Don Casimiro celebra la tradicional reunión mensual con los sacerdotes jóvenes de la Diócesis
Monseñor López Llorente ha celebrado su tradicional reunión mensual con el clero joven de nuestra diócesis. En esta ocasión, nuestros sacerdotes se han reunido con el Obispo de Segorbe-Castellón en la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castellón y han reflexionado sobre la importancia de la Penitencia. Don Jaime Sancho, rector de la Basílica de la Mare de Déu dels Desamparats, ha sido el encargado de impartir la charla formativa y ha comenzado glosando para los presentes los momentos y autores más importante en la historia de la dicho sacramento, a fin de comprenderlo y reactivarlo en el momento presente.
Sancho ha insistido en que el sacramento de la penitencia no es un invento de las primeras comunidades cristianas, sino que fue instituido por Jesucristo y dado a los apóstoles. Es Cristo, por tanto, quien actualiza el perdón en el penitente, que lo recibe en el momento que lo acepta. Santo Tomás de Aquino, una de las figuras más importantes para la correcta interpretación del sacramento de la confesión y cuyos principios ha glosado el ponente, afirma que es el mismo Dios el que siempre nos llama a la penitencia y a una conversión más profunda. Nos convertimos hacia Dios solo porque primero Él nos ofrece su gracia. De esta manera el acto de conversión siempre tiene un comienzo divino, porque es siempre Dios quien nos acerca a Él.
La fórmula sacramental, la fórmula definitiva que dio Santo Tomás de Aquino, tiene que ver –por tanto- con la imperfección de la contrición humana. Nosotros por nosotros mismos no podemos alcanzar una perfección de la caridad y, lógicamente, de la contrición. La gracia del sacramento transfigura al penitente mediante la actuación de la contrición perfecta que nos ganó Jesucristo con su muerte en la cruz.
Asimismo, Don Casimiro ha animado a los sacerdotes más jóvenes de nuestra diócesis a estar en el confesionario, ya que es un tiempo redimido que se dedica a la pastoral y que es donde se manifiesta el amor de Dios por el pecador.
La reunión empezó con el rezo de la hora intermedia y, tras la charla de Don Jaime Sancho, los asistentes celebraron la tradicional comida de fraternidad, invitados por la parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castellón.
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