Queridos diocesanos:
Nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón quiere en este curso promover la acogida, la escucha y el acompañamiento, potenciando espacios de acogida y experiencias de acompañamiento personal y comunitario en nuestras comunidades. Consideramos fundamental para nuestra acción pastoral y misionera escuchar y acompañar humana y espiritualmente a las personas para llevarlas al encuentro personal con Cristo vivo, así como para ayudarlas a crecer en la fe y vida cristiana, y discernir, acoger y vivir la llamada o vocación que Dios tiene para cada persona. También los matrimonios y las familias necesitan ser acompañados para ayudarlos a descubrir la belleza del matrimonio y vivir con alegría su vocación matrimonial y familiar. Y lo propio se puede decir de los grupos y de las comunidades parroquiales.
Para llevar a cabo este objetico necesitamos acompañantes debidamente formados. El papa Francisco nos ha dicho: “Más que nunca necesitamos de hombres y mujeres que, desde su experiencia de acompañamiento, conozcan los procesos donde campea la prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar, y la docilidad al Espíritu” (EG n.171). El mismo Francisco nos pide iniciar a sacerdotes, religiosos y laicos en el ‘arte del acompañamiento’ (cf. EG n. 169). En efecto, acompañar humana y espiritualmente a las personas, a los novios, a los matrimonios y familias, a los grupos y comunidades es un arte, que necesita ser aprendido.
Para iniciar este camino necesitamos en primer lugar conocer nuestro propio caminar y tener la experiencia de ser acompañados. Es la base para aprender el arte del acompañamiento. No podrá ser un buen acompañante quien no ha tenido o tiene la experiencia de un buen acompañamiento. El acompañante necesita también ser acompañado, abarcando todas las dimensiones de la vida, a sabiendas de que el acompañamiento no puede entenderse limitado a la dirección o al acompañamiento espiritual. Es preciso conocerse a sí mismo para comprender al otro, y comprender para poder acoger y amar, evitando protagonismos y paternalismos. Se trata de acompañar con cercanía y con amor buscando siempre el bien del acompañado.
El arte del acompañamiento pide aprender la virtud de la escucha auténtica. Hay que saber escuchar en profundidad, y dejar hablar sin juicios ni prejuicios. Muchas personas necesitan y desean ser escuchadas. Pero escuchar no es tan sencillo. No es lo mismo que oír. En ocasiones es más fácil decir palabras sensatas y dar buenos consejos que escuchar. Todos tenemos palabras sensatas y nos vienen a la mente mil consejos. Pero, ¡qué suerte encontrar a alguien que escuche! Esta actitud debe ayudar a descubrir cada realidad y profundizar en ella, en el convencimiento de que es posible salir de la situación, y que es posible la superación y la transformación personal y comunitaria. Hemos de reconocer nuestros límites y aceptarlos. Y saber cuándo podemos estar y cuándo no. En el acompañamiento son necesarias las virtudes de la humildad, la fortaleza y la paciencia.
El acompañamiento ha de ser preventivo, sanador y misericordioso, prestando una especial atención a las personas vulnerables. Se necesitan también espacios de apertura, de amistad y de fraternidad, que favorezcan el encuentro con Cristo vivo. En el acompañamiento ha de reinar la corresponsabilidad, es decir, una responsabilidad compartida, confidencial y sincera. El acompañado es quien, con la ayuda del acompañante y dócil a la acción del Espíritu Santo, ha de tomar su vida en sus manos y tomar personalmente las decisiones oportunas.
Todo acompañante ha de estar formado y dotado de habilidades prácticas y conocimientos específicos. Somos conscientes que necesitamos formación en el arte de acompañar. Con este fin la Diócesis ofrecerá, ente otros medios, una Jornada de talleres y prácticas sobre el acompañamiento en el colegio diocesano Bisbe Pont i Gol en Vila-real, el sábado 26 de octubre, al que estáis todos invitados. También la formación permanente de los sacerdotes, en torno a la fiesta de Santo Tomás de Aquino, se centrará en esta temática.
Acojamos la llamada y el ofrecimiento de nuestra Iglesia diocesana. Aprendamos el arte de acompañar. Forma parte de la llamada de Jesús a evangelizar, y de la llamada de nuestra Iglesia a la conversión personal y comunitaria, pastoral y misionera.
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón