Dña. Teresa Valero: “es necesaria una conversión que implique un cambio de mentalidad, de actitudes, de prácticas y de estructuras”
Ayer tuvo lugar, en el Seminario Mater Dei, la primera de las dos conferencias de las Jornadas de Formación sobre el Primer Anuncio. Los sacerdotes y diáconos por la mañana, y seglares y religiosas por la tarde, pudieron escuchar a Dña. Teresa Valero, Delegada episcopal de Primer Anuncio y Apostolado Seglar de la diócesis de Solsona, Miembro del Área de Primer Anuncio de la Comisión de Evangelización y Catequesis de la CEE, y Cofundadora y Directora de la Fundación Autem (Instituto para la renovación pastoral).
Dña. Teresa disertó sobre «El Primer Anuncio al servicio de la conversión personal y renovación eclesial», para lo que aludió al Papa Francisco que, a la hora de abordar la conversión pastoral, insiste en que esta presupone una conversión personal: “supone una invitación a tomar contacto con aquello que en nosotros y en nuestras comunidades está necrosado y necesita ser evangelizado y visitado por el Señor. Y esto requiere coraje porque lo que necesitamos es mucho más que un cambio estructural, organizativo o funcional” (Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania). Apela a que la renovación “se haga en clave teologal para que el Evangelio de la Gracia con la irrupción del Espíritu Santo sea la luz y guía para enfrentar estos desafíos”.
Además, debe ser una conversión que implique un “cambio de mentalidad, de actitudes, de prácticas y de estructuras” (Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia 2018). Estos cambios personales y pastorales tienen como objetivo ser fieles a la vocación, identidad y misión de la Iglesia de Jesucristo en una nueva época. Si el Concilio Vaticano II y el magisterio posterior esclarecen en gran medida la identidad de la Iglesia, Francisco invita a la vivencia existencial de esta identidad, como un modus vivendi et operandi. Sólo viviendo desde lo que realmente somos -personal y comunitariamente- podrá darse una renovación pastoral y misionera.
Por lo tanto, la conversión personal es una llamada a vivir desde la propia identidad, explicó Dña. Teresa. A integrar una “doble identidad” en cuanto a los laicos, la de imagen de Dios y la de Hijos por el bautismo; “triple” en cuanto a los presbíteros, imagen de Dios, Hijos de Dios y Ungidos para ungir.
La pregunta de Dios a Adán- ¿Dónde estás? (Gn. 3,9)- atraviesa la historia de la humanidad y resuena en cada uno de nosotros, indicó. Puesto que la vasija de barro que contiene nuestra identidad es de tierra Adámica, configurada por nuestra historia, nuestras heridas, nuestras debilidades, así pues, tiende a no reconocerse y realizarse en Dios. Es necesario pues, para que exista una verdadera conversión pastoral, revisitar nuestra identidad, pues “llevamos este tesoro en vasijas de barro”.
Por otra parte, habló de la Fundación Autem para el desarrollo del liderazgo pastoral, que tiene como propósito facilitar el desarrollo de un liderazgo en la Iglesia capaz de transformar la cultura de conservación en una cultura misionera; así como la visión de generar procesos que tienen como finalidad facilitar la transformación a través de la formación, el desarrollo y el acompañamiento de los sacerdotes y sus equipos pastorales.
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