«Una historia de hombres íntegros»
D. Salvador Prades, Delegado diocesano para las Misiones y Cooperación entre las Iglesias, pretende con este libro, “Una historia de hombres íntegros”, realizar un «merecido homenaje a cuantos hicieron posible la historia misionera de la Diócesis de Segorbe-Castellón en tierras africanas», concretamente en Burkina Faso.
¿Cuál es el objetivo del libro?
Son varios los objetivos, en primer lugar, que no se pierda esta historia que durante más de cincuenta años unió a las diócesis de Segorbe-Castellón y de Nouna-Dédougou. Como canta el bolero “dicen que la distancia es el olvido” y existía el peligro de que algunos de los escritos que se han recogido desaparecieran para siempre y por tanto perdiéramos una parte muy importante de nuestra historia diocesana reciente. Un segundo objetivo era hacernos eco de lo que nuestro obispo dice en su carta pastoral con motivo del Jubileo diocesano: “Hacer memoria agradecida a Dios de nuestra historia personal en nuestra Iglesia diocesana”. Hemos de saber reconocer la entrega y generosidad de aquellos misioneros que abrieron nuevos caminos para la evangelización y que, desde la distancia, contribuyeron también a crear en nuestra diócesis una conciencia misionera en los fieles y comunidades parroquiales.
Evidentemente la historia misionera de nuestra diócesis no se limita a Burkina Faso. En aquellos tiempos Chile y República Dominicana fueron también referentes, y posteriormente se ha ido ampliando a muchos países.
¿Quiénes son sus protagonistas?
Fundamentalmente son los sacerdotes que han pasado por aquellas tierras africanas, cuyo pionero fue mosén Ricardo Miralles “el Barbas”, que está enterrado en Safané. Él abrió el camino para otros: Juan Antonio Albiol, Manuel Mechó, Joan Llidó, Eduardo García, Juan José Ventura, Antonio Climent, Antonio Caja y un servidor. También algunos seglares.
Pero para el desarrollo de la misión tuvieron una gran importancia tanto los obispos de la época – Pont i Gol y Cases Deordal- como los delegados diocesanos de Misiones -Salvador Ballester, José Doménech y Serafín Sorribes-, así como la que fue secretaria de la Delegación durante tantos años, Carmen Bellés.
A través de las páginas se van descubriendo otros personajes importantes: los médicos y enfermeras, las HH. de la Consolación, Carmelitas Descalzas, etc.
Profundizar en el papel de todos ellos hubiese sido una tarea inmensa.
¿Por qué este título?, ¿Cómo está estructurado?
El libro está estructurado en tres partes:
1. “Pequeñas historias de una historia”. Es un relato que hace Ricardo Miralles sobre los primeros años de la Misión en el Alto Volta. El escrito es muy desordenado, pasando continuamente de un tema a otro, pero el lenguaje cercano, como de tertulia, de Ricardo, lo hace muy atractivo.
2. “Viaje por el desierto”. También obra de Ricardo Miralles, cuenta las peripecias de un viaje que hizo desde Castellón hasta Safané atravesando todo el desierto del Sáhara a finales de 1974.
3. “Cartas desde la Misión”. Es una recopilación de cartas dirigidas a la Delegación Diocesana de Misiones de Segorbe-Castellón. Están ordenadas cronológicamente, aunque Seguro que faltan muchas.
Además, está ilustrado con muchas fotografías que se han podido recuperar.
En lo que se refiere al título, está cargado de intencionalidad. El país, en tiempos de la colonización francesa se llamaba Alto Volta, pero años después de la independencia, a consecuencia de un golpe de estado, se cambió a Burkina Faso, que es un nombre compuesto en sendas lenguas locales: “Burkina” en moré significa “hombres íntegros” y “Faso” en dioulá viene a referirse a “la tierra, la casa, la patria”, por tanto es la “Tierra de los hombres íntegros”, y los misioneros destacan por todo lo que significa ser íntegros (fe, generosidad, disponibilidad, cercanía, compromiso…).
¿Qué significa África, concretamente Burkina Faso, para la Diócesis?
La misión en Burkina ha sido una apertura a la catolicidad de la Iglesia. La diócesis de Segorbe-Castellón ha sido muy generosa tanto en sacerdotes y religiosas que han contribuido a la evangelización de aquellas tierras, como en proveer los recursos materiales para un desarrollo integral de las personas, con la colaboración de seglares y de instituciones como Medicus Mundi y otros.
Por tanto, pienso que Safané y Oury han sido (y pueden seguir siéndolo aunque sea de otro modo) escuela del sentimiento de pertenencia a una Iglesia que nos impulsa a abrirnos a los demás, especialmente en estos tiempos en que es necesario un nuevo estímulo evangelizador.
Sería interesante seguir fomentando la vinculación con aquella diócesis porque desgraciadamente, unido a la pobreza del país, está sufriendo la violencia yihadista. Tal vez sería ocasión para explorar nuevas vías de colaboración.
¿Dónde se destinan los donativos recibidos por este libro?, ¿cómo se puede colaborar?
Con motivo de la celebración del jubileo por el 775 aniversario de la creación de la diócesis de Segorbe, el Sr. Obispo pidió a los responsables de las distintas Delegaciones que pusiéramos en marcha iniciativas para revitalizar nuestro compromiso en la evangelización. Desde la Delegación de Misiones pensamos que era una ocasión para recaudar fondos para becas de seminaristas de Dédougou. Por tanto, se puede colaborar comprando el libro que se puede pedir en la Delegación de Misiones o a través de los párrocos y haciendo una aportación para este fin.
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[…] D. Ricardo Miralles, “el Barbas”, fue el primer sacerdote diocesano en responder a esa llamada, pero le acompañaron más, Juan Antonio Albiol, Eduardo García, Manolo Mechó y Joan Llidó. Más tarde acudirían Juan José Ventura, Antonio Climent, Antonio Caja, y el actual Delegado diocesano para las Misiones, Salvador Prades, que recoge la historia misionera de la Diócesis de Segorbe-Castellón en Burkina Faso en el libro «Una historia de hombres íntegros». […]
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