Ordenación de Servilien Ndagijimana, un don de Dios para la Diócesis

Este curso ha comenzado con muchos motivos de alegría excepcionales en la Diócesis, como asegura el Obispo en su próxima carta dominical. El primero fue la visita de la Virgen Peregrina de los Desamparados a Chilches y La Llosa, y el 1 de octubre la acogida en Benicasim de las hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret. Esta mañana, se añade uno más: la ordenación sacerdotal de Servilien Ndagijimana.

Mons. Casimiro López Llorente ha declarado que esta Eucaristía llama a “la acción de gracias y alabanza a Dios por la ordenación de Servilien Ndagijimana, que es un don para nuestra iglesia diocesana, aunque venga de lejos”. El Obispo ha insistido en agradecer a Dios por llamar y al ordenando por “su corazón humilde y servicial, y su fe que le ha ayudado a superar pruebas y temores”.

La elección de Dios permite vencer los temores ante una misión que supera las capacidades personales: “Te puede invadir el miedo por tus limitaciones, porque te ha llamado lejos de tu tierra, por la misión en un mundo secularizado o por una iglesia debilitada en sus miembros. Pero no tengas miedo, te dice el Señor a ti. El te concedió el don del ministerio sacerdotal y te dará la fuerza para vivirlo con fidelidad”, exhortaba el Obispo.

Desgastar la vida por las ovejas

Por último, Mons. López Llorente ha descrito el ministerio sacerdotal a imagen de Jesucristo, el Buen Pastor: “La primera característica es dar, gastar y desgastar la vida por las ovejas”. También la entrega incondicional a tiempo pleno y la disponibilidad a salir a buscar las ovejas alejadas: “No te quedes en la sacristía ni en la iglesia tocando la campana. Hay que salir”.

La celebración se vivió con alegría. Participaron más de cincuenta sacerdotes, un buen número de fieles de la parroquia de Los Santos Juanes de Almenara donde el nuevo sacerdote ejerció su pastoral como diácono, y los padres del ordenando que vinieron desde Ruanda.