«El primer Anuncio como clave en la generación de discípulos misioneros»
La Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, dentro de la Conferencia Episcopal, organizó del 19 al 21 de noviembre de 2024 unas jornadas para delegados diocesanos de Primer Anuncio y colaboradores, con el lema “El primer Anuncio como clave en la generación de discípulos misioneros”.
Mediante conferencias, charlas TED y seminarios se abordaron temas como “los miedos y resistencias a la hora de empezar una iniciativa de Primer Anuncio”, “¿Y después del Primer Anuncio? Pasar de una pastoral de actividades a una pastoral de procesos” o “Primer Anuncio y catequesis de iniciación cristiana”.
También hubo momentos de oración, uno de ellos en la capilla de la Sucesión Apostólica de la Conferencia Episcopal. Además, se visitó la parroquia San Clemente romano (Madrid) para conocer un ejemplo práctico de parroquia en proceso avanzado de renovación pastoral y aplicación de metodologías de Primer Anuncio como Alpha, Edge y Lifeteen.
Las jornadas se llevaron a cabo en Pozuelo de Alarcón, y contaron con la participación de equipos de Primer Anuncio de 33 diócesis de España. De la Diócesis de Segorbe-Castellón participó el Delegado de Primer Anuncio, Catecumenado, Catequesis, Enseñanza y Discapacidad, D. Juan Agost, y su colaboradora, Miriam Homedes.
El próximo 3 de diciembre, la parroquia de El Salvador en Castellón será el centro de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad en nuestra Diócesis con la celebración de una Misa organizada por la Pastoral del Sordo. Bajo el lema «Todos juntos regalamos esperanza», esta Misa tendrá lugar a las 19:00 horas y contará con adaptaciones especiales que garantizarán la participación plena de todos los asistentes, independientemente de sus capacidades.
Una campaña para sensibilizar e inspirar
Esta iniciativa se enmarca en la campaña de la Conferencia Episcopal Española que, con el mismo lema, busca reforzar el compromiso de la Iglesia con la inclusión y la evangelización en este ámbito pastoral. Como señala el papa Francisco en la Bula de convocatoria del Jubileo 2025, Spes non confundit, si de algo tiene necesidad nuestro mundo es de esperanza.
La campaña también incluye recursos como un guion litúrgico, un mensaje de los obispos de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, y un vídeo protagonizado por personas con discapacidad. En el vídeo, acompañado de la canción “Todos somos un regalo para los demás” del grupo Hakuna, se destacan testimonios de superación, convivencia y fraternidad, subrayando que cada persona es un regalo único que enriquece a la comunidad.
Además de la Misa en Castellón, se celebrarán otros actos a nivel nacional, como la retransmisión en TRECE de una Eucaristía especial el 1 de diciembre, desde la basílica de la Concepción, con la participación activa de personas con discapacidad. Estas acciones ponen de manifiesto el esfuerzo por derribar barreras y construir una Iglesia en la que cada persona pueda experimentar la fe desde su realidad.
Un mensaje de esperanza para todos
La jornada invita a reflexionar sobre cómo nuestras capacidades y limitaciones nos hacen únicos y necesarios en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. «La discapacidad nos toca a todos de algún modo, y aceptar nuestras limitaciones mientras trabajamos por superarlas es un acto de esperanza», destacan desde el área de la discapacidad de la Conferencia Episcopal Española.
En Castellón, esta Misa será un momento para celebrar la diversidad y renovar el compromiso con una comunidad unida, solidaria y llena de esperanza. La invitación está abierta a todos para unirse en este gesto de fe y fraternidad, recordando que «juntos podemos ser testigos de esperanza en un mundo que lo necesita más que nunca».
Los obispos españoles celebran del 18 al 22 de noviembre su 126ª Asamblea Plenaria en la sede de la Conferencia Episcopal Española. El secretario general, Mons. Francisco César García Magán, informa en rueda de prensa, el viernes 22 de noviembre, de los trabajos que se están realizado en este encuentro.
Cercanía y solidaridad con las víctimas de la DANA y con todos los afectados
En el marco de esta Asamblea, los obispos se trasladaron el martes, 19 de noviembre, a la catedral de la Almudena para celebrar, a las 19.00 horas, la eucaristía en memoria de las víctimas de la DANA y de todos los afectados.
