Encuentro Diocesano de Catequistas: Servidores del evangelio de la Caridad
El encuentro ha congregado hoy a los catequistas de la diócesis en el Seminario Mater Dei, donde han podido profundizar, junto al Obispo, en el evangelio de la Caridad en la catequesis.
Carlos Asensi, delegado diocesano de Catequesis, ha recordado la importancia del evento, «es muy importante que todos los catequistas que vivimos la fe y la transmitimos a los demás, nos juntemos en un encuentro para sentirnos acompañados y apoyados, y también reforzados por la Eucaristía con la que ha empezado el encuentro». «Si no llegamos al Señor con el corazón, si no nos encontramos con Él, de nada va a valer la catequesis y esa transmisión» ha añadido.
En la homilía, Casimiro López Llorente ha hecho hincapié en tres palabras: conversión, seguimiento y misión. «Nosotros somos los primeros que estamos llamados a la conversión, que significa volver la mirada y el corazón al Señor para que Él ocupe el centro de nuestra vida, como cristianos, como catequistas y como pastores, lo que comienza con un encuentro personal».
«La conversión ordena nuestra vida, y nos lleva a la reconciliación, en la que Él sana y cura nuestras heridas para que el seguimiento esté centrado en el Señor, lo que nos ayuda en nuestra tarea y en nuestra misión de llevar y acompañar a otros al encuentro personal con Él», decía.
Tras la Eucaristía, el rector del Seminario Mater Dei, Juan Carlos Vizoso, ha expuesto el tema de reflexión, para lo que ha señalado varias características del catequista con respecto a la caridad, y extraídas del episodio de la revelación de Cristo resucitado a los discípulos de Emaús.
«Hacer descubrir la caridad al catequizando parte de tratarlo y acompañarlo desde la caridad, y es una verdad del corazón humano que difícilmente puede abrazar quien no se siente abrazado, de ahí que las manifestaciones de caridad de Cristo en su catequesis camino de Emaús sean el modelo de un catequista» ha explicado Vizoso.
Las características del catequista que ha nombrado son:
- Hacerse presente en la tristeza y los límites de los catequizandos.
- Iluminar la historia, y por ello también las cruces del niño o del joven haciéndolas gloriosas.
- Ser instrumento para encender el corazón, ya que nuestro entusiasmo es el medio con el que el Espíritu es capaz de reavivar el corazón de los catequizandos. «Reaviva el carisma que hay en ti» pide San Pablo a Timoteo.
- Y descubrir a Cristo en la Eucaristía y el perdón que sana. A los discípulos se les hace evidente la presencia de Cristo, y eso les lleva al deseo de reconciliación, manifestado en la vuelta urgente a la comunidad/familia de la fe.
Una vez finalizada la charla se ha realizado el trabajo por grupos, cada uno de ellos moderado por alguna de las diferentes realidades presentes en la diócesis, como son, entre otros, el oratorio de niños pequeños, Teen Star, catequesis de postcomunión, catequesis prematrimoniales, catequesis de iniciación cristiana, o el Centro Diocesano de Orientación Familiar, con el objetivo de sacar algunas conclusiones concretas con las que transmitir el amor de Dios.
Este completo programa ha concluido con la puesta en común y con varios testimonios de actividad catequética relacionada con la caridad.