Alrededor de 80 fieles de las parroquias San Bartolomé y San Jaime de Nules y de Ntra. Sra. de la Merced de Burriana se han unido para realizar una representación de La Pasión de Cristo bajo el título: “No está aquí, ¡ha resucitado!”.
Según explica el coordinador, Víctor Grau, pertenecen a varios movimientos y grupos parroquiales, aunque la mayoría de ellos son jóvenes que tienen la intención de recaudar fondos para asistir a la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Lisboa del 1 al 6 de agosto.
El Teatro Alcázar de Nules fue el escenario de la primera de las dos representaciones previstas, el pasado domingo, 26 de marzo, y que resultó todo un éxito de asistencia. La segunda y última será el próximo domingo, día 2 de abril, a las 19:30 h.
Palabras de D. Casimiro en la Peregrinación Jubilar de los Arciprestazgos de Vila-real y Burriana
Cientos de personas de las comunidades parroquiales de los Arciprestazgos de Vila-real y Burriana, celebraron ayer la Peregrinación Jubilar a la Catedral de Segorbe lo hicieron acompañados de los párrocos y sacerdotes de las diferentes parroquias y en comunión con nuestro Obispo tal como viene sucediendo este Año de Gracia en el que estamos celebrando el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe.
Los peregrinos se reunieron a primera hora de la mañana en la Capilla del Seminario Diocesano donde se unieron en oración ante el Santísimo Sacramento expuesto en el Altar, donde se celebró un acto penitencial para, a través del Sacramento de la Reconciliación, recibir la misericordia de Dios, a través del perdón de los pecados. Así, a través de la gracia del perdón recibida, los peregrinos partieron en procesión hacia la Catedral, donde, tras cruzar la Puerta Santa, renovaron la fe haciendo parada en la pila Bautismal y frente al Sagrario, uniéndose así a Cristo Jesús, a través de la Eucaristía.
Tras la celebración de la Liturgia de la Palabra, D. Casimiro manifestó «la alegría del corazón al ver a los hermanos unidos en oración, en la escucha de la Palabra y la renovación del Misterio Pascual que es la muerte y resurrección del Señor para que todo el que crea en Él tenga vida eterna», en una celebración muy especial que, como viene siendo habitual en este Año Jubilar la Iglesia de Segorbe-Castellón celebra en la Iglesia Madre Catedral.
El Obispo, saludó afectuosamente al Cabildo Catedral, a los arciprestes de Vila-real y Burriana, así como a los párrocos y vicarios parroquiales que, «en sus manos, el Señor ha puesto al cuidado de cada una de las comunidades parroquiales» dijo D. Casimiro, dirigiéndose con especial cariño «a los fieles que representan a la Iglesia peregrina del Señor» en dichos arciprestazgos.
Y allí, frente a la cátedra del Obispo en la Iglesia Madre de nuestra Diócesis, origen de nuestra Iglesia Diocesana, dio gracias a Dios «por tantos dones que, como Iglesia del Señor, hemos recibido de Él, fuente y origen de todo don, a quien también pedimos perdón para que nos purifique de todos los pecados que a lo largo de la historia haya podido cometer nuestra Iglesia por no haber sido transparente del Señor entre los hombres o bien, por nuestros propios pecados».
D. Casimiro recordó que el Señor, que es misericordia, «nos ha concedido la gracia del perdón y limpiar así las huellas que el pecado deja en nuestra alma y que nos impiden caminar hacia el bien, logrando así la indulgencia plenaria», recordando el acto penitencial que se celebró previamente en la Capilla del seminario.
La celebración estuvo cargada de «signos visibles que como los sacramentos nos ayudan y nos llevan a contemplar lo invisible». Uno de ellos la propia peregrinación, dijo D. Casimiro, que es «signo de nuestra condición de Iglesia peregrina del Señor, integrada por cuantos forman la porción del Pueblo de Dios que representan los arciprestazgos de Vila-real y Burriana y llamados a caminar siempre al encuentro con el Señor».
Y, en ese encuentro «hemos atravesado la Puerta Santa que es signo de Cristo Jesús, puerta que nos lleva a ingresar en su comunidad», recordando que así lo hacemos al recibir el Bautismo, «a través del cual no solo somos limpiados de todo pecado sino también somos hechos hijos e hijas de Dios, hermanos de Cristo y miembros de esta Iglesia».
La entrada en esta Iglesia, templo físico y morada de Dios entre los hombres, «es signo de que aquí vive Dios, y al mismo tiempo símbolo de nuestra Iglesia Diocesana», donde nos reunimos bajo la presidencia de su Pastor «alentada por el Espíritu, congregada en torno a la Palabra y a la Eucaristía para crecer en comunión con Dios y con los hermanos para salir así a la misión y que nos invita a ser un templo de piedras vivas».
Así, exhortó a los presentes a vivir, «con intensidad desde la raíz y desde el fundamento con una fidelidad creciente esa nueva vida que recibimos el día de nuestro bautismo para que así nuestra Iglesia sea de verdad transparencia de Dios ante los hombres». Y no para poseer y como ámbito de poder, resaltó D. Casimiro, sino «para servir a Dios sirviendo a los hermanos, siendo instrumento para crear unidad con Dios y entre los hombres». Estamos llamados «a recuperar nuestra identidad como Iglesia – dijo el Obispo -. En este sentido se refirió a las comunidades eclesiales en la medida que están insertas en la Iglesia Diocesana y así en la Iglesia Apostólica y «trabajar para no perder la eclesialidad «que toda la Iglesia sea una transparencia de la presencia del Señor», invitándoles «a vivir nuestra condición de Iglesia del Señor elegida para ser su signo de salvación entre los hombres».
Prosiguió la homilía detallando el resto de los signos y destacó aquellos otros como el altar, donde además de la sede episcopal se encuentra el ambón desde donde se proclama de la Palabra y el mismo altar que representa a Cristo que «es la piedra angular desde donde se ha de construir cada comunidad cristiana y cada vida cristiana, todo ello bajo la acción del Espíritu Santo que sigue presente entre nosotros, para seguir siendo Iglesia peregrina del Señor».
Y desde esa comunión, dijo D. Casimiro, «el Señor nos envía a la misión», y, refiriéndose a la Palabra proclamada durante la celebración, acentuó que «es la misma Palabra de Dios, de Cristo Jesús vivo, aquí y ahora». Una Palabra con la que el Obispo bendice tras su proclamación, a los fieles. Una Palabra que está dirigida a cada uno de los que, «entorno a su mesa, nos reunimos y que somos enviados a predicar el Evangelio y llegar a la plenitud de la vida». «Él nos envía como a Jeremías – dijo D. Casimiro en referencia a las lecturas – y lo hace recordándonos que contamos con su presencia todos los días hasta el fin del mundo».
Por ello, si creemos de verdad que «Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, y que fuera de Él no hay salvación ni transformación de la humanidad, no hay justicia ni gracia, tenemos que ofrecerlo a otros porque gratis lo recibimos y gratis lo hemos de ofrecer según nuestra condición, vocación, ministerio y carisma recibido», refiriéndose a los niños, jóvenes, adultos y presbíteros que ayer le acompañaron en la celebración «y hacerlo juntos según los dones recibidos al servicio de los demás, y, sobre todo, al servicio del anuncio del Evangelio, aún cuando las mujeres y los hombres de hoy intenten eludir la presencia de Dios en su vida».
La misión hay que realizarla «juntos» resaltó D. Casimiro, «porque solos nos perdemos, nos desalentamos y nuestra fe va menguando y nuestro ánimo se desalienta y caemos un poquito en la tristeza o el tibieza de ser cristianos». Y, en este sentido, se refirió a cómo, a través de la celebración Jubilar, «el Señor nos invita a recoger su gracia, su vida, su comunión, para salir a la misión y para crecer como Iglesia Diocesana que es don de Dios para toda la humanidad, sirviéndole y amándole integrados en ella para vivir mejor nuestra condición de cristianos».
