40º aniversario de la construcción de la Iglesia de Santa María de Borriol
Los fieles de Borriol se unieron ayer en acción de gracias a la Eucaristía que, presidida por el Obispo de la Diócesis de Segorbe-Castellón, se celebró en la Iglesia de Santa María como motivo del 40º aniversario de la construcción del templo.
Fue concelebrada por el entonces párroco Mosén Pere Saborit, así como por el actual, Mosén Salva Prades, y el Secretario D. Ángel Cumbicos. Con júbilo y la alegría de sentirse hijos amados por Dios, D. Casimiro recordó cómo la construcción del nuevo templo fue promovida por Mosén Pere Saborit quien, habiendo dejado su anterior destino episcopal en Almassora, se le encomendó, por deseo del entonces Obispo, la construcción de la nueva Iglesia pues la antigua quedaba muy lejos de la población.
De esta forma, el Obispo dio gracias a Dios por cuantos lo hicieron posible, citando al arquitecto, D. Francisco Segarra, y al contratista, D. Carlos Villarrocha, que estuvieron presentes, «así como a todos aquellos que colaboraron con sus donativos a que esta Iglesia fuera realidad». D. Casimiro puso de relieve la importancia de que la Iglesia esté «visible y físicamente cercana a la población para que Dios se haga presente y cercano a todos». La Iglesia, dijo, «es la casa de la comunidad parroquial y presencia durante siglos de el Mesías, a cuya venida nos estamos preparando en este tiempo de Adviento».
Y es que la celebración coincidió con el segundo domingo «de este tiempo de preparación para la celebración gozosa de la primera venida del Hijo de Dios», enfatizó nuestro Obispo, exhortando a los presentes a prepararnos para ese encuentro con el Señor. Recordó que el Señor sale cada día a nuestro encuentro, «especialmente a través de su Palabra y se nos ofrece para dejarnos encontrar por Dios».
Siendo así, se dirigió especialmente a los niños de la catequesis de Primera Comunión, explicándoles la importancia de la Eucaristía y de cómo «Jesús mismo se quiere unir a cada uno de nosotros». En este sentido, se refirió también al misterio de la Navidad, que se hace realidad en cada Eucaristía porque Dios viene a nosotros, en Jesús, por amor a cada uno de nosotros y sale a nuestro encuentro en los acontecimientos de cada día».
De esta forma, se refirió también al Evangelio proclamado en el que ayer se nos interpelaba a «preparar los caminos del Señor». D. Casimiro exhortó a «mirarnos hacia adentro y ver qué es lo que impide al Señor entrar en nuestro corazón». También hizo hincapié en la «dimensión comunitaria parroquial» para que el señor ocupe el centro, «dejándonos evangelizar y unidos en Cristo Jesús, seguir siendo presencia suya aquí».