramento de la Reconciliación.
Y después, fieles, sacerdotes, y el Obispo; han peregrinado hasta el claustro de la Catedral, para tras pasar por la Puerta Santa y rezar el Credo ante la Pila Bautismal, dirigirse hacia el Sagrario «meta de nuestra peregrinación que es siempre el encuentro con Jesucristo, presente en la Eucaristía».
Inmediatamente ha comenzado la solemne eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis, D. Casimiro López Llorente y concelebrada por todos los sacerdotes de los respectivos arciprestazgos. Durante la homilía el obispo ha resaltado la importancia de haber celebrado todas estas peregrinaciones «en la Iglesia Madre, la Catedral».
«Es bonito este encuentro, que a la vez es una acción de gracias al Señor que nos une en la caridad», señalaba. «Un día en el que además recordamos la Encarnación del Hijo de Dios. Por eso podemos considerar este acto como algo providencial al celebrarlo en este día. No olvidemos que todo comenzó en la Encarnación», decía D. Casimiro.
El Obispo ha insistido en que «la Iglesia ha de llevar la Buena Nueva a los hombres de este mundo». A ejemplo de la Virgen María, elegida por Dios, mujer activa porque mostró en todo momento su disponibilidad. «Disponibilidad que ha de tener también nuestra Iglesia Diocesana, y que ha de ser un lugar de la presencia de Dios en medio del mundo», afirmaba D. Casimiro.
Finalmente, el Obispo ha remarcado la figura de la Catedral «como símbolo de nuestra Iglesia Diocesana». Recordando que el templo es un símbolo de lo que es nuestra comunidad, la que formamos todos. Por eso este año ha querido ser un agradecimiento al Señor por tantos dones recibidos en casi ocho siglos de existencia como diócesis (en varias etapas y momentos). Y ha concluido advirtiendo: «No podemos hacer un pacto con la mediocridad ni la tibieza». Animando a todos a renovarse para seguir anunciando a aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida.
El incendio del Alto Mijares y la sequía que padecen los campos han estado muy presentes durante la celebración. También al final de la misa se ha entregado a cada párroco una credencial, acreditando la participación de cada comunidad en la peregrinación.
Aniversario Episcopal
También hoy la celebración ha tenido un carácter muy especial al coincidir con el 22 aniversario de la ordenación episcopal (25 de marzo del 2001) de D. Casimiro López Llorente. Por eso, al final de la misma los tres arciprestes en representación de los sacerdotes y de los fieles le han entregado un obsequio en cerámica elaborado en una empresa de l’Alcora: un copón, un cáliz y una patena.
La jornada ha concluido con una comida de fraternidad de todos los fieles, sacerdotes y el Obispo, en el comedor del Seminario.