Para concluir, elevó petición «para que Dios nos conceda la gracia de abrir nuestros corazones a la acción del Espíritu y salir con esperanza y alegría a la misión», todo ello de la mano de la Virgen, siguiendo su ejemplo, haciendo siempre «lo que Él os diga».
Ya han comenzado las obras previstas en el edificio de la Basílica de El Salvador de Burriana, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento, aunque los trabajos no afectarán a su relación con el entorno, es decir, no alterarán la imagen exterior de la torre ni afectará en ninguna medida al uso del edificio.
La actuación consiste en una reparación de la cubierta, afectada por un estado de conservación deficiente. En concreto, el elemento dañado que conforma la cubierta es una losa de hormigón armado que data de la reconstrucción de la torre que se hizo el siglo pasado, la cual se ha deteriorado a consecuencia de la oxidación de las armaduras por presencia de humedad.
La deficiencia fue detectada hace varios meses, y desde entonces se ha estado trabajando en la redacción del proyecto técnico para poder abordar la intervención, así como en la tramitación de la correspondiente licencia municipal y de autorización en materia de cultura, por tratarse de un bien protegido.
En concreto, la intervención, que ha sido prescrita por los Servicios Técnicos de la Delegación diocesana para el Patrimonio Cultural, consiste en “rehacer la cubierta mediante arcos y pequeñas bóvedas tabicadas de mayor compatibilidad con la naturaleza patrimonial del inmueble”, tal y como declara el arquitecto diocesano y responsable de las obras, D. Ángel Albert.
La actuación cuenta con la autorización autonómica de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, desde que el pasado mes de abril emitieran el pertinente informe favorable a la actuación.
Una de las dificultades de la obra radica en la elevación de los materiales por lo que, durante los próximos días, si las condiciones climatológicas lo permiten, se va a trabajar en el izado de los mismos.
Los pedagogos más modernos impulsan que cada vez más una educación vinculada con la vida; para la asignatura de Religión esto va ya en su ADN. La clase de Religión Católica incluye desde hace años actividades extraescolares que permiten a los alumnos conocer de primera mano la Iglesia y la vivencia de la fe cristiana, también son días intensos para conocerse mejor y crear un recuerdo imborrable. Después de prácticamente tres años de parón de actividades, los alumnos comienzan a recuperar el pulso de esta vivencia tan importante: el viaje a Roma con jóvenes de 4º de la ESO. Este curso los primeros han sido los instituto Jaume I de Burriana y Ximén d´Urrea de l´Alcora.
Los alumnos del IES Jaume I quisieron estar el Domingo de Ramos. Además de las obligadas visitas culturales de la Ciudad Eterna, participaron en la Misa de la Pasión del Señor con el Papa Francisco, que tuvo una mención a los jóvenes que en grupos muy numerosos asistieron a la celebración. También, el día anterior visitaron la Comunidad del Cenáculo, dedicada a la recuperación de jóvenes con dificultades, quienes dieron su testimonio de fe y esperanza.
Por su parte, los alumnos de IES Ximén viajaron durante este mes de mayo. El viaje se gestó desde la propia necesidad de alumnos de 4º y Bachiller, ávidos de un poco de aventura y descubrir mundo, que participaron y colaboraron en su organización. Visitaron las Catacumbas de Domitila, el Coliseo, el Foro Romano y el Castillo de Sant´Angelo. No faltó tampoco la visita a la Comunidad del Cenáculo para que pudieran conocer la Iglesia viva, una cena en el Trastevere, cruzando la Isla Isolina, los Museo Vaticanos y la Basílica de San Pedro, donde pudieron rezar, y donde algunos de ellos dijeron que sintieron ”algo especial”.
