Los colegios diocesanos comienzan el curso conscientes de los retos pero transmitiendo confianza a las familias
«Comprendemos la preocupación y el miedo al contagio, pero el colegio es uno de los lugares más seguros para nuestros hijos e hijas; Se han tomado todas las medidas sanitarias y de prevención necesarias». La contundencia de Consuelo Moreno, directora pedagógica del colegio diocesano Obispo Pont, se corresponde con la de los otros tres centros de titularidad eclesiástica: el Seminario y la Milagrosa en Segorbe, y el Mater Dei en Castellón. Todos son conscientes de los retos que plantea este curso. Al mismo tiempo miran la vuelta presencial a las clases con ilusión y transmitiendo confianza a las familias.
Carlos Calduch, del Colegio Seminario, asegura que como docentes se enfrentan al reto de demostrar «de lo que somos capaces y dar respuesta a las familias y a los alumnos», y que «ahora más que nunca los maestros tendremos que aportar nuestras mejores cualidades para que los alumnos sigan evolucionando en su educación».
Ana Pascual, de la Milagrosa de Segorbe, hace un llamamiento a las familias y a la comunidad educativa para afrontar esta situación con responsabilidad, «pero siempre con la gratitud y la confianza por banderas».
Consuelo Moreno, del Obispo Pont de Vila-real, afirma que pondrá «todo el empeño para que este curso se desarrolle dentro de la mayor normalidad posible».
Patricia Montalvá, del Mater Dei, evoca la imagen del curso pastoral de este año en la Diócesis – el Buen Samaritano del artista Marko I. Rupnik – para manifestar la actitud de «agacharse hacia el que está herido, el que viene preocupado, los alumnos y sus familias, y caminar junto con ellos. Será un año duro, pero muy interesante porque nos pone frente a nuestra humanidad».
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