Cursillos pre-matrimoniales con la mirada más allá de la boda
Los Cursillos pre-matrimoniales organizados por la Delegación Diocesana de Familia y Vida han reunido a 25 parejas de novios que se preparan para la boda religiosa. Este viernes, 16 de noviembre, es la segunda sesión. El delegado episcopal, Luis Oliver, explica que se pretende «suscitar el deseo de un encuentro con Cristo para fundamentar el matrimonio, y aportar los ejes básicos a nivel natural y cristiano del vínculo conyugal». La formación consta de cuatro sesiones, que se complementan con los encuentros con el párroco de cada pareja.
Luis Oliver defiende la importancia de la formación para poder hacer frente a los desafíos que se plantean a las familias: «Tenemos que ser capaces de poder mantener un acompañamiento después de la boda porque vivir la fe y el matrimonio en solitario es un peligro. En segundo lugar hay la cuestión de la conciliación laboral. Y por último es necesario cultivar el sustrato humano de modo que la base sobre la que actúa la gracia sea más sólida y se pueda experimentar más fácilmente la presencia de Dios».
Iniciativas de la Delegación de Familia
Para responder a las necesidades de los nuevos matrimonios y de las familias, la Delegación Diocesana convoca a las entidades que trabajan en este ámbito de pastoral a una reunión el 15 de diciembre. En este encuentro se planteará el proyecto de crear una escuela de familias que se pueda ofrecer a las parroquias.
La Delegación de Familia organiza desde hace cinco años estos cursillos pre-matrimoniales que ya se han consolidado como una oferta diocesana de preparación a las nupcias. Este curso se ofrecen en Castellón en el primer y tercer trimestre del curso, y en La Vall d’Uixó en febrero.
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