La matrícula de secundaria será el próximo 26 de mayo. Es el momento para que las familias y los alumnos puedan escoger un año más la asignatura de Religión Católica, una materia apasionante y divertida, que al mismo tiempo permite a los jóvenes recibir, a través de la razón, la Buena Noticia del Evangelio y completar de manera armónica su formación cristiana.
En marzo de este año se cumplió el 50 aniversario del nacimiento del Camino Neocatecumenal en la Diócesis de Segorbe-Castellón, de este “itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos de hoy”, tal y como fue definida por San Juan Pablo II, y que fue iniciado por Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote Mario Pezzi.
Era el año 1972 cuando se iniciaban, en la parroquia María Auxiliadora de Burriana, las catequesis de la que nacería la primera comunidad neocatecumenal de la Diócesis, formada por 65 personas: 3 sacerdotes, 1 diácono y 61 laicos. Fue de la mano del párroco, el salesiano D. Antonio Garciandía Gorriti, y de un equipo de catequistas formado por cuatro jóvenes de la parroquia Virgen de la Paloma y San Pedro el Real de Madrid: Antonio González, Félix Villegas, Enrique Callejo y Virginia Baeyens.
Han pasado ya 50 años, y los miembros de las comunidades lo han celebrado esta mañana con una Eucaristía de Acción de Gracias en la Basílica de El Salvador de Burriana, presidida por nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente.
Actualmente hay 44 comunidades en multitud de parroquias de la Diócesis: Santísima Trinidad, Santa María, San Miguel y Santo Tomás de Villanueva (Castellón); Ntra. Sra. de la Merced (Burriana); San Bartolomé y San Jaime (Nules); Santo Tomás de Villanueva (Benicàssim); Santa María Magdalena (Moncofa); Santos Juanes (Almenara); Virgen del Carmen (Onda), y Santiago Apóstol (La Vall d´Uixó).
Cabe indicar que el Camino Neocatecumenal es un itinerario de redescubrimiento del Bautismo y de formación permanente en la fe, al servicio de los obispos y de los párrocos, y que es propuesto a los fieles que deseen reavivar en su vida la riqueza de la iniciación cristiana.
Uno de sus frutos en la Diócesis, como ha indicado el Obispo, es el Seminario Diocesano Internacional y Misionero “Redemptoris Mater”, erigido canónicamente el 8 de diciembre de 1999, solemnidad de la Inmaculada Concepción, por el Obispo D. Juan Antonio Reig.
D. Casimiro ha comenzado la homilía saludando a todos los presentes desde la alegría de Cristo resucitado, y sabiendo “que el Señor nunca nos abandona y camina entre nosotros hasta el final de los tiempos”. “Queremos dar gracias a Dios por el don del Camino Neocatecumenal, en el mundo entero, pero sobre todo en nuestra Iglesia diocesana”, decía, “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.
También ha agradecido al Señor “por tantos dones como a lo largo de estos 50 años de presencia del Camino en nuestra Iglesia diocesana de Él hemos recibido”, “dones de conversión, de renovación, de evangelización y de santidad, que enriquecen a nuestra Iglesia, y nos recuerdan que el Señor sigue estando grande con nosotros”.
A la luz de la Palabra proclamada y del Jubileo diocesano que estamos celebrando, D. Casimiro ha exhortado a la evangelización, a anunciar a Cristo resucitado y el amor de Dios. «Id por todo el mundo y predicad el evangelio», “esa es nuestra misión y nuestra razón de ser”, ha señalado. “La Iglesia y vuestras comunidades no pueden vivir para si mismas”, pues “estamos llamados a la misión, desde la conversión y la renovación”.
«Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de la vocación con que habéis sido llamados». “A lo primero a lo que hay que ayudar a un bautizado es, a través del catecumenado postbautismal, a acoger la nueva vida, a ser discípulos misioneros del Señor”. Y para ello “se requiere mucha humildad, paciencia y mansedumbre, porque no somos nosotros los que tocamos el corazón, sino el Espíritu”.
Por último, el Obispo ha animado a “valorar los caminos que nuestra Iglesia nos ofrece, para integrarnos todos en la unidad del cuerpo de Cristo, para así, llevar entre todos, el mandato de llevarle a Él a la humanidad”. “Todos caminamos juntos como Iglesia del Señor, cada cual según el don, el ministerio y la vocación que ha recibido”. Recordando el lema del Año Jubilar, decía que “Él nos llama todos a crecer en la comunión para salir a la misión”, siendo este Jubileo “un año de gracia para que nos convirtamos más al Señor, para que nos dejemos renovar por Él, personalmente y como comunidades”.
Desde el comienzo de la invasión y hasta hoy, día 29 de marzo, Cáritas Interparroquial de Burriana ha recibido más de 31.000 € para Ucrania. Concretamente, todo lo recaudado se está destinando a los campos de refugiados de Lublin, ciudad polaca fronteriza con Ucrania.
Según ha informado D. Joaquín Botas, subdirector de la Interparroquial, ha sido posible gracias a la donación económica de las parroquias, cofradías y asociaciones del municipio, de varias empresas, así como de particulares. También de productos en especie, como “alimentos infantiles, mantas, linternas, artículos para la higiene, medicamentos…”, indica.
Esta es “una pequeña historia de Cáritas en Burriana, donde la unión de personas de nuestra ciudad entorno a esta gran organización de la Iglesia Católica que es Cáritas, presente en 165 países, ha hecho posible un pequeño milagro”, ha explicado D. Joaquín. Ello ha sido posible también gracias al ofrecimiento de Bagú S.A., empresa de naranjas de Burriana que envía camiones casi todas las semanas a Lublin, ofreciendo espacios gratuitos para Cáritas en sus camiones; a la Cooperativa San José, que ha brindado sus instalaciones y medios; así como a generosas donaciones de empresas, como La Joya Export.
Todo lo que se envía es recepcionado y distribuido en los campos de refugiados por Cáritas Lublin, “así sabemos que no se pierde nada por el camino, siempre con la garantía de que van de Cáritas a Cáritas”, asegura.
Ya se han mandado cuatro envíos, el último de ellos esta misma mañana, “y estamos preparados para bastantes más”, señala, “firmes en la intención de que mientras dispongamos de espacio gratuito en el transporte de naranjas a Lublin, no les vamos a fallar a tantos ucranianos víctimas de una guerra injusta y cruel”. Además, “sabemos que hay más iniciativas en el ámbito de parroquias, colegios… y seguiremos con nuestra labor, porque regularmente desde Cáritas de la Archidiócesis de Lublin nos informan de lo que más falta les hace”.
Ayer tuvo lugar el último encuentro entre nuestro Obispo, D. Casimiro, con los sacerdotes, diáconos permanentes y miembros de los Consejos de Pastoral parroquiales y arciprestal de los arciprestazgos de la Diócesis.
La semana pasada se llevaron a cabo dos reuniones, con el Arciprestazgo de Castellón Norte y con el de Burriana, y la última se celebró ayer con el de la Costa.
El Arciprestazgo de Castellón Norte, del que D. Joaquín Muñoz es el Arcipreste, comprende las parroquias de El Salvador, Ntra. Sra. del Carmen, la Sagrada Familia, S. Juan Bautista de Pueblo Seco, la Basílica Mare de Déu del Lledó, Santa María, la Iglesia Purísima Sangre, San Cristóbal y Santo Tomás de Villanueva.
El Arciprestazgo de Burriana, del que D. Pedro Miguel Cid es el Arcipreste, comprende Ntra. Sra. del Carmen del Puerto de Burriana, Alquerías de Sta. Bárbara, Alquerías del Niño Perdido, y María Auxiliadora, Ntra. Sra. de los Desamparados, El Salvador y Ntra. Sra. de la Merced de Burriana.
Y el Arciprestazgo de la Costa, del que D. Albert Arrufat es el Arcipreste, comprende el Grao de Castellón, la Ribera de Cabanes, Oropesa del Mar, Benicàssim y Torreblanca.
