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Primer Anuncio y catequesis

13 de abril de 2024/0 Comentarios/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2024, Curso Pastoral 2023-24, De Catequesis y Catecumenado/por obsegorbecastellon

Queridos diocesanos, sacerdotes y catequistas.

La Jornada Diocesana de Catequistas, que este año celebraremos, D.m., el sábado, día 20 abril, en el Seminario diocesano Mater Dei, es siempre un día de encuentro, de alegría y de acción de gracias. Antes de nada queremos dar gracias a Dios una vez más por todos nuestros catequistas, por su vocación y por su entrega generosa. Nuestra Iglesia diocesana os agradece, queridos catequistas, vuestro trabajo callado, paciente y fiel, no exento a veces de sufrimiento y no siempre suficientemente reconocido. Pero nada hay más bello para un cristiano discípulo misionero de Jesús que acompañar con delicadeza y amor a niños, adolescentes, jóvenes y adultos al encuentro personal con Cristo vivo en el proceso de su iniciación cristiana, de crecimiento y maduración de su fe y vida cristiana, y en su inserción en la comunidad de la Iglesia.

La Jornada sirve además para compartir gozos y esperanzas, y también experiencias y dificultades en la tarea catequística. No cabe duda que, en el ámbito de la catequesis, en nuestra Iglesia diocesana vamos dando pasos en la dirección correcta. Pueden parecer pocos, pequeños o lentos, pero son innegables. Ahí está el mayor cuidado de la formación y el acompañamiento de catequistas en su ser y en su quehacer con el fin de que sean cada día más fieles a Cristo Jesús y a su misión evangelizadora, así como a su destinatario, el hombre actual en su contexto cultural concreto. Ahí están también los avances en la catequesis de iniciación cristiana, algunas experiencias en catequesis de adultos, la mayor sensibilidad por la catequesis de muchos -sacerdotes, laicos y consagrados-, y de comunidades cristianas.

Pero no podemos ocultar las dificultades. Vivimos en tiempos de profunda secularización y de globalización, de indiferencia religiosa y de alejamiento de la vida de fe y de la Iglesia de muchos bautizados. Vemos, por desgracia, que la catequesis sigue siendo entendida por muchos como un medio para recibir un sacramento y no como un proceso de crecimiento y maduración en la fe y vida cristiana, desde el encuentro personal con Jesús, la adhesión personal a Él, el cambio de vida, que lleve a un compromiso para ser discípulo misionero suyo, inserto en la comunidad eclesial. La experiencia nos dice que es escasa la acogida de la catequesis de iniciación cristiana como un proceso continuado; son muchos los niños que no que continúan después de la primera Comunión y la mayoría se alejan después de su Confirmación.

Ante esta situación es necesario reflexionar sobre la relación fundamental y permanente que existe entre el primer Anuncio y la catequesis. El nuevo Directorio para la Catequesis del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, del año 2020, nos ofrece claves y directrices en este sentido. A ello dedicaremos la reflexión en esta Jornada.  

Como nos recuerda el Directorio, “por una parte, quienes hoy piden o ya han recibido la gracia de los sacramentos a menudo no tienen una experiencia personal de la fe o no conocen íntimamente su fuerza y su ardor. Por otra parte, un anuncio formal que se limite al mero enunciado de los conceptos de la fe no permite comprender la misma fe, la cual, a partir del encuentro con el Señor Jesús, es un nuevo horizonte de vida que se abre de par en par” (n. 56).

En el momento actual no podemos dar por supuesto que nuestros niños, cuando piden la primera Comunión, y los adolescentes, jóvenes o adultos, cuando solicitan la Confirmación, hayan recibido el primer anuncio y hayan tenido una experiencia personal de fe. Esta situación pone de relieve la necesidad de una catequesis kerigmática, cuyo corazón sea hacer presente y anunciar la persona de Jesucristo. La catequesis, insiste el Directorio, “está llamada a ser ante todo un anuncio de la fe y no debe delegar en las demás acciones eclesiales la tarea de ayudar a descubrir la belleza del Evangelio. Es fundamental que sea, precisamente a través de la catequesis, que cada persona descubra que vale la pena creer. De este modo, ya no se reduce a ser un momento de crecimiento de la fe más armonioso, sino que ayuda a generar la propia fe y permite descubrir su grandeza y credibilidad. Por tanto, el anuncio no puede ser considerado solo como la primera etapa de la fe, previa a la catequesis, sino más bien la dimensión constitutiva de cada momento de la catequesis” (n. 57).

La finalidad primera de la catequesis es el encuentro vivo con el Señor que transforma la vida y genera, con la ayuda de la gracia, un cristiano, es decir, un creyente discípulo misionero del Señor en el seno de la comunidad de la Iglesia. No tengamos miedo. Dejémonos alentar por el Espíritu del Señor Resucitado, que está y actúa entre nosotros.

Con mi afecto y bendición,

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

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El Obispo dirige una carta a los catequistas con motivo del Encuentro del 20 de abril: “¡sois un tesoro para la Iglesia!”

9 de abril de 2024/0 Comentarios/en Noticias, De Catequesis y Catecumenado/por obsegorbecastellon

Nuestro Obispo D. Casimiro dirige hoy una carta a los sacerdotes y catequistas de la Diócesis con motivo del Encuentro Diocesano de Catequistas, que celebraremos el sábado 20 de abril en el Seminario Mater Dei. “Será una jornada festiva, de alegría, para agradecer al Señor el regalo de ser llamados a anunciar la buena noticia de su Evangelio”, les dice.

Puedes leer la carta completa AQUÍ

Tal y como indica, tras la celebración de la Eucaristía contaremos con la presencia de Mons. D. Francisco Romero, director del Secretariado de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE, que “nos presentará las claves del Primer Anuncio en el nuevo Directorio para la catequesis promulgado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización”; y también el nuevo Catecismo para el catecumenado de adultos de la CEE, “Buscad al Señor”.

“¡Catequistas, sois un tesoro para la Iglesia! -les dice- “gracias por vuestro servicio generoso y desinteresado en el acompañamiento de tantos muchachos y de sus familias: en el encuentro renovado con Jesús Salvador”. Además, les anima a no ceder ante las dificultades en el desarrollo de su misión, pues “el Amor del Señor Resucitado hace nuevas todas las cosas”, para lo que es necesario “crecer en formación y en comunión”. Solo así lograremos “una Iglesia viva, evangelizada y evangelizadora, en salida misionera”, concluye la misiva.

Puedes inscribirte escaneando el código QR de la imagen o en el enlace AQUÍ

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Encuentro Diocesano de Catequistas 2024

9 de abril de 2024/1 Comentario/en Noticias destacadas, Cartas, Cartas 2024, Curso Pastoral 2023-24, De Catequesis y Catecumenado/por obsegorbecastellon

Primer Anuncio y Catequesis.

Claves de renovación.

Mis queridos sacerdotes y catequistas:

Con la alegría de la Pascua os convoco al Encuentro diocesano de catequistas que vamos a celebrar, D.m., el próximo sábado 20 de abril, en nuestro Seminario “Mater Dei”. Será una jornada festiva, de alegría, para agradecer al Señor el regalo de ser llamados a anunciar la buena noticia de su Evangelio.

Compartiremos la Palabra de Dios y la Eucaristía, con el deseo de que el Señor Resucitado avive nuestro corazón con el fuego de su Espíritu Santo el Amor Primero. Lo necesitamos para hacer presente a Jesucristo vivo y anunciarle con entusiasmo a nuestros hermanos. Contaremos también con la presencia de Mons. D. Francisco Romero, director del Secretariado de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE. Él nos presentará las claves del Primer Anuncio en el nuevo Directorio para la catequesis promulgado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización el año 2020; y también nos presentará el nuevo Catecismo de la Conferencia Episcopal “Buscad al Señor”, para el catecumenado de adultos y la revitalización de la vida cristiana. Concluiremos el Encuentro compartiendo la comida en el comedor del Seminario.

¡Catequistas, sois un tesoro para la Iglesia! Os lo repito una vez más. Gracias por vuestro servicio generoso y desinteresado en el acompañamiento de tantos muchachos y de sus familias: en el encuentro renovado con Jesús Salvador, en la aventura de saborear los misterios de nuestra fe y disfrutar de la belleza de los sacramentos que celebramos. Gracias por vivir y alentar el testimonio y el anuncio de Jesús Salvador en todos los ambientes.

En este cambio de época que estamos viviendo, en nuestras parroquias y movimientos necesitamos que vuestro servicio impulse al encuentro con el Señor vivo, porque ha resucitado y al crecimiento en la fe y vida cristiana de niños, jóvenes y adultos.

No cedamos a las dificultades. El Amor del Señor Resucitado hace nuevas todas las cosas. Por ello, es preciso crecer en formación y en comunión para poder desarrollar con fruto la misión que el Señor nos confía, contribuyendo a que nuestra Iglesia sea cada día más tal como Él la sueña; una Iglesia viva, evangelizada y evangelizadora, en salida misionera.

Deseando poder saludaros personalmente, recibid mi bendición con afecto paternal.

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón

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El Obispo de Segorbe-Castellón aprueba un Decreto con las disposiciones para la institución en los ministerios laicales

4 de abril de 2024/1 Comentario/en Noticias, De Catequesis y Catecumenado, Para la Liturgia y la Espiritualidad, Vicaría pastoral/por obsegorbecastellon

Mons. Casimiro López Llorente ha anunciado, mediante Decreto, las disposiciones para la institución en los ministerios laicales – Lector, Acólito y Catequista – en la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Estos ministerios fueron establecidos siguiendo las directrices del papa Francisco “como ministerios laicales estables al servicio de la comunidad e instituidos por el obispo diocesano mediante un rito litúrgico propio”. En su carta apostólica Spiritus Domini, el Santo Padre modificó el Código de Derecho Canónico para que hombres y mujeres pudieran ser llamados para el ministerio de lector y acólito, mientras que en el Motu Proprio Antiquum Ministerium instituyó el ministerio laical del catequista.

Por ello, “con la finalidad de dar respuesta a esta nueva realidad ministerial”, siguiendo las Orientaciones de la Conferencia Episcopal Española, y habiéndose consultado a los consejos Episcopal y Presbiteral, nuestro Obispo ha establecido una serie de “disposiciones para la institución en estos tres ministerios laicales en nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón”.

«Los ministerios laicales instituidos no son ministerios de sustitución sino de colaboración», subraya el obispo, destacando que se confieren para colaborar con los ministros ordenados. Además, enfatiza que la institución de estos ministerios supone una especial vocación y llamada de Dios, que debe ser discernida por la Iglesia.

El proceso de discernimiento y formación para estos ministerios laicales seguirá varios pasos, incluyendo el discernimiento de la vocación de los candidatos, la formación específica y la propuesta escrita al obispo diocesano, que en última instancia será el encargado de discernir y admitir a los candidatos a estos ministerios, evaluando las necesidades de la comunidad y las capacidades de los postulantes.

«Los ministerios son y serán un bien para la Iglesia, una esperanza para una Iglesia misionera que, en medio del mundo, sana los corazones de los hombres y mujeres, da testimonio del amor de Dios, anuncia la verdad de Jesucristo y celebra los misterios de la fe», concluye D. Casimiro.

Estas disposiciones, aprobadas ad experimentum por cuatro años, tienen como objetivo fortalecer la presencia y la acción de los laicos en la evangelización y el servicio a la comunidad, en línea con la renovada conciencia de la importancia del compromiso del laicado en la obra de la Iglesia.

Puedes leer AQUÍ el Decreto con las disposiciones para la institución en los ministerios estables de lector, acólito y catequista.

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Disposiciones para la institución en los ministerios estables de Lector, Acólito y Catequista

3 de abril de 2024/1 Comentario/en Noticias destacadas, De Catequesis y Catecumenado, Decretos, Decretos 2024, Para la Liturgia y la Espiritualidad, Vicaría pastoral/por obsegorbecastellon

Disposiciones para la institución en los ministerios estables de Lector, Acólito y Catequista en la Diócesis de Segorbe-Castellón

CASIMIRO LÓPEZ LLORENTE,

POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA,

OBISPO DE SEGORBE-CASTELLÓN

El papa Francisco, a través de su carta apostólica en forma de Motu Proprio Spiritus Domini, de 11 de enero de 2021, modificó el Código de Derecho Canónico de modo que los laicos -hombres y mujeres- “pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito”. El 10 de mayo de 2021 publicaba otro Motu Proprio Antiquum Ministerium, por el cual instituía el ministerio laical del catequista, completando de este modo el marco de ministerios laicales con tres modalidades: ministerio del lectorado, ministerio del acolitado y ministerio de catequista, como ministerios laicales estables al servicio de la comunidad e instituidos por el obispo diocesano mediante un rito litúrgico propio.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebrada del 21 al 25 de noviembre de 2022 aprobó ad experimentum por cinco años unas Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista, en las que recoge las novedades introducidas por el papa Francisco.

Como señala el Papa Francisco en el Motu proprio, Antiquum Ministerium, “a partir del Concilio Ecuménico Vaticano II, la Iglesia ha percibido con renovada conciencia la importancia del compromiso del laicado en la obra de la evangelización. Los Padres conciliares subrayaron repetidamente cuán necesaria es la implicación directa de los fieles laicos, según las diversas formas en que puede expresarse su carisma, para la plantatio Ecclesiae y el desarrollo de la comunidad cristiana” (n. 4).

Con la finalidad de dar respuesta a esta nueva realidad ministerial en nuestra diócesis de Segorbe-Castellón, siguiendo las Orientaciones para la institución de los ministerios laicales de lector, acólito y catequista de la Conferencia Episcopal Española, consultados nuestros Consejo Episcopal y Presbiteral, en virtud de las facultades que me confiere el derecho (cc. 381 § 1; 391 § 1 CIC), por el presente

DECRETO

las siguientes disposiciones para la institución en estos tres ministerios laicales en nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón

1. El Vicario episcopal de Pastoral junto con el Delegado diocesano para la Liturgia y la Espiritualidad y el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado serán los encargados de promover y dar a conocer en el ámbito diocesano la realidad de estos tres ministerios laicales, en el marco más amplio de la pluralidad de carismas y ministerios en la Iglesia y sin olvidar que la misión principal de los laicos es su presencia evangelizadora en medio del mundo.

2. En el proceso para promover los ministerios instituidos de lector, acólito y catequista se seguirán estos pasos:

            – discernimiento de la llamada de Dios y de la idoneidad de los candidatos;

            – formación específica;

            – propuesta escrita al Obispo diocesano;

            – institución por el Obispo diocesano en el ministerio correspondiente  y entrega de        la misión.

3. Los párrocos propios de los candidatos o los responsables de una comunidad eclesial serán quienes realicen un primer discernimiento de la llamada de Dios y de la idoneidad de los candidatos, junto con los Delegados diocesanos para la Liturgia y la Espiritualidad y para la Catequesis y el Catecumenado, y quienes los propongan por escrito al Obispo diocesano.

4. Los citados Delegados diocesanos señalarán a los candidatos el proceso formativo que han de realizar en la Escuela Diocesana de Teología o, en su caso, en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, adaptándolo a las posibilidades de cada uno y teniendo en cuenta su formación y experiencia previas.

5. El proceso de discernimiento, formación y acompañamiento de los candidatos para recibir estos ministerios se realizará siguiendo las orientaciones que se acompañan a este decreto a modo de Directorio.

6. Corresponde al Obispo diocesano discernir en último término y admitir a los candidatos a la institución en los ministerios estables de lector, acólito y catequista, valorando las necesidades de la comunidad cocreta, la idoneidad y la capacidad de los candidatos.

7. Una vez conferido el ministerio, las personas instituidas recibirán la missio por parte del Obispo diocesano, en la cual se señalará el tiempo y el ámbito donde realizarán el ejercicio del ministerio.

8. Estas orientaciones se aprueban ad experimentum por cuatro años.

Publíquese el presente en el Boletín Oficial y en la página Web del Obispado.

Dado en Castellón de la Plana, a 2 de abril de 2024.

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón 

Ante mí,

Ángel E, Cumbicos Ortega

Canciller-Secretario General

DIRECTORIO DIOCESANO PARA LOS MINISTERIOS LAICALES INSTITUIDOS DE LECTOR, ACÓLITO Y CATEQUISTA

1. LOS MINISTERIOS EN LA IGLESIA.

1.1 Observaciones generales.

            La Iglesia, Pueblo de Dios, es en sí misma una realidad ministerial. Los ministerios son servicios y tareas que competen a toda la Iglesia, concretados en ciertas personas, y ordenados al bien de todo el Pueblo de Dios, de su comunión y de su misión.

            Los ministerios en la Iglesia son el ministerio ordenado (que deriva del sacramento del Orden: episcopado, presbiterado y diaconado); los ministerios instituidos de forma estable, por medio de un rito litúrgico (que derivan del sacramento del Bautismo: lector, acólito y catequista), y otros ministerios, ejercidos «de hecho» como servicios sin que medie una institución estable mediante un rito litúrgico, incluyendo también los servicios de la Palabra, del altar, de la catequesis y otros muchos.

            Los ministerios laicales instituidos no son ministerios de sustitución sino de colaboración;          es decir, no se     confieren estos ministerios a laicos o personas consagradas para sustituir a los ministros ordenados sino para colaborar con ellos. En casos especiales, pueden también suplir la ausencia de los ministerios ordenados.

                El ministerio instituido supone unaespecial vocación y llamada de Dios, que ha de ser discernida por la Iglesia, y muy en concreto por el Obispo diocesano. Normalmente será el párroco quien haga un primer discernimiento y proponga a las personas concretas. Aunque son estables, eso no significa que por ciertas circunstancias puedan dejar de ser ejercidos.

            Recibir, sin embargo, un ministerio instituido implica, además de ejercer unas tareas, asumir una responsabilidad eclesial propia de servicio que conllevará funciones de coordinación y formación de otros fieles que realizan tareas sin ser ministros instituidos.      

            Es tarea del Obispo diocesano discernir en último término sobre la llamada de Dios y admitir a los ministerios instituidos valorando las necesidades de la comunidad, la idoneidad y las capacidades de los candidatos. Corresponde igualmente al Obispo diocesano regular el tiempo y el lugar en los que se ejercerá el ministerio conferido.

1.2 Criterios para la admisión

                Pueden ser admitidos como candidatos a un ministerio instituido hombres y mujeres que hayan recibido los sacramentos de la iniciación cristiana, no hayan rechazado públicamente la fe católica, no se hayan apartado públicamente de la comunión eclesiástica, no se encuentren en curso de una excomunión impuesta o declarada, lleven una vida moral conforme con las enseñanzas de la Iglesia, hayan sido propuestos por el párroco o un ministro ordenado responsable del cuidado pastoral de una comunidad eclesial -parroquia, asociación de fieles, movimiento, etc.- y posean, al menos, las siguientes cualidades:

                a) Docilidad para dejarse acompañar por la Iglesia en el discernimiento de su vocación a recibir y ejercer un ministerio instituido.

                b) «Edad conveniente y dotes peculiares». Los candidatos han de ser personas de manifiesta madurez humana, reconocida en el equilibrio psíquico y emocional, responsables en el cumplimiento de las obligaciones propias de su estado eclesial, con capacidad para el trabajo en común y disponibilidad pronta para el servicio, además de contar con la formación y cualidades propias para ejercer el ministerio concreto. Para ello, es fundamental que tengan experiencia previa en el ministerio que van a ejercer, bien en la proclamación de la Palabra, bien en el servicio del altar, bien en la acción catequética.

                c) «Firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano». Los candidatos han de ser personas de oración, que frecuenten los sacramentos, aspiren a la santidad, gocen de buena fama entre los fieles, colaboren activamente en la comunidad eclesial, destaquen por su compromiso de caridad y vivan en filial comunión con la Iglesia, a cuya enseñanza y disciplina se adhieren sincera y cordialmente.

                Los candidatos, al aceptar la propuesta por parte del ministro ordenado responsable del cuidado pastoral, deben solicitar al obispo la colación del ministerio instituido mediante petición libremente escrita y firmada, mostrando así su disposición a acoger y ejercer el ministerio instituido con todas sus exigencias pastorales.

                No podrán recibir un ministerio laical instituido:

                a) Aquellos que ya han iniciado el camino hacia el orden sagrado y han sido admitidos como candidatos al diaconado, pues en estos casos la recepción de los ministerios instituidos forma ya parte de su itinerario formativo que conduce al sacramento del orden.

                b) Los religiosos y religiosas, a no ser que sean referentes en una comunidad parroquial o coordinadores de la actividad catequética, respetándose siempre las directrices de su propia congregación o instituto religioso. En todo caso, ejercerán estos ministerios desde su profesión religiosa y desde el carisma que les es propio.

                c) Aquellos que llevan a cabo un servicio dirigido exclusivamente a los miembros de un movimiento eclesial. Ese servicio es confiado, de hecho, por los responsables de cada movimiento eclesial y no por el Obispo diocesano.

                d) Aquellos que se dedican exclusivamente a impartir clase de Religión y Mortal católica en las escuelas, a menos que desempeñen también otras tareas eclesiales al servicio de la parroquia o la diócesis.

    2. EL MINISTERIO DEL LECTOR.

    2.1. Identidad y misión.

                El ministerio de lector es principalmente litúrgico. Está al servicio de la proclamación de la Palabra de Dios en la celebración litúrgica, verdadero encuentro con Cristo, presente en la Palabra proclamada, y del diálogo entre Dios y su pueblo. Por tanto, se encuadra teológicamente en relación con la presencia de Cristo, Palabra encarnada, en la Iglesia y en el mundo, y en la tarea de la Iglesia para que la voz del Espíritu resuene en la proclamación y el anuncio de la Palabra de Dios por medio de la palabra humana.

                El lector, consciente de la responsabilidad adquirida, procure con todo empeño y ponga los medios idóneos para conseguir cada día más plenamente el suave y vivo amor por la Palabra así como el conocimiento de la Sagrada Escritura, para llegar a ser más perfecto discípulo del Señor.

    2.2. Competencias y tareas. 

                El lector queda instituido para la función, que le es propia, de proclamar la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Por ello proclamará las lecturas de la Sagrada Escritura, pero no el Evangelio, en la celebración de la santa Misa y en las demás celebraciones sagradas. Faltando el salmista, recitará el Salmo interleccional; y proclamará las intenciones de la oración universal de los fieles, cuando no haya a disposición un diácono. También podrá, cuando sea necesario, encargarse de la preparación de otros fieles a quienes se encomiende puntualmente la lectura de la Sagrada Escritura en los actos litúrgicos.

                Al lector instituido se le pueden encomendar, además, tareas de coordinación de otros ministerios:

                – Coordinar la organización de la liturgia de la Palabra.

                – Coordinar la formación permanente del grupo de lectores.

                – Preparar a los fieles para una recepción fructuosa de los sacramentos en los cursillos o reuniones que se organicen a tal efecto.

                – Colaborar en las actividades evangelizadoras y de catequesis, dando coherencia y consistencia a su servicio litúrgico.

                – Acompañar en la fe a los que desean un encuentro vivo con la Palabra de Dios, ofreciendo los métodos de lectura para una recta interpretación de la misma y posibilitar una fecunda espiritualidad y pastoral.

                – Coordinar y dirigir grupos de lectio divina, de plegaria y de meditación bíblica u otras similares.

                A nivel diocesano el lector, si así lo requiere el Obispo, puede ejercer su ministerio en parroquias que tengan necesidad de ello, especialmente a la hora de dirigir las «celebraciones dominicales en espera de presbítero», sobre todo si también es acólito o, al menos, ministro extraordinario de la comunión.

    3. EL MINISTERIO DEL ACÓLITO.

    3.1. Identidad y misión.

                El acólito (del griego akoluthein, seguir o acompañar) ejerce su servicio especialmente en la celebración eucarística, al servicio del altar, del presidente y de los demás ministros ordenados.

                El respeto y la veneración con que debe tratar el Cuerpo del Señor y todos los objetos sagrados, debe llevarle también a reconocer la presencia de Cristo, y a amarle y servirle, en sus hermanos, particularmente en los necesitados y enfermos (cf. 1 Cor 11, 29b; Mt 25,40).

                    El acólito queda instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al sacerdote. Es propio de él cuidar el servicio del altar, asistir al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la santa Misa. Además puede distribuir, como ministro extraordinario, la sagrada comunión, cuando faltan los ministros ordinarios (c. 845 CIC) o están imposibilitados por enfermedad, avanzada edad o ministerio pastoral.

                El acólito instituido, destinado de modo particular al servicio del altar, aprenda todo aquello que pertenece al culto público divino y trate de captar su sentido íntimo y espiritual, de forma que se ofrezca diariamente a sí mismo a Dios, siendo para todos un ejemplo de seriedad y devoción en el templo sagrado y además, con sincero amor, se sienta cercano al cuerpo místico de Cristo o pueblo de Dios, especialmente a los necesitados y enfermos.

    3.2. Competencias y tareas.

                Cristo está presente en la Eucaristía, «signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna». Al servicio de esta presencia ejerce su ministerio el acólito. Ejerce su servicio principalmente en la liturgia, asistiendo al altar y ayudando al presidente de la celebración y a los demás ministros.

                Las competencias del acólito son las siguientes:

                – El servicio del altar, que comprende diversas funciones; por ello es conveniente que se distribuyan entre varios acólitos. Si no hay acólitos instituidos suficientes, éstos hagan lo que es de más importancia, distribuyéndose lo demás a otras personas que puedan hacer el servicio.

                – Dentro de la celebración eucarística, en los ritos iniciales y en la liturgia eucarística, las competencias del acólito se recogen en la Ordenación general del Misal Romano.

                – En ausencia de otros ministros, los acólitos pueden:

                a) Leer las lecturas, cuando no haya lectores.

                b) Leer el Evangelio, si el sacerdote está impedido por enfermedad o es ciego.

                c) Proclamar las intenciones de la oración de los fieles.

                d) Prestar todos los servicios al sacerdote que preside la celebración, al diácono, al altar y a la asamblea, consistentes en: llevar la cruz, los candeleros o los cirios en las procesiones, ocuparse del incensario, del Misal y del Leccionario y de su colocación, servir el agua bendita, responder al celebrante, llevar el vino y el agua al altar, facilitar el lavabo y acercar todos los utensilios que se necesitan, distribuir las hojas o folletos para la participación de los fieles, y recoger sus ofrendas.

                Téngase especial aprecio y foméntese, siempre que sea posible, el servicio de los monaguillos, niños y adolescentes, chicos y chicas, que ayudan en el servicio del altar en las diversas celebraciones litúrgicas. Cuídese su preparación catequética y litúrgica, sin olvidar la dimensión vocacional que siempre ha rodeado a este ministerio.

                Al acólito instituido se le pueden encomendar, además, tareas de coordinación del equipo litúrgico, la preparación y el ensayo de las celebraciones, la coordinación de los demás ministros extraordinarios de la sagrada comunión que ejercen su ministerio en la parroquia, generalmente ad tempus.

                A nivel diocesano, el Obispo puede solicitar a través del párroco el ejercicio del ministerio del acólito instituido durante un tiempo en otra comunidad cristiana. Con todo, para dirigir las «celebraciones dominicales en espera de presbítero» es recomendable que, si se encomiendan a un acólito, éste sea también lector instituido, o, al menos, que haya ejercido el ministerio de lector durante un tiempo.

    3.3. El ministro extraordinario de la sagrada comunión

                El acólito instituido es también ministro extraordinario de la sagrada comunión y, como tal, tiene todas las competencias para ejercer este servicio de forma estable. El año 1972, el papa san Pablo VI estableció que los acólitos instituidos fuesen también ministros extraordinarios de la sagrada comunión de forma permanente. En 1973, la Sagrada Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos publicó la Instrucción Immensae caritatis, en la que se establecen los motivos, las modalidades y las competencias concretas que se pueden confiar a algunos laicos como ministros extraordinarios de la sagrada comunión.

                Es un ministerio extraordinario porque solo se ejerce en ausencia de ministros ordinarios suficientes. El gesto de «dar» la         comunión es uno de los gestos de Cristo en la Última Cena, que ordinariamente debe ser realizado en la celebración por los ministros ordenados que presiden o participan en la santa Misa. Este ministerio se ejerce al servicio de la comunidad, bien dentro de la celebración, bien fuera de ella, especialmente en el contexto de la pastoral de los enfermos e impedidos.

                Son competencias del ministro extraordinario de la sagrada comunión:

                a) Ayudar al presidente a dar la comunión dentro de la Misa, siempre y cuando no haya ministros ordenados suficientes que participen en la celebración y sean muchos los fieles que van a comulgar, o bien para facilitar la comunión bajo las dos especies.

                b) Llevar la comunión a los enfermos y personas impedidas a las que los presbíteros y diáconos no siempre pueden atender durante el domingo o los días festivos, a causa de las ocupaciones ministeriales.

                c) Puede dar la comunión fuera de la Misa en los casos en que esté previsto, bien de forma puntual, o bien dirigiendo celebraciones de la Palabra en las que se distribuya la comunión y, con la debida autorización del Ordinario, puede dirigir las «celebraciones dominicales en espera del presbítero» en aquellas comunidades que se vean privadas de la Eucaristía dominical.

                d) En caso de ausencia del ministro ordinario, puede también administrar el viático.

                e) En ausencia del sacerdote, diácono o acólito instituido, legítimamente impedidos, puede también exponer la Eucaristía a la adoración de los fieles, y realizar la reserva, sin dar la bendición.

                Este ministerio se confiará generalmente por un tiempo determinado -ad tempus-, en nuestra diócesis por tres años, pudiéndose renovar sucesivas veces, teniendo en cuenta el bien y las necesidades de la parroquia o comunidad cristiana.

                Cuídese la formación permanente de los ministros extraordinarios de la sagrada comunión. La Delegación diocesana para la Liturgia y la Espiritualidad deberá organizar periódicamente cursos de formación permanente, especialmente para las personas que renuevan el ministerio.

                Los nuevos ministros son presentados en la parroquia mediante el rito incluido en el apéndice I del Ritual de la sagrada comunión y el culto eucarístico fuera de la misa.

    4. EL MINISTERIO DEL CATEQUISTA.

    4.1. Identidad y misión.

                Como recuerda el Motu Proprio Antiquum ministerium, el ministerio catequético ha existido desde los orígenes mismos de la Iglesia, pero en este tiempo es necesario que se eleve su consideración a ministerio instituido por el bien de la propagación de la fe, tanto en el primer anuncio como en la iniciación cristiana.

                Este ministerio está al servicio del anuncio y de la transmisión de la fe, en todas sus dimensiones. Tiene su fundamento en el sacerdocio común de los fieles, que brota del bautismo y la confirmación, en virtud del cual los catequistas participan del oficio sacerdotal, profético y real de Cristo, y son testigos del Evangelio con el anuncio de la Palabra y el testimonio de su vida cristiana.

                El catequista instituido es el cristiano que ha recibido una llamada particular de Dios, concretada por medio de la Iglesia, y que, acogida con fe, es capacitado para el servicio comunitario de la transmisión de la fe y para la tarea de iniciar a otros en la vida cristiana. Su misión es ser en la Iglesia particular corresponsable en el anuncio y la transmisión de la fe, desempeñando tal función en colaboración con los ministros ordenados y bajo su guía.

    4.2. Competencias y tareas. 

                «Su competencia es el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se desarrolla en sus diversas etapas: desde el primer anuncio que introduce al kerigma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara a participar a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a dar razón de su esperanza a todo el que se lo pida» (AM n. 6).

                Al catequista instituido se le pueden encomendar de forma especial:

                a) La tarea de la formación y guía de otros catequistas y/o la responsabilidad para coordinar toda la actividad catequética.

                b) El trabajo pastoral en el campo del primer anuncio, sensibilizando en la fe y en la conversión, anunciando el kerigma, etc.

                c) La catequesis de iniciación en la vida cristiana de niños, adolescentes o adultos, especialmente en el catecumenado bautismal.

                d) La tarea de la formación catequética permanente de la comunidad cristiana.

                e) La catequesis de neocatecumenado de adultos o de revitalización cristiana.

                f) La tarea de la catequesis en el área de la pastoral familiar.

                A nivel diocesano, el catequista instituido puede ejercer su servicio como responsable de catequesis en la diócesis, arciprestazgos u otros ámbitos. También puede ser animador de las «celebraciones dominicales en espera de presbítero», teniendo entonces una vocación más amplia que la mera catequesis.

    5. CONCLUSIÓN

                Desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días se ha revitalizado la dignidad de la vocación laical en la Iglesia y en el mundo. Uno de los elementos que lo subrayan es la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista, para el servicio litúrgico o la transmisión de la fe.

                    Para favorecer en nuestra diócesis el acceso a estos ministerios laicales instituidos es necesario seguir los criterios precedentes que permiten el discernimiento de la vocación de quienes han sido llamados por Dios para ser acólito, lector o catequista. De la misma forma se señalan las funciones que los ministros instituidos han de realizar, bajo el criterio del Obispo diocesano, con las cuales se edifique la Iglesia y se realice el mandato misionero de Cristo (cf. Mt 28, 19-20).

                Todo esto necesita una formación específica; es decir, para ser instituido en uno de estos ministerios, el candidato ha de tener una sólida formación para que pueda cumplir competentemente la función que se le encomienda desde el carisma que el Espíritu Santo ha puesto en su corazón.

                Los ministerios son y serán un bien para la Iglesia, una esperanza para una Iglesia misionera que, en medio del mundo, sana los corazones de los hombres y mujeres, da testimonio del amor de Dios, anuncia la verdad de Jesucristo, la salvación del hombre y del mundo, y celebra los misterios de la fe.

    APÉNDICE: FORMACIÓN BÁSICA Y ESPECÍFICA.

                El futuro ministro instituido no solamente ha de tener una formación específica para el ejercicio del ministerio concreto de lector, acólito o catequista, para el que se prepara, sino que ha de contar con una formación básica sólida.

                Siempre que sea posible, los futuros candidatos recibirán la formación básica en la Escuela Diocesana de Teología o en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, cuando la Diócesis lo tenga, bien cursando y obteniendo el título de grado o al menos cursando algunas materias básicas como Cristología, Eclesiología, Introducción a la Sagrada Escritura, Liturgia, etc., que serán evaluadas y suficientemente superadas. Las instituciones docentes citadas serán las encargadas de ofrecer también la formación específica para los ministerios instituidos y de su evaluación.

                El Delegado diocesano para la Liturgia y la Espiritualidad de acuerdo con el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado determinarán la formación básica y específica para cada candidato.

                En el diseño del Plan de formación, los citados Delegados se regirán por el Apéndice Orientaciones sobre la formación de los futuros lectores, acólitos y catequistas instituidos, del citado documento Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista, de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (págs. 45-69).

                El Plan de formación básica se articulará en cuatro bloques temáticos:

                I. Revelación y Sagrada Escritura

                II. Cristología y Eclesiología

                III. Liturgia y Sacramentos

                IV. Ministerios en la Iglesia

                Para cada uno de los ministerios instituidos se ofrecerán temas formativos específicos, siguiendo las Orientaciones citadas de la Conferencia Episcopal Española.

               

    Castellón de la Plana, 2 de abril de 2024. 

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    La Diócesis participa en las jornadas nacionales de Catequesis, celebrada en Málaga

    12 de febrero de 2024/0 Comentarios/en Conferencia Episcopal, De Catequesis y Catecumenado, Noticias/por obsegorbecastellon

    La presentación del catecismo de adultos “Buscad al Señor” ha sido el hilo conductor de las Jornadas de Delegados y responsables de Catequesis y Catecumenado que se celebraron la semana pasada en Málaga, organizadas por la Conferencia Episcopal Española, y a las que asistió el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado, D. Juan Agost.

    El director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, Francisco J. Romero Galván, explicó el proceso de elaboración del «Catecismo Buscad al Señor», para el catecumenado de adultos, en el que «han trabajado durante tres años dos catequetas, una pedagoga y un liturgista, cuidando todos los detalles de este nuevo material. Al concluir el proceso, lo enviaron a Roma, al Dicasterio de la Evangelización, donde le dieron aprobación en octubre de 2023. Desde noviembre se está presentando ante las diversas personas implicadas en la catequesis», explicó Jesús Hurtado, delegado de Catequesis de la Diócesis de Málaga.

    Una de las novedades de dicho documento es que se basa en las distintas etapas del RICA (Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos), en lo que basó su ponencia D. José Rico Pavés, obispo de Jerez de la Frontera y presidente de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, en la segunda de las ponencias de las jornadas. «Mons. Rico Pavés nos ha hablado de esas cuatro etapas del RICA: el precatecumenado y el catecumenado, la iluminación, la purificación y la mistagogía, y cómo también el Catecismo de Adultos está basado en esas cuatro etapas», explicó Hurtado.

    La pregunta es, ¿a quién va dirigido este catecismo de adultos? «Sobre todo, a aquellos adultos que no están bautizados, los futuros catecúmenos, pero también a aquellos que se reinician en la vida cristiana, es decir, que están bautizados pero no han completado su proceso de Iniciación Cristiana, porque no se hayan confirmado, o que aunque lo completaran en su momento, necesitan reiniciarse en la vida cristiana», explicó el delegado de Catequesis.

    El nuevo Catecismo consta de 49 temas divididos en las cuatro etapas de las que nos habla el RICA y en los tres ritos de paso o celebraciones intermedias que nos ofrece. Va acompañado de una guía para el catequista y un material de celebraciones litúrgicas.

    Otros ponentes de las jornadas fueron Lino Díez Valladares, profesor de liturgia del Instituto de Pastoral y comentarista de las celebraciones de 13TV, que habló sobre “Las celebraciones litúrgicas en el proceso de la Iniciación Cristiana” y presentó la carpeta de celebraciones del nuevo Catecismo; y la hermana María Granados Molina, subdirectora del Secretariado de la Comisión, que presentó la guía del Catecismo y la estructura de cada tema.

    En la tarde del miércoles contaron con la participación del dibujante malagueño Pachi Velasco Fano, que hizo una presentación de la obra catequética de san Manuel González a través de sus dibujos, y realizaron una visita al Seminario y celebraron la Eucaristía, donde se hizo entrega simbólica del Catecismo a un grupo de catecúmenos.

    También tuvieron tiempo para visitar la iglesia de San Lázaro y el Santuario de la Patrona, la Virgen de la Victoria, «toda una catequesis visual sobre la vida de san Francisco de Paula y el paso desde la vía purgativa a la vía unitiva con Dios, pasando por la vía iluminativa en la medida en que vamos subiendo desde la cripta al camarín de la Virgen de la Victoria», explicó el delegado malacitano.

    Las jornadas concluyeron en la mañana del jueves con la puesta en común de algunos de los proyectos más significativos que se vienen realizando en cada provincia eclesiástica, para «animarnos a implantar este Catecismo también en nuestra Diócesis», concluyó Jesús Hurtado.

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    Los catequistas de Burriana participan en unas jornadas de formación

    15 de enero de 2024/0 Comentarios/en Curso Pastoral 2023-24, De Catequesis y Catecumenado, Noticias/por obsegorbecastellon

    Como ya hicieran los de Castellón y Benicàssim a finales del pasado año, un total de 26 catequistas de las parroquias de Burriana han compartido varias sesiones de formación.

    Siguiendo las indicaciones de nuestro Obispo D. Casimiro, y acompañados por el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado, D. Juan Agost, han leído y estudiado el Directorio para la Catequesis del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

    El Primer Anuncio de Jesús que centra el presente Plan Diocesano de Pastoral les ha enfocado para explorar las diversas claves que les ofrece el Directorio para la renovación de la catequesis: poner en el centro a la Persona de Jesús, el protagonismo del Espíritu Santo, vivir nuestra identidad y misión como discípulos misioneros en una Iglesia evangelizadora que camina sinodalmente en salida misionera.

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    Los catequistas de Castellón y de Benicàssim participan en unas jornadas de formación

    21 de diciembre de 2023/0 Comentarios/en Noticias, Curso Pastoral 2023-24, De Catequesis y Catecumenado/por obsegorbecastellon

    Durante las últimas semanas de noviembre y diciembre, veintitrés catequistas de diversas parroquias de Castellón y de Benicàssim han compartido cinco sesiones de formación en los salones parroquiales de la Concatedral de Santa María.

    Siguiendo las indicaciones de nuestro Obispo D. Casimiro, y acompañados por el Delegado diocesano para la Catequesis y el Catecumenado, D. Juan Agost, han comenzado la lectura y estudio del Directorio para la Catequesis del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

    El Primer Anuncio de Jesús que centra nuestro Plan Diocesano de Pastoral nos ha enfocado para explorar las diversas claves que nos ofrece el Directorio para la renovación de nuestra catequesis: poner en el centro a la Persona de Jesús, el protagonismo del Espíritu Santo, vivir nuestra identidad y misión como discípulos misioneros en una Iglesia evangelizadora que camina sinodalmente en salida misionera.

    Juntos, los catequistas han reflexionado sobre cómo avanzar para que las catequesis sean más de inspiración catecumenal, kerigmática y mistagógica.

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    El Obispo insta a los sacerdotes “promover una cultura vocacional”

    12 de diciembre de 2023/2 Comentarios/en De Catequesis y Catecumenado, De Familia y Vida, De Infancia y Juventud, Delegación para el clero, Delegación para la Vida Consagrada, Delegación para los Laicos, Noticias destacadas, Pastoral Vocacional/por obsegorbecastellon

    Nuestro Obispo ha remitido una carta a todos los párrocos y sacerdotes de la Diócesis de Segorbe-Castellón solicitando promover una cultura vocacional que lleve al encuentro personal con Cristo.

    D. Casimiro expresa su preocupación y el de toda la Iglesia diocesana por escasez de las vocaciones cristianas, tema tratado en las últimas reuniones del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral. Tal y como explica, la vocación cristiana y la pastoral vocacional en general están muy relacionadas con el Primer Anuncio, tema en el que nos estamos centrando en el presente curso pastoral.

    Dicha escasez de vocaciones abarca al sacerdocio, a la vida consagrada, a los matrimonios y al laicado comprometido, indica el Obispo. Aunque muchos son los bautizados, pocos son “los que entienden y viven su condición de bautizados como una llamada a la santidad, a la perfección del amor, en el camino concreto por el que el Señor nos llama”. No hay cristiano sin vocación, explica, pues “cada bautizado tiene de Dios una llamada a vivir su vocación cristiana”.

    Ha habido un claro cambio en el estatus cultural anterior, de modo que ahora nuestra cultura “rechaza esta manera de concebir la plenificación humana”. Por ello, “la nueva evangelización debe reanunciar el sentido fuerte de la vida como «vocación», en su fundamental llamada a la santidad”.

    En estos momentos, tal y como recordó el Papa Francisco en el reciente encuentro con los obispos españoles, es “urgente promover una cultura vocacional”, por lo que toda acción pastoral debe estar orientada a “desarrollar una atmósfera en la que los niños, jóvenes y adultos puedan disponerse a discernir con cuidado y abrazar libremente la propia vocación como forma permanente de vida a la que están llamados por el Señor en la Iglesia”, señala D. Casimiro.

    Para ello, la pastoral vocacional debe entenderse y desarrollarse como “un verdadero itinerario de fe que lleve al encuentro personal con Cristo”, y debe estar en estrecha relación con la pastoral ordinaria, en especial con la pastoral de la iniciación Cristiana, de la infancia y juventud y con la pastoral de la familia.

    Por ello, como un primer paso en la creación de esta necesaria cultura vocacional, y de acuerdo con el Delegado diocesano para la pastoral vocacional, D. Juan Carlos Vizoso Corbell, el Obispo ha encargado a la Hna. Catalina Nowak, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret de Benicàssim, “que se ofrezca para ir a parroquias y otras realidades eclesiales a hablar de esta cuestión”, con quien se puede contactar a través del teléfono 680 563 596.

    Puedes leer la carta del Obispo a los sacerdotes AQUÍ

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    Ya está editado el catecismo de adultos: “Buscad al Señor”

    1 de diciembre de 2023/1 Comentario/en Conferencia Episcopal, De Catequesis y Catecumenado, Noticias/por obsegorbecastellon

    La Editorial EDICE ha publicado el catecismo de adultos: «Buscad al Señor», que fue aprobado por la Asamblea Plenaria de noviembre de 2022. Desde el secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado presentan este nuevo Catecismo, enfocado al catecumenado y la reiniciación cristiana de adultos. Con su publicación, la CEE completa la edición de sus documentos de la fe.

    .

    La Conferencia Episcopal Española ofrece a la Iglesia de España un nuevo documento de fe. Se trata del Catecismo para Adultos llamado “Buscad al Señor”. De esta manera culmina con este Catecismo la respuesta de los obispos españoles a la petición de san Juan Pablo II en la constitución apostólica Fidei Depositum, donde pedía que cada Conferencia Episcopal pudiese hacer llegar a todos, pequeños y mayores, el contenido del Catecismo de la Iglesia Católica, teniendo en cuenta las diversas situaciones y culturas. Así, los Catecismos publicados, y que están siendo utilizados en las comunidades cristianas de nuestro país, son Mi encuentro con el Señor, para el despertar la fe de los más pequeños con sus familias; Jesús es el Señor, para la infancia; Testigos del Señor, para la catequesis con adolescentes y jóvenes; y, ahora, Buscad al Señor, para los adultos.

    “Buscad al Señor” es un documento que contiene la fe de la Iglesia que se transmite en la catequesis de iniciación cristiana con adultos, con el fin de que sea acogida en sus corazones y les ayude en su proceso espiritual hasta madurar la fe y la conversión. Este Catecismo no contiene una letra muerta del pasado, sino la experiencia de la fe de la Iglesia que se entrega al catecúmeno o catequizando para que, una vez que se haya encontrado con el Señor, pueda acogerla, iluminar su vida y dar una respuesta a Jesucristo. Así, el Espíritu Santo va a edificar un cristiano por la catequesis y la celebración litúrgica, apoyado en el Catecismo “Buscad al Señor”.

    ¿Por qué ahora este Catecismo?

     Sin duda que los destinatarios adultos de nuestras catequesis no tienen la misma mentalidad que los que vivieron en décadas precedentes, el contexto en el que viven es nuevo, la realidad social y cultural de la que participan les pide una respuesta sencilla y clara a los planteamientos de siempre, a sus dudas e inquietudes. Por tanto, este nuevo catecismo busca ayudar en el proceso de iniciación cristiana a aquellos que, habiéndose encontrado con Cristo, le aman, quieren seguirle, conocerle e imitarle, desean aprender a ser cristianos guiados por la madre Iglesia presente en cada comunidad cristiana. “Buscad al Señor” es un nuevo Catecismo para un nuevo tiempo, que responde a las necesidades del hombre y la mujer del hoy, con el lenguaje que entienden.

    ¿Quiénes son sus destinatarios?

    La catequesis con adultos, al servicio de la cual nace este catecismo, tiene dos destinatarios fundamentales. Por una parte, aquellos que realizan el catecumenado bautismal, es decir, los que se están iniciando como discípulos de Cristo para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. Por otra parte, los que ya están bautizados y ahora desean revitalizar su fe, bien porque la necesitan afianzar y madurar, bien porque se alejaron de Cristo y de la Iglesia, y desean volver a la vida cristiana. En el subtitulo del Catecismo se señala abiertamente quienes son sus destinatarios: “Catecismo para el catecumenado de adultos y para la revitalización de la vida cristiana”.

     ¿Cuáles son los elementos que quiere tener en cuenta?

    Este documento de fe responde a las preguntas e interrogantes fundamentales, dudas… del hombre y la mujer de nuestro tiempo. Al mismo tiempo, ofrece los fundamentos de lo que cree, celebra, vive y ora un cristiano, para que el catecúmeno o catequizando se introduzca en el Misterio de Cristo y consolide su respuesta.

    Las dos columnas en las que se asienta, siguiendo el proceso de iniciación cristiana de adulto que el RICA (Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos) indica son la catequesis y la liturgia. Ambas llevan de la mano de manera complementaria a la oración, a la vida de la gracia, al diálogo con la cultura, con la ciencia, con el mundo en el que el iniciando vive y desarrolla su existencia. Quiere “Buscad al Señor” ayudar a poner los fundamentos de la vida cristiana a quien se está construyendo como discípulo de Cristo, para que aprenda a ser cristiano en el mundo en el que les ha tocado vivir, se introduzca en la comunidad de fe y sean discípulos misioneros en los ambientes.

    El Catecismo que presentamos quiere, ante todo, ayudar al catequista en la catequesis para que acompañe el proceso de iniciación cristiana de los adultos. Para ello contará, junto al Catecismo, con una guía para la catequesis y una carpeta con las celebraciones que se han de realizar a lo largo del proceso iniciático. El Catecismo es para la catequesis y para que el catequista, por medio de él, pueda anunciar la fe de la Iglesia. Por tanto, Catecismo, guía y celebraciones forman un todo unitario para el servicio de la transmisión de la fe.

    Un Catecismo para una nueva catequesis

    La catequesis no es una acción puntual, es decir, no pretende anunciar de modo deshilvanado un conjunto de temas en unas sesiones más o menos extensas en el tiempo. La catequesis es un proceso, un camino a recorrer con la gracia de Dios. Este proceso requiere una catequesis narrada por un discípulo de Cristo que anuncie la doctrina desde su propia experiencia de fe vivida en la Iglesia; unas celebraciones que vertebren dicho itinerario y en las que la gracia divina se haga presente por medio de ellas. Lo que se anuncia en la catequesis se hace palpable por la liturgia que concede la gracia del Señor. De modo complementario la catequesis y la liturgia, como venimos diciendo, van haciendo crecer al catecumenado o catequizando.

    Sigue el Catecismo el modelo del proceso del RICA

    El modelo del proceso catequético que está presente en el Catecismo “Buscad al Señor” es el señalado en el Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). El RICA es, además de un Ritual, un documento en el que se indican las acciones catequéticas y pastorales que se han de llevar a cabo con aquellos que realizan su iniciación cristiana. El RICA sirve de guía para la acción catequética y litúrgica del itinerario de iniciación cristiana de adultos.

    El catecismo Buscad al Señor sigue paso a paso las indicaciones de este Ritual, es más, está estructurando según sus orientaciones. Hay cuatro etapas en su recorrido, jalonado por tres ritos significativos, llamados grados, que concluyen una etapa y abren las puertas para la siguiente.

    Siguiendo “Buscad al Señor” y el recorrido procesual del RICA estas son las etapas y las celebraciones que encontramos en el Catecismo y en el discurrir de sus temas:

    Primera etapa: el precatecumenado

    La primera etapa que termina con el Rito de entrada en el catecumenado, es el precatecumenado. Después que la persona se ha encontrado con Jesucristo por medio del testimonio y de la palabra de otro cristiano, nace una simpatía por el Evangelio y por la vida cristiana. En esta etapa el simpatizante es acompañado por la Iglesia por medio de unas catequesis en las que se realiza la evangelización del kerigma de la fe, de los elementos básicos y nucleares, con el fin de que la persona conozca los rudimentos de la fe, de los primeros pasos en el conocimiento de la comunidad cristiana y descubra si ese es el camino que quiere emprender de fe y conversión para responder a sus interrogantes y encontrar un sentido a la vida. Es un tiempo muy necesario que nunca se debe omitir. Sin él, y sin haber alcanzado sus objetivos, no se debe pasar a la siguiente etapa. Aquí se le darán las primeras oraciones. Experimentaran de manera reiterativa el encuentro con Jesucristo.

    Segunda etapa: el catecumenado

    Le sigue la etapa del catecumenado, larga en el tiempo, que busca consolidar la fe y la conversión. Es el tiempo para el anuncio del contenido de la fe de modo sistemático, íntegro y orgánico. La narración de las verdades doctrinales, el acompañamiento personal, la celebración y el aprendizaje práctico de la vida de un cristiano irá dando la forma de Cristo al catecúmeno o catequizando. Son propias de esta etapa las celebraciones de la Palabra, los exorcismos menores y las bendiciones. Culmina este tiempo con el Rito de elección o de inscripción del nombre. Dios elige por medio de la Iglesia a estos para los sacramentos de la iniciación cristiana.

    Tercera etapa: purificación o iluminación

    El Rito de elección o de inscripción del nombre da paso a la tercera etapa del proceso, la purificación e iluminación. Un tiempo que coincide con la cuaresma y las catequesis doctrinales se convierten en catequesis espirituales. Es una etapa para la preparación espiritual al bautismo o a la renovación del mismo. Hay que purificarse del pecado y dejarse iluminar por la Palabra del Señor. Se realizan los escrutinios y las entregas. Es un momento significativo para la profundización espiritual guiados por el acompañamiento personal. Termina esta etapa con la celebración la noche de la Pascua de los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía, o la renovación de ellos en el caso que los catequizandos los hubieran recibido ya previamente.

    Cuarta etapa: la mistagogía

    La cuarta etapa es la mistagogía. Ahora las catequesis explanan o explican los ritos y su significación espiritual para quienes los han recibido. Es el tiempo para la integración en la comunidad cristiana, estableciendo lazos afectivos con todos sus miembros. Es el momento para el ejercicio de la caridad. Los cincuenta días de la Pascua, o si se ve oportuno alargarlo por el bien de los miembros del grupo, darán una nueva visión de la vida cristiana, de su práctica y, especialmente, de los sacramentos. La catequesis debe tener siempre un aspecto mistagógico.

    Cada tema de “Buscad al Señor”

    Cada tema del Catecismo esta dividido en varios apartados que se van sucediendo en cuatro páginas. Se abre con una obra de arte que sintetiza de manera gráfica lo que deseamos profundizar en el tema. Junto a ella hay una frase significativa, bien de un padre de la Iglesia, santo o autor espiritual. Esta ilustra de alguna manera la imagen contenida en la obra de arