Testimonio de Amparo Villoria, viuda de Ismael Romero, fallecido por coronavirus
“me mantiene saber que Ismael está en el cielo velando por nosotros, porque creo en la vida eterna”
Ismael Romero, de 69 años de edad, nació en Serradilla (Cáceres). Desde bien pequeño se fue a vivir a Salamanca, donde conoció a Amparo, su mujer. Por motivos laborales se vinieron a vivir a Castellón hace 36 años. Tienen dos hijos, Myriam, casada con David, e Ismael, casado con Sandra; y 5 nietos. Juntos, Ismael y Amparo han vivido su fe en la parroquia de la Santísima Trinidad de Castellón, en la segunda comunidad del Camino Neocatecumenal, y también han estado comprometidos con la parroquia de San Vicente Ferrer de Castellón.
Ismael estuvo 49 días en la UCI y 4 días en planta. Falleció el 16 de mayo en el Hospital General de Castellón.
¿Cómo estás ante este acontecimiento, del fallecimiento de Ismael?
Me he sentido mal, por el dolor que tenía tan grande, pero a la vez me he sentido muy apoyada por la oración, porque he tenido mucho tiempo para orar, y me he sentido muy apoyada por todos los hermanos y por tanta gente que ha estado rezando por nosotros. La comunión de los santos se nota, yo lo he notado, y gracias a esas oraciones me he podido mantener firme y esperando en el Señor. He estado dos meses y medio completamente sola en casa porque no podía entrar nadie, pero gracias al Señor, dentro de este sufrimiento he podido vivir la soledad en paz. Por eso digo que la oración de los hermanos es lo que más me ha acompañado.
¿Qué es lo que te está sosteniendo durante todo este tiempo?
Pues al principio yo tenía la esperanza de que Ismael se iba a curar y que iba a salir, pero cuando ves la gravedad… empecé a pensar que nos dejaba y se iba con el Señor. Ahora me mantiene el saber que Ismael está en el cielo, y que está velando por todos nosotros, porque creo en la vida eterna.
¿Te está ayudando la fe en Cristo resucitado?
Por supuesto que me está ayudando, y mucho. El Señor nos ha regalado que Ismael no muriera solo, pues los 4 días que estuvo en planta pudo estar acompañado por nuestra hija Myriam, ya que había pasado el coronavirus y tenía anticuerpos. Y ella le hablaba continuamente, rezaba mucho con él hasta el día que falleció. El ratito antes de fallecer, Myriam no dejo de rezar ni un minuto, para que sucediera lo mejor para su padre y que fuera lo que Dios quisiera. Ismael ha muerto con el Rosario en la mano y con mi hija acompañándole, y para mí eso es un don del Señor.
Otra cosa muy importante para nosotros fue el entierro, poderle dar sepultura y que no fuera incinerado. También, que por un día, gracias al cambio de fase, pudimos asistir quince personas en lugar de tres. Éramos pocos, pero se le hizo un entierro muy digno, con las oraciones, con cantos y salmos, y no le faltó de nada, y para mí eso es un don del Señor.
También, después del cementerio yo me fui a hacer la prueba del Covid y di positivo, después de tanto tiempo encerrada en casa, y fue duro, porque yo ya pensaba que me podía juntar con mis hijos y mis nietos después de tanta soledad. No lo entendí, pero cuando llegué a mi casa reflexioné. Estuve sola a ratos, pues mi hija venía algún momento, y eso me ha ayudado muchísimo, y rezar juntas, lo que para mí ha sido otro don del Señor. Ahora sigo en casa, ya he dado negativo y no tengo el virus, pero no tengo muchas ganas de salir. Recuerdo muchísimo a Ismael, pero de todo esto que hemos pasado me quedo con lo bueno, con todas las bendiciones que nos ha regalado el Señor, por tantas cosas que le quiero dar las gracias y decir “Amén”.
¿Ha podido Ismael recibir la unción de enfermos?
Pues sí, Ismael recibió la unción de enfermos cuando estaba en la UCI muy grave, y la verdad que para mí eso fue otro don del Señor.
También me gustaría recordar y dar las gracias a todos los trabajadores del Hospital General de Castellón por el trabajo que han realizado y que están realizando con todos los enfermos. Ismael ha estado muy bien cuidado y muy bien atendido, y espero que Dios les ayude a todos a seguir adelante lo mejor posible.