D. Casimiro presentó la Carta Pastoral con motivo del Año Jubilar diocesano por el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe. Un Año de gracia que nos ayudará a toda la comunidad diocesana a crecer en la comunión, a sentir la Iglesia diocesana como propia a fin de amar y servir a nuestra Madre, la Iglesia de Segorbe-Castellón.
También presentó la Reflexión Diocesana, que estamos llevando a cabo de forma armónica junto la Fase Diocesana del Sínodo de los Obispos, para que mirando al Señor y la situación concreta en que nos encontramos -la realidad con los nuevos retos que nos plantea-, busquemos las necesidades y prioridades pastorales, y definamos los caminos para impulsar juntos la evangelización y renovación misionera.
La parroquia de Ntra. Sra. de la Merced de Burriana, con el apoyo de la Delegación diocesana de Familia y Vida, ha organizado una Jornada formativa en Naprotecnología, o también conocida como Tecnología de la Procreación natural, un nuevo abordaje médico y científico que estudia los posibles problemas de fertilidad derivados en la salud de la mujer y del hombre en el ámbito conyugal, llegando a un diagnóstico concreto.
Será el este próximo sábado, 6 de noviembre, de 10.15 a 14.30 h., de la mano de la Dra. Helena Marcos, Médico de familia, Monitora de Métodos Naturales, Médico Consultor Napro y Secretaria de la AEN Naprotec; y de Venancio Carrión Armero, Máster en Bioética, Máster en pastoral familiar, Monitor afectivo-sexual, y Presidente de AEN Naprotec.
Según explican, desde hace varios años, algunos matrimonios de esta parroquia han conocido “este camino que se propone desde la medicina, pero que nace desde una antropología cristiana que respeta a toda persona y la esencia del matrimonio, ya que respeta el doble significado del acto conyugal en todo momento”.
En el año 2014, la Dra. María Victoria Mena inició en España este modo de hacer medicina desde su consulta en Zaragoza, y desde el año 2015 la Dra. Helena Marcos inició este camino en su consulta del Centro de Orientación Familiar (COF) de Getafe. Así, Venancio y Jordina fueron uno de los primeros matrimonios españoles en estudio, y junto a las doctoras fundaron Naprotec.
“Esta Jornada está destinada a todos los públicos: chicas jóvenes, novios, matrimonios, agentes de pastoral, sacerdotes, religiosas, consagradas…, y en ella se proporciona la posibilidad de conocer este camino de salud, cuya finalidad es el abordaje médico, así como la santificación de las personas y del matrimonio”.
Naprotec ha diseñado un sistema de acompañamiento que vela por el bien de la mujer y de los esposos en todo el proceso. De la experiencia de los matrimonios, ha surgido también un grupo de apoyo a pacientes, Rahúm, que se tendrá la oportunidad de conocer.
También será posible realizar preguntas a los ponentes, que responderán desde la experiencia de más de 6 años acompañando a miles de matrimonios, y se podrá escuchar el testimonio de matrimonios y jóvenes en el estudio.
La entrada al evento es gratuita, pero requiere inscripción por razones de aforo AQUÍ. Además, se deberán respetar todas las medidas de seguridad, distancia y mascarilla.
Lledó, los Desamparados, Les Santes, La Divina Pastora, Fátima… El mes de mayo está adornado como con perlas que celebran a la Virgen María a través de numerosas invocaciones. El pueblo fiel expresa durante estos días su amor filial por la Madre del Salvador, incluso con las restricciones impuestas por el estado de alarma. En la homilía de la fiesta de la Mare de Déu del Lledó, el 3 de mayo, el Obispo explicaba que “María nos da, nos ofrece y nos lleva a su Hijo que sufre y camina con nosotros”. Y añadía: “El deseo más ferviente de María es que acojamos y nos dejemos encontrar por Cristo Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida para que nos convirtamos a Él, para que abramos nuestro corazón a Él en especial en estos momentos de pandemia”.
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