Mons. López Llorente: «San Pascual es un santo actual que nos estimula a seguir caminando hacia la santidad»
Monseñor López Llorente ha presidido la Santa Misa de la festividad de san Pascual Baylón, patrón de la Diócesis, del Culto Eucarístico y de la ciudad de Vila-real, en una multitudinaria celebración que ha contado con la presencia de la reina de las fiestas y su corte de honor, así como principales autoridades civiles, las madres clarisas, los sacerdotes y seminaristas y numerosos fieles que han abarrotado la Basílica villarrealense. El Obispo de Segorbe-Castellón ha destacado en la homilía que san Pascual “es un santo siempre actual (…) que sigue unido a nosotros y nos alienta a no detenernos en el camino y nos estimula a seguir caminando hacia la meta, hacia la santidad”.
“Él nos dice hoy, aquí y ahora –ha continuado Don Casimiro- que es posible ser santos, que no nos conformemos con una existencia mediocre, tibia, aburrida, aburguesada, egoísta, indiferente hacia Dios y hacia los hermanos. Como a Pascual, ‘a cada uno de nosotros el Señor nos ha elegido para que seamos santos e irreprochables ante él por el amor’ (Ef 1,4). ‘El Señor lo pide todo – nos dice el papa Francisco-, y lo que él ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la que fuimos creados’ (GeE 1)”.
Asimismo, el Obispo de la Diócesis ha manifestado que “nuestro mundo necesita de santos como Pascual para crecer en humanidad y en fraternidad, en justicia, en verdad y en paz (…) Sí, necesitamos a San Pascual, nuestro Patrono, como un modelo de santidad, siempre actual. Venerar a Pascual equivale a sentirse llamado a imitarle en su amor a Dios y al prójimo e invocarle como intercesor nuestro. ¡Que Él interceda por nosotros para que sepamos vivir santamente, imitándole en su sencillez evangélica; que por intercesión se avive en nosotros la fe y la confianza en Dios, que se avive en nosotros el espíritu de oración y la participación en la Eucaristía, que haga de nosotros testigos del amor de Dios en el amor a los hermanos. Y como él, pedimos la protección de la Virgen María: para que toda nuestra Iglesia diocesana en sus grupos y comunidades sea fiel discípula del Señor y se convierta a la tarea urgente de la evangelización”.
“¡Que la Mare de Déu de Gracia, bendiga a todos los hijos e hijas de Vila-real: su salud física y espiritual, su bienestar y el de sus familias, y su futuro para que sea un futuro de esperanza gozosa apoyada en la vivencia creciente del poder del amor y de la gracia de Jesucristo Resucitado, Nuestro Señor y Salvador!”, ha concluido.
Una vez finalizada la celebración eucarística, el Obispo y los sacerdotes concelebrantes, así como la reina de las fiestas, la corte de honor y las autoridades civiles se han trasladado al lugar donde reposan las reliquias del santo, al que han honrado solemnemente.
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