Hna. Xiskya Valladares: «Las redes sociales son los puentes para la presencialidad»
La hermana Xiskya Valladares, de la congregación Pureza de María, entró en el mundo digital por curiosidad al ver cómo el 15M podía movilizar tanta gente. Desde entonces se ha convertido en uno de los referentes digitales en la Iglesia católica en España, impulsora de E-Mision y profesora de Comunity Management en el centro universitario CESAG de Mallorca.
– ¿Cómo se introdujo en las redes sociales (RRSS)?
– Descubrí este mundo mientras estudiaba periodismo en el CEU San Pablo, pero cuando me metí de lleno fue a partir del 15M, en 2011. Fue por curiosidad por saber cómo era esta red capaz de convocar a tanta gente. Vi que igual que ellos lo hacían para movilizar socialmente, también la Iglesia podía usarlas para el anuncio del Evangelio.
– ¿Qué descubrió?
– Por una parte el enorme potencial que tiene twitter para comunicar algo o crear opinión, y al mismo tiempo la gran necesidad que tiene la gente de Dios aún si saberlo.
– ¿Cómo se detecta esa necesidad desde las redes sociales?
– Por las preguntas que te hacen en los comentarios. Algo curioso es que cuando supieron que era religiosa se alegraban mucho y me pedían que hubieran más consagradas en este mundo. Les recordaba sus años de colegio o de catequistas que hacía tiempo habían olvidado, y les hacía bien. Mucha gente también me dice que rece por ellos, que no van mucho a la iglesia pero que creen que a mi Dios me oirá… Para mi es un modo de intentar encontrar a Dios. La gente quiere ser feliz, quiere que todos estén bien, y eso para mi son necesidades de Dios aunque no sean conscientes.
– Las RRSS ya llevan más de una década en nuestras vidas. Twitter se fundó en 2006. Con esta perspectiva, ¿qué valoración se puede hacer de sus bondades y riesgos?
– Creo que, por un lado, nos ayudan a traspasar fronteras con más facilidad, a alzar la voz de manera gratuita sin que tengamos que pagar una rotativa o emisora de radio. Nos ayuda también a ser creadores de opinión y contagiar valores. Nos permite salir para encontrarnos con mucha más gente. Por otro lado, la gran pega que le veo son las fake news y los trolls que buscan crear polémica gratuitamente en algunos colectivos o sectores. He tenido que sufrirlos mucho y me he dado cuenta que están muy orgnaizados, que hay un lobby. Pienso que estos son los mayores impedimentos, más que la adicción o la pornografía porque sin buscar nada malo los sufres.
– ¿Y cómo hacerles frente?
– Sabiendo bien que fakes news y trolls existen y aprendiendo a discriminar lo que es y lo que no, puedes encontrar un equilibrio y moverte más o menos bien. Pero te obliga a un proceso de aprendizaje en el que la curva es bastante larga y eso echa atrás a gente de bien, y si la gente de bien no está ahí, ¿quien se apodera de esas redes y qué se va construyendo?
– Fue una de las impulsoras de E-Mision. ¿Qué aporta y dónde están los límites de la misión en las redes respecto a métodos de contacto directo?
– Creemos que las redes son los puentes para la presencialidad, ya que no todo acaba en la red. Lo digital es cierto que es un modo de vivir lo analógico. La persona analógica tiene un modo digital, pero no puede quedarse ahí. Por ejemplo no se pueden vivir la fe y los sacramentos en lo digital. En E-mision proponemos una jornada de formación presencial porque nos parece muy importante ponernos cara, porque somos cuerpo físico y no solo una foto en un canal, y esa presencialidad nos ayuda a conocernos mejor y crear más comunidad y comunión. Ese es un modo.
Luego, siempre que podemos, cuando alguien dice «nos gustaría hablar contigo» hacemos para que sea presencial. Así hemos tenido bastantes encuentros con gente conocida en la red.
– ¿Y qué resultados veis?
– No se puede medir lo que hace el Espíritu Santo, pero al menos que las personas más alejadas de la Iglesia conozcan un rostro de les resulte atractivo. Como institución es más difícil conseguirlo, por eso estamos activos a través de las cuentas personales porque el encuentro se produce con las personas. Así recogemos en nuestro decálogo del misionero digital en el punto 9: la evangelización comienza en lo digital para intentar atravesar esas fronteras y provocar relaciones de encuentro en el mundo presencial.
– ¿Cómo debo ser en las redes para que haya coherencia entre mi vida analógica y la digital, también como cristiano?
– Benedicto XVI lo dijo bien claro: no somos personas esquizofrénicas ni podemos estar divididos ni tener dos personalidad. La misma personalidad que tenemos en el mundo analógico la debemos tener en el mundo digital. El problema es cuando se identifica el mundo digital con el virtual, y no es lo mismo. Cuando me pongo las gafas 3D, la realidad aumentada sí es virtual y no existe, pero una red social es real porque esas personas con un nombre X son reales y lo que hacen es comunicarse a través de un canal. Por eso crearse una identidad distinta es incoherente y no ayuda para nada a la transmisión del mensaje evangélico.
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