Una celebración que quiso ser «en primer lugar, un gesto de cercanía y de solidaridad con todos los que están sufriendo» como señaló en su homilía el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent.
Como ya anunció Mons. Argüello, el domingo 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, la Conferencia Episcopal convoca una colecta en todas las eucaristías que se realicen en España en favor de los damnificados por esta catástrofe. La Conferencia Episcopal de Eslovaquia y la de México han comunicado que se unen a esta iniciativa con sendos donativos. También la Iglesia de Montserrat en Roma va a organizar un concierto solidario con este fin.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Luis Argüello, también tuvo presente en su discurso inaugural la catástrofe provocada por la riada: “En nombre de todos, permitidme elevar una oración por el eterno descanso de los fallecidos a causa de las feroces inundaciones vividas en Valencia, Albacete y otros lugares de nuestra tierra, un abrazo a los damnificados con el compromiso de seguir con nuestra ayuda material y espiritual; también un reconocimiento agradecido a quienes protagonizan una «ola de solidaridad».
El nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito C. Auza, en su saludo a la Asamblea, se unió “a las expresiones de este episcopado” y destacó “el arrojo de los jóvenes y la colaboración de los mayores”. No ha faltado, “a pesar de la oscuridad, la grandeza de tantos corazones, generosos y sensibles ante la situación”.
Con el discurso del Presidente de la CEE y el saludo del Nuncio apostólico comenzaba el lunes, 18 de noviembre, la Asamblea.
Servicio de coordinación y asesoramiento de las oficinas para la protección de menores
El Servicio de coordinación y asesoramiento de las Oficinas ha informado sobre el trabajo que realizan en la actualidad en áreas como la formación, el asesoramiento al trabajo puntual de las Oficinas y la asistencia jurídica. Han informado sobre los siete encuentros de formación y prevención en los que han participado cerca de 1.400 personas de todas las áreas de la acción de la Iglesia.
El Servicio ha planteado un horizonte amplio de futuro y se ha insistido en la creación de una red de trabajo conjunto para salvaguardar al menor en los entornos eclesiales. Al mismo tiempo, desea ofrecer una propuesta a la sociedad para comprender que la Iglesia está en la acogida, atención, reparación de las víctimas y en la prevención y en la formación de las personas que, en la Iglesia y en la sociedad, trabajan con menores. Han señalado que la evangelización pasa por el cuidado y protección de menores y vulnerables.
Las situaciones dolorosas que se han vivido sirven para consolidar los cauces de sanación y de reparación, por lo que el trabajo que se realiza se apoya en las Oficinas, ofreciéndoles criterios formativos y preventivos y creando una red de espacios para que se inserte la justicia restaurativa.
El presidente de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana, Mons. Fernando García Cadiñanos, ha presentado el proyecto “Hospitalidad Atlántica”. Un proyectoque nace de un encuentro convocado, hace dos años, por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con los obispos de las diócesis involucradas en la Ruta Atlántica, que es como se denomina al camino migratorio que se utiliza desde el continente africano para alcanzar Europa a través de las Islas Canarias.
A raíz de esta reunión, el departamento de Migraciones de la CEE impulsó la puesta en marcha de un trabajo en red que se concreta en el proyecto Hospitalidad Atlántica, una red eclesial formada por 10 países y 26 diócesis de España y África. Sus tres objetivos principales son: ofrecer información veraz, salvar vidas y trabajar en red (presentación del proyecto).
Proyecto marco de Pastoral juvenil
Por su parte, la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia trabaja en el proyecto marco de Pastoral juvenil, que ha llevado a la Plenaria su presidente, Mons. Arturo Pablo Ros. En este proyecto se marca el camino que la Iglesia en España quiere realizar con sus miembros más jóvenes. Como adelantó Mons. Argüello en su discurso inaugural, el borrador se ha elaborado siguiendo el esquema del documento final de la XV Asamblea general del Sínodo, celebrada en octubre de 2018, sobre el tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
Tres acontecimientos relevantes en la vida de la Iglesia en este curso:
Asamblea General del Sínodo de los Obispos
La XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, cuya fase final se celebró en Roma el pasado mes de octubre, también ha ocupado un tiempo de la Plenaria. Mons. Argüello, que participó en la Asamblea, ha propuesto profundizar en el documento final con la misma metodología que se ha seguido en el Sínodo: una “conversación en el Espíritu”.
Para llevarlo a cabo, los obispos se han distribuido en once grupos de trabajo en los que se ha puesto el foco de la “conversación” en responder, desde el documento Final, ¿Qué llamadas recibimos para crecer en Comunión misionera?, especialmente en el ámbito de nuestra Conferencia Episcopal. Después, ya en Asamblea, se ha dialogado sobre las tres sugerencias concretas y comunes que aportó cada grupo.
Jubileo 2025
El papa Francisco abrirá oficialmente el próximo 24 de diciembre el Jubileo 2025 y el director del Secretariado para el Jubileo, Francisco Julián Romero, ha avanzado algunos aspectos concretos sobre las peregrinaciones con las que la CEE va a participar en las distintas convocatorias organizadas con el lema “Peregrinos de esperanza”.
La Conferencia Episcopal ha impulsado la preparación de la Iglesia en España para la celebración de este Jubileo. En 2023 se difundieron los “Cuadernos del Concilio” siguiendo la voluntad del papa Francisco de renovar el conocimiento del Concilio Vaticano II y de sus cuatro grandes constituciones. Este curso, se ha promovido la publicación de ocho textos bajo el epígrafe “Apuntes sobre la oración”.
Congreso Nacional de Vocaciones
Un tercer acontecimiento relevante en la vida de la Iglesia en este curso va a ser el Congreso Nacional de Vocaciones “¿Para quién soy? Asamblea de llamados a la misión”, que se va a celebrar en Madrid del 7 al 9 de febrero. Con este encuentro, la CEE cierra el ciclo del plan pastoral 2021-2025.
El presidente de la CEE, Mons. Luis Argüello, como responsable del Servicio de Pastoral Vocacional, ha adelantado algunos datos sobre la preparación de este Congreso que quiere ser una “gran fiesta” de la Iglesia para avivar en el Pueblo de Dios el deseo y la necesidad de las vocaciones (presentación del Congreso).
Reforma de los seminarios y reestructuración de los institutos teológicos y superiores de ciencias religiosas
Los obispos han dialogado sobre el documento final del plan de puesta en marcha de los criterios para la reforma de los seminarios en España. Mons. Jesús Vidal, Referente Apostólico para la aplicación de los Criterios para la reforma de los Seminarios en España, ha llevado a la Plenaria la versión definitiva, que será remitido al cardenal Lazzaro You Heung-Sik, prefecto del Dicasterio para el Clero.
Mons. Argüello y el presidente de la Subcomisión Episcopal para las Universidades y Cultura, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, han informado sobre la propuesta del Dicasterio para la Educación Católica para la reestructuración de los institutos teológicos e institutos superiores de ciencias religiosas. Siguiendo las indicaciones de este Dicasterio, la Plenaria ha aprobado la creación de una Comisión Episcopal ad hoc que va a coordinar el estudio que van a llevar a cabo obispos y expertos en la naturaleza, misión y exigencias normativas de los Institutos eclesiásticos.
Otros asuntos del orden del día
Ha intervenido en el Plenaria la presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar Gracia, que, con motivo del 65º aniversario de la primera Campaña contra el Hambre, ha informado sobre la actividad y la situación actual de esta asociación pública de fieles.
Además, el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada, José María Gallardo, ha presentado la iniciativa internacional Redweek, con la que invita a abrir los ojos a la realidad de los cristianos perseguidos en el mundo a causa de su fe. Entre el 18 y el 24 de noviembre, esta campaña se visibiliza con la iluminación en rojo de catedrales, iglesias, monumentos y edificios civiles. Además, se celebran vigilias y eucaristías y se organizan exposiciones, conferencias y testimonios en vivo de cristianos que han experimentado persecución religiosa.
Los obispos también han recibido información sobre el estado actual del grupo Ábside (TRECE Y COPE), del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, y del Órgano de Cumplimiento Normativo (Compliance), que ha presentado un informe con las conclusiones de la primera fase de su trabajo, que, siguiendo el calendario previsto, ya ha concluido.
La Plenaria ha dedicado un tiempo para que los presidentes de las Comisiones Episcopales comuniquen sus actividades y proyectos. Además, se han abordado distintos asuntos de seguimiento.
Como es habitual en la Plenaria de noviembre, los obispos han dado su visto bueno al presupuesto del Fondo Común Interdiocesano y de la Conferencia Episcopal para 2025, que se presentarán próximamente.
La Iglesia en España continúa mostrando su solidaridad con los afectados por la DANA, sumando nuevas iniciativas a las acciones realizadas en las últimas semanas. El próximo domingo, 24 de noviembre, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, se llevará a cabo una colecta especial en todas las eucaristías de España, destinada a ayudar a los damnificados por esta catástrofe.
Los obispos españoles celebraron ayer una Eucaristía en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena en memoria de las víctimas y de todos los afectados por la DANA que ha asolado Valencia y el sudeste español. Entre todos los representantes civiles que acudieron se encontraban los senadores por Castellón, Jaime Llorens y Susana Marqués.
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La Eucaristía, preparada por el equipo de celebraciones litúrgicas de la Conferencia Episcopal Española (CEE), es lo más “radical que puede ofrecer la Iglesia, que es la esperanza en Jesucristo resucitado», como afirmó en su anuncio el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis. J. Argüello.
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Esta Eucaristía, presidida por Mons. Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, y concelebrada por 107 obispos españoles, entre ellos nuestro Obispo D. Casimiro, junto con el Nuncio de Su Santidad, Mons. Bernardito Cleopas Auza, se enmarca dentro de la 126ª Asamblea Plenaria, que se está celebrando del 18 al 22 de noviembre en Madrid.
Puedes leer AQUÍ la homilía de Mons. Benavent, arzobispo de Valencia
Otra de las acciones que también convocará la Iglesia será una colecta, el domingo 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, en todas las eucaristías que se realicen en España en favor de los damnificados por esta catástrofe. Los obispos también dedicarán un tiempo durante la Plenaria a la situación generada por la DANA.
Nuestro Obispo, D. Casimiro López Llorente, junto a los demás obispos españoles, participa desde ayer en la 126ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebrará hasta el próximo viernes en su sede. La sesión inaugural comenzó con el discurso de Mons. Luis Argüello, presidente de la CEE, y fue seguida por la intervención del nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza.
Además, como anunció Mons. Argüello, el domingo 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, la Conferencia Episcopal convoca una colecta en todas las eucaristías que se realicen en España en favor de los damnificados por esta catástrofe. Los obispos también dedicarán un tiempo durante la Plenaria a la situación generada por la DANA.
Temas de la Plenaria
Estos son los temas que llevarán a la Plenaria las Comisiones Episcopales y otros organismos de la CEE:
Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad humana, proyecto de “hospitalidad atlántica”.
Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia, proyecto marco de Pastoral juvenil.
En la Asamblea los obispos van a dialogar sobre tres acontecimientos relevantes en la vida de la Iglesia en este curso:
El Sínodo de los obispos, cuya fase final se celebró en Roma el pasado mes de octubre.
El Jubileo 2025 y la participación de la CEE en las distintas convocatorias organizadas con el lema «Peregrinos de la esperanza».
El Congreso Nacional de Vocaciones, asamblea de llamados para la Misión, que se va a celebrar en Madrid del 7 al 9 de febrero.
También se ha previsto un tiempo para el diálogo sobre el documento final del plan de puesta en marcha de los criterios para la reforma de los seminarios en España y sobre la reestructuración de los institutos teológicos e institutos superiores de ciencias religiosas.
Otros asuntos del orden del día
Como es habitual en la Plenaria de noviembre, los obispos estudiarán, para su aprobación, el presupuesto del Fondo Común Interdiocesano y de la Conferencia Episcopal para 2025.
Los obispos recibirán información sobre el estado actual del grupo Ábside (TRECE Y COPE), del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, del órgano de cumplimiento normativo y de Manos Unidas. Además, Ayuda a la Iglesia Necesitada presentará la iniciativa Redweek, con la que invita a abrir los ojos a la realidad de los cristianos perseguidos en el mundo a causa de su fe.
La Plenaria dedicará un tiempo para que los presidentes de las Comisiones Episcopales comuniquen sus actividades y proyectos. Además, se abordarán distintos asuntos de seguimiento. Se completa el orden del día con el capítulo dedicado a las asociaciones nacionales.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, anuncia que durante la semana de la Asamblea Plenaria del 18 al 22 de noviembre, tendrán lugar dos acciones en favor de los afectados por las terribles consecuencias de la Dana en Valencia, pero también en otras partes de España, como Albacete, Cuenca, Cataluña y Andalucía.
Por un lado, todos los obispos españoles celebrarán la Eucaristía «como apoyo espiritual» el martes 19 de noviembre en la catedral de la Almudena de Madrid «ofreciendo lo más radical que puede ofrecer la Iglesia, que es la esperanza en Jesucristo resucitado». Además, el domingo 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, se convocará una colecta en todas las eucaristías que se realicen en España en favor de los damnificados por esta catástrofe.
Mons. Luis Argüello, que ha hecho este anuncio en Valladolid durante la rueda de prensa de presentación de la XLIV Semana Social, ha señalado que con la celebración de la Eucaristía «queremos ofrecer nuestro apoyo espiritual y nuestra invocación al Señor por el eterno descanso de las víctimas». También invita a sumarse a la colecta que será ofrecida «como una pequeña ayuda» porque «las necesidades económicas de reconstrucción son impresionantes» y hace falta «arrimar el hombro».
Mons. Luis Argüello
El portal «Dono a mi Iglesia» abre una campaña para donar a la diócesis de Valencia
Además, el portal «Dono a mi Iglesia» ha abierto una campaña que permite ayudar directamente a la diócesis de Valencia. Con el título «Reconstruye tu comunidad», este portal invita a donar para ayudar a las parroquias afectadas por la Dana.
El Día de la Iglesia Diocesana se suma a la Campaña de Cáritas
Por otro lado, la página «Por tantos», que estos días presenta la Campaña del Día de la Iglesia Diocesana, se suma a la recogida de fondos que lleva a cabo Cáritas. Así, pinchando en su web, aparece también una ventana emergente para hacer estos donativos.
Con el inicio del mes de octubre se renuevan las intenciones de oración que propone el Papa Francisco y la Conferencia Episcopal Española. El Santo Padre dirige su intención por los que han perdido un hijo: “Oremos para que todos los padres que lloran la muerte de un hijo o una hija encuentren apoyo en la comunidad y obtengan del Espíritu consolador la paz del corazón”.
«La muerte es una experiencia que toca a todas las familias, sin excepción. Forma parte de la vida; sin embargo, cuando toca los afectos familiares, la muerte nunca nos parece natural. Para los padres, vivir más tiempo que sus hijos es algo especialmente desgarrador, que contradice la naturaleza elemental de las relaciones que dan sentido a la familia misma. La pérdida de un hijo o de una hija es como si se detuviese el tiempo: se abre un abismo que traga el pasado y también el futuro. La muerte, que se lleva al hijo pequeño o joven, es una bofetada a las promesas, a los dones y sacrificios de amor gozosamente entregados a la vida que hemos traído al mundo. Muchas veces vienen a misa a Santa Marta padres con la foto de un hijo, de una hija, niño, joven, y me dicen: «Se marchó, se marchó». Y en la mirada se ve el dolor. La muerte afecta y cuando es un hijo afecta profundamente. Toda la familia queda como paralizada, enmudecida. Y algo similar sufre también el niño que queda solo, por la pérdida de uno de los padres, o de los dos. Esa pregunta: «¿Dónde está papá? ¿Dónde está mamá?». —«Está en el cielo». —«¿Por qué no la veo?». Esa pregunta expresa una angustia en el corazón del niño que queda solo. El vacío del abandono que se abre dentro de él es mucho más angustioso por el hecho de que no tiene ni siquiera la experiencia suficiente para «dar un nombre» a lo sucedido. «¿Cuándo regresa papá? ¿Cuándo regresa mamá?». ¿Qué se puede responder cuando el niño sufre? Así es la muerte en la familia.
En estos casos la muerte es como un agujero negro que se abre en la vida de las familias y al cual no sabemos dar explicación alguna. Y a veces se llega incluso a culpar a Dios. Cuánta gente —los comprendo— se enfada con Dios, blasfemia: «¿Por qué me quitó el hijo, la hija? ¡Dios no está, Dios no existe! ¿Por qué hizo esto?». Muchas veces hemos escuchado esto. Pero esa rabia es un poco lo que viene de un corazón con un dolor grande; la pérdida de un hijo o de una hija, del papá o de la mamá, es un gran dolor. Esto sucede continuamente en las familias. En estos casos, he dicho, la muerte es casi como un agujero. Pero la muerte física tiene «cómplices» que son incluso peores que ella, y que se llaman odio, envidia, soberbia, avaricia; en definitiva, el pecado del mundo que trabaja para la muerte y la hace aún más dolorosa e injusta. Los afectos familiares se presentan como las víctimas predestinadas e inermes de estos poderes auxiliares de la muerte, que acompañan la historia del hombre. Pensemos en la absurda «normalidad» con la cual, en ciertos momentos y en ciertos lugares, los hechos que añaden horror a la muerte son provocados por el odio y la indiferencia de otros seres humanos. Que el Señor nos libre de acostumbrarnos a esto.
En el pueblo de Dios, con la gracia de su compasión donada en Jesús, muchas familias demuestran con los hechos que la muerte no tiene la última palabra: esto es un auténtico acto de fe. Todas las veces que la familia en el luto —incluso terrible— encuentra la fuerza de custodiar la fe y el amor que nos unen a quienes amamos, la fe impide a la muerte, ya ahora, llevarse todo. La oscuridad de la muerte se debe afrontar con un trabajo de amor más intenso. «Dios mío, ilumina mi oscuridad», es la invocación de la liturgia de la tarde. En la luz de la Resurrección del Señor, que no abandona a ninguno de los que el Padre le ha confiado, nosotros podemos quitar a la muerte su «aguijón», como decía el apóstol Pablo (1 Cor 15, 55); podemos impedir que envenene nuestra vida, que haga vanos nuestros afectos, que nos haga caer en el vacío más oscuro.
En esta fe, podemos consolarnos unos a otros, sabiendo que el Señor venció la muerte una vez para siempre. Nuestros seres queridos no han desaparecido en la oscuridad de la nada: la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios. El amor es más fuerte que la muerte. Por eso el camino es hacer crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos custodiará hasta el día en que cada lágrima será enjugada, cuando «ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor» (Ap 21, 4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una solidaridad de los vínculos familiares más fuerte, una nueva apertura al dolor de las demás familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la esperanza. Nacer y renacer en la esperanza, esto nos da la fe. Pero quisiera destacar la última frase del Evangelio que hemos escuchado hoy (cf. Lc 7, 11-15). Después que Jesús vuelve a dar la vida a ese joven, hijo de la mamá viuda, dice el Evangelio: «Jesús se lo entregó a su madre». ¡Esta es nuestra esperanza! Todos nuestros seres queridos que ya se marcharon, el Señor nos los devolverá y nos encontraremos con ellos. Esta esperanza no defrauda. Recordemos bien este gesto de Jesús: «Jesús se lo entregó a su madre», así hará el Señor con todos nuestros seres queridos en la familia.
Esta fe nos protege de la visión nihilista de la muerte, como también de las falsas consolaciones del mundo, de tal modo que la verdad cristiana «no corra el peligro de mezclarse con mitologías de varios tipos», cediendo a los ritos de la superstición, antigua o moderna (cf. Benedicto xvi, Ángelus del 2 de noviembre de 2008). Hoy es necesario que los pastores y todos los cristianos expresen de modo más concreto el sentido de la fe respecto a la experiencia familiar del luto. No se debe negar el derecho al llanto —tenemos que llorar en el luto—, también Jesús «se echó a llorar» y se «conmovió en su espíritu» por el grave luto de una familia que amaba (Jn 11, 33-37). Podemos más bien recurrir al testimonio sencillo y fuerte de tantas familias que supieron percibir, en el durísimo paso de la muerte, también el seguro paso del Señor, crucificado y resucitado, con su irrevocable promesa de resurrección de los muertos. El trabajo del amor de Dios es más fuerte que el trabajo de la muerte. Es de ese amor, es precisamente de ese amor, de cual debemos hacernos «cómplices» activos, con nuestra fe. Y recordemos el gesto de Jesús: «Jesús se lo entregó a su madre», así hará con todos nuestros seres queridos y con nosotros cuando nos encontremos, cuando la muerte será definitivamente derrotada en nosotros. La cruz de Jesús derrota la muerte. Jesús nos devolverá a todos la familia.»
Por otra parte, la intención de oración de la Conferencia Episcopal Española, por la que también reza la Red Mundial de Oración del Papa, es “por todos los que sufren por cualquier causa, por los pobres, migrantes, los enfermos, los cristianos perseguidos, para que hallen en nuestra caridad el consuelo y la cercanía que necesitan, así como una ayuda eficaz para aliviar las consecuencias de su situación”.
«Somos ungidos para ungir a nuestro Pueblo de Dios. Seamos siempre mediadores generosos de la gracia de Dios, siempre disponibles para ofrecer nuestro servicio pastoral a quien nos lo reclame. Acojamos en nuestro corazón el programa esbozado por Jesús en la sinagoga de Nazaret. Amemos a todos, pero especialmente a los más pobres, a los cautivos por tantas cadenas, a los enfermos y a los marginados por la soledad y el abandono, a los parados y a los que han pedido toda esperanza. Aceptemos también el sufrimiento pastoral, que significa, en palabras del Papa, “sufrir con y por las personas, como un padre y una madre sufren por sus hijos”. Oremos ante el Sagrario por nuestro pueblo, teniendo muy presentes la vida, problemas y sufrimientos de nuestros fieles.
Queridos hermanos sacerdotes: Redescubramos la alegría, la belleza y la grandeza de nuestra misión y renovemos nuestras promesas sacerdotales con la confianza puesta en el Señor.»
El Día de la Iglesia Diocesana invita a buscar “en tu interior” para descubrir “el plan que Dios tiene para ti”.
La Campaña gira en torno a las vocaciones, en sintonía con el Congreso de Vocaciones que se va a celebrar en Madrid del 7 al 9 de febrero.
“Todos queremos encontrar la felicidad en nuestra vida, pero a veces buscamos en el lugar equivocado”.
El “final feliz” está cuando dejas de ir por delante de Dios y te dejas guiar por Él.
El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia pone en marcha la Campaña del Día de la Iglesia Diocesana que, con el lema “¿Y si lo que buscas está en tu interior?”, se celebra el 10 de noviembre. Este año, la Campaña gira en torno a las vocaciones, en sintonía con el Congreso Nacional de Vocaciones que se va a celebrar en Madrid del 7 al 9 de febrero.
Este encuentro quiere ser una “gran fiesta” de la Iglesia para avivar el deseo y la necesidad de las vocaciones. Como anticipo, el Día de la Iglesia Diocesana invita a buscar “en tu interior” para descubrir “el plan que Dios tiene para ti”. Porque “todos queremos encontrar la felicidad en nuestra vida, pero a veces buscamos en el lugar equivocado”. Responder a la “llamada” resulta «transformador e invita a vivir con autenticidad, compromiso y plenitud”.
Una ‘llamada’ que cambia vidas
Pilar, Montse, Litus, Pedro, Diego, Carmen y Alberto respondieron con un sí al plan que Dios tenía para ellos. Para cada uno tenía prevista una vocación. Los siete son los protagonistas de esta Campaña. Con sus testimonios certifican que una “llamada” cambia vidas porque la suyas cambiaron al descubrir que el “final feliz” está cuando dejas de ir por delante de Dios y te dejas guiar por Él.
Todos estos testimonios están disponibles, desde el jueves 24 de octubre, en la página web de la Campaña, con la que el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia invita a preparase para la búsqueda más importante de tu vida: buscaentuinterior.es
También se puede acceder a cada una de las revistas “Nuestra Iglesia”. En esta publicación se muestra el alcance de la labor que se realiza en todas las diócesis gracias a la misión compartida por todo el pueblo de Dios, cada uno desde su propia vocación, pero todos al servicio de la Iglesia y de la sociedad.
Y como juntos llegamos más lejos, desde la web se proponen cuatro alternativas de colaboración:
– Tu oración: Puedes rezar por tu parroquia, porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.
– Tu tiempo: Dedica algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida.
– Tus cualidades: Cada uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que sostiene, remangarse cuando sea necesario, o acompañar en silencio al que sufre.
– Tu apoyo económico: Haz un donativo. Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a medio y largo plazo.
Esta colaboración hace posible que más de cuatro millones de personas hayan podido ser atendidas en centros asistenciales de la Iglesia; que sujetan las casi 23.000 parroquias que están al servicio de toda la sociedad; y que sacerdotes, voluntarios y seglares puedan dedicar más de 40 millones de horas a los demás. También gracias a esa corresponsabilidad, hay más de 10.000 misioneros españoles en los cinco continentes.
Difusión de la Campaña
Para la difusión de la campaña del Día de la Iglesia diocesana, el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia ha elaborado distintos materiales: vídeos, carteles, cuñas de radio, subsidio litúrgico. En total, 200 formatos distintos en cuatro idiomas.
Los medios digitales, las radios y las revistas religiosas serán el cauce de difusión desde el 28 de octubre al 10 de noviembre.
Además, y a través de los delegados de medios de comunicación, también se hace presente en cada una de las diócesis españolas.
Descubre cómo cambio su vida
Pilar: “Si Tú quieres que sea monja seré monja, y ya está”
A Pilar le gustaba su vida, aunque había algo que le faltaba. La muerte de su madre supuso “un clic fuerte” que le hizo preguntarse cuál era su lugar en el mundo. En Dios encontró la respuesta. No pensó en lo que renunciaba, sino en todo lo que se encontraba. Ahora es monja cisterciense, lo que le hace sentirse en el corazón de la Iglesia y del mundo. Esta vocación llena su vida. Aunque pueda parecer contradictorio, entrando en el interior realmente uno sale hacia los demás.
Montse: “Tuve muchas dudas… Quería también, pues oye, una vida de familia”
Montse descubrió lo que es la entrega al conocer a unas misioneras. Pero quería una vida familiar. Ante la duda, Dios le dio la fuerza y le mostró el camino. Y así encontró su vocación. Ahora es misionera en Japón donde ha descubierto la tristeza de vivir sin sentido y los suicidios. Donde ha descubierto que hay una gran labor que hacer. Donde ha descubierto que puedes ayudar a que una persona recupere su dignidad. Y donde ha descubierto que transmitir el mensaje de Jesús es lo que le motiva y da sentido a su vida. Donde ha descubierto que ahí estaba Cristo y que es el lugar que Dios le tenía reservado para estar.
Litus era más caótico que católico. Su vida era el hockey y la fiesta. Pero la pérdida de su abuela le hizo plantearse que tenía que haber algo más. Si no porqué le faltaba algo teniendo todo lo que humanamente quería. En Medjugorje descubrió que podía hablar con Dios. Comenzó pidiendo ayuda para incorporarse con la Selección a los Juegos Olímpicos de Pekín. Pero terminó pidiendo ser simplemente feliz. Ahora es sacerdote y ayuda a la gente a encontrar a Dios a través del deporte. O al menos, para que sea una un cauce de crecimiento personal.
Pedro: “Descubro que todo eso por lo que he luchado al final no me da la felicidad”
Pedro es ingeniero. Pero después de luchar por tenerlo todo -estudios, un buen trabajo, una buena posición- descubrió que ese todo no le daba la felicidad. Su vida cambió por un enfermo de Sida, del que se despidió con un hasta mañana que no se cumplió. Para la siguiente visita, ya había fallecido. Además, de dar clases en un colegio, ahora es diácono. Y como diácono está especialmente llamado a servir a los pobres. A servir a Cristo a través de la caridad.
Diego: “Se trata de esperanza, que hay final feliz”
Diego perdió la esperanza en la adolescencia tras la muerte, en 15 días, de dos sacerdotes muy queridos. Una luz le llevó de nuevo al camino. Entró en una comunidad en la que encontró a su mujer y su vocación. Además de escritor y productor audiovisual, ahora es un laico que tiene como misión de evangelización acompañar a los jóvenes. Él sabe que puede aportar algo, sobre todo esperanza. Para que, como él, tengan también un final feliz.
Alberto y Carmen: ¿Qué es el matrimonio? Pues… el caminar juntos”
Alberto y Carmen están casados y son padres de dos hijos. Como matrimonio, ahora caminan juntos, aunque para encontrar su vocación recorrieron rutas distintas. El encuentro de Alberto con Jesús fue tardío. Mientras, Carmen quería guiar a Dios y ser monja, hasta que descubrió que era mejor que el guía fuera Él. Fue en unos ejercicios espirituales donde el Señor le puso en el corazón la certeza de que su vocación era el matrimonio. Descubrió que lo que verdaderamente su corazón ansiaba era ser “uno” con Alberto.
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