El Consejo Diocesano de Juventud agradece en un vídeo la labor de la Iglesia ante el coronavirus
Varios miembros del Consejo Diocesano de Juventud de la diócesis de Segorbe-Castellón han elaborado un vídeo en el que agradecen la labor de la Iglesia durante esta pandemia del coronavirus.
Han querido agradecer la labor de los religiosos y religiosas, por su trabajo y oración; de los sacerdotes, por ponerse al servicio de los feligreses; de los obispos, por su fortaleza; de todos los voluntarios que están ayudando en las parroquias; así como de los catequistas, por mantener el contacto con los niños y jóvenes.
El delegado de Juventud, José Miguel Sala, agradece en el vídeo el trabajo de tantos voluntarios que ayudan en las Cáritas, atendiendo a las familias más vulnerables de nuestra sociedad. El subdelegado, Manuel Díaz, pone de relieve la tarea que están desarrollando los capellanes de hospital, atendiendo a los enfermos y a sus familiares.
Los jóvenes pertenecen a varios grupos y movimientos, como TeenStar, Jóvenes en el Corazón de Cristo por María, Hakuna, Scouts de Europa, Movimiento Scout Católico, Equipos de Nuestra Señora, Cursillos de Cristiandad y Opus Dei.
El vídeo concluye con la oración del Papa Francisco ante el coronavirus:
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación del pueblo romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que nos diga Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
¡Amén!