Los sacerdotes mayores celebran el jubileo de San Vicente Ferrer
Mons. Casimiro López Llorente ha convocado, a través de la Vicaría para el Clero, a los sacerdotes mayores de 75 años para un encuentro en la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Han acudido 32 presbíteros, tanto diocesanos como religiosos, a una jornada que ha comenzado con la celebración de la Misa en la parroquia de San Vicente Ferrer, templo jubilar vicentino en la ciudad de Castellón. Tras la celebración, D. Vicent Gimeno ha narró el paso del santo dominico por la Diócesis y se ha concluido con una comida en la Casa Sacerdotal Familia de Nazaret.
Es el tercer año que se organiza esta jornada que, según el Obispo, tiene el objetivo de “encontrarse entre nosotros y con el Señor para dar gracias por el ministerio y la fidelidad que nos ha concedido, y orar para continuar tras las huellas del Buen Pastor”. Con los presbíteros diocesanos, había religiosos de las comunidades agustinas, carmelitas y franciscanas.
«A esta edad vamos a lo esencial»
En esta edición se han sumado nuevos sacerdotes que han cumplido 75 años. D. Joan Llidó reconocía que a esta edad “todos tenemos achaques. Al mismo tiempo siguen las ganas de trabajar por el Evangelio, pero ya no en primera línea. Y sobretodo crecemos en sabiduría y libertad interior: Vas a lo esencial porque te das cuenta que lo más importante es la bondad y el amor”.
En su homilía, Mons. López Llorente ha recordado cómo “Dios ha escogido dentro de su Iglesia a los sacerdotes para compartir de manera especial su misión salvífica. De aquí la llamada a configurarse con Jesús teniendo sus mismos sentimientos, siendo transmisores de la gracia y misericordia de Dios, viviendo como Él para que ante la gente se transparente el único Mediador y Sacerdote”.
Intercesión de San Vicente
El Obispo también ha exhortado a señalar hacia Cristo, en particular en una época que “busca la salvación en el bienestar”, y ha evocado la figura de San Vicente Ferrer: “Pidamos por su intercesión ser cada día santos, que infunda en nosotros ese ardor de evangelizar, y que donde nos encontremos seamos personas que trabajan por la unidad en el presbiterio, en las parroquias y en las comunidades”.
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