Celebración Diocesana de la Vida Consagrada
El viernes próximo, con motivo de la fiesta de la Presentación del Señor, se celebra la Jornada de la Vida Consagrada. En la Diócesis el Obispo convoca a religiosos y fieles a la Eucaristía que presidirá a las 19h en la parroquia de San José Obrero de Castellón. El lema de este año pone el acento en que los consagrados son hombres y mujeres tocados por el amor de Dios.
El mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal de la Vida Consagrada define así el encuentro con Cristo: “Es un encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva y cada vez que se repite esta experiencia crece la convicción de que es lo que los demás necesitan”. En su carta del domingo pasado, Mons. Casimiro López Llorente concreta: “Los consagrados están llamados a ser signo concreto y profético del amor cercano de Dios, compartiendo la condición de fragilidad y las heridas del hombre de nuestro tiempo” (ver p.3).
El encuentro con el amor de Dios es progresivo. Sor Mari Carmen Sapiña, Hija de la Caridad, explica que de pequeña no lo reconocía como tal, y que lo identificaba con el amor de la familia. En el colegio le presentaron a Dios, le enseñaron a hablar con Él, y en un grupo juvenil vicenciano se hizo la luz: “Ya pude ligar el Amor de Dios a Jesucristo. Dios se hacía verdad a través suyo, y como vicenciano, aterricé la vivencia del Amor de Dios haciéndolo extensivo a los más abandonados de la sociedad”.
El P. Florencio Roselló tenía como modelo al cura de su pueblo, Alcorisa (Teruel); siempre quiso ser sacerdote, pero al encontrarse con la Merced su consagración tomó un matiz propio: “En la familia religiosa veía el amor de Dios que se hacía presente en el pobre, sobretodo en el hombre y la mujer que está en prisión”.
Sor Verónica fue precoz en su vocación: está en las clarisas desde los 14 años. Entró en México pero desde hace casi 30 años pertenece a la comunidad de la Divina Providencia en La Vall d’Uixó. Su experiencia es que el encuentro con Jesús es importante “porque si no te encuentras con alguien, no puedes conocerle”: “Solo en Él he encontrado al que llena mi existencia, da sentido y un motivo grande para vivir”.
Perseverar y contagiar
Experiencia del amor, encuentro con Cristo, respuesta a la llamada de Dios. Una vez dado el paso, hay que perseverar. De eso sabe mucho sor Dolores Morales, 72 años Hermanita de los Ancianos Desamparados: “Necesitamos la oración constante, diaria. Sin oración, no tenemos día de felicidad”.
Sor Remigia Fustamante, religiosa como sor Dolores en la residencia Mare de Déu del Lledó, asegura que es posible superar dificultades e inconvenientes “si cada día renuevas el amor y la promesa que se hizo mediante los votos”. La hermana Francisca, clarisa en La Vall, cita a Jeremías: “Cada mañana se renueva mi juventud”. Y añade: “Hay muchos altibajos en la vida, pero tenemos que tratar que cada día sea único y renovar cada mañana el entusiasmo”.
Un entusiasmo que se contagia. Vicente Enrique Pico es el director de los salesianos de Burriana desde septiembre. Desde el carisma de Don Bosco da testimonio que “la alegría de ser discípulo de Jesucristo, de sentirse amado por todo un Dios, no se puede aguantar. Te sale por los poros de la piel y no puedes hacer otra cosa que amar. Estoy convencido que se comienza a amar con una sonrisa, y así es más fácil entrar en los corazones”. Como concluyen los obispos en su mensaje, “la vida consagrada se convierte en una de las huellas que la Trinidad deja en la historia, para que los hombres puedan descubrir el atractivo de la belleza divina”.
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