Decreto sobre el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos y su Estatuto-marco
CASIMIRO LÓPEZ LLORENTE,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTÓLICA,
OBISPO DE SEGORBE-CASTELLÓN
Uno de los mayores frutos de la doctrina teológica del Concilio Vaticano II es la renovación eclesiológica que se deriva de la conciencia de la Iglesia entendida como comunión, que impulsa la participación activa de todos los fieles en la vida y misión del Pueblo de Dios. También la parroquia, que “de alguna manera representa a la Iglesia visible establecida por todo el orbe” (Sacrosanctum Concilium 42), está llamada a “renovarse, reformarse y adaptarse continuamente» (cf. Ecclesia in America 41, Evangelii Gaudium 28). Y en este esfuerzo se requiere desarrollar en toda su riqueza los espacios de comunión y participación surgidos en el Concilio y en el tiempo postconciliar, entre ellos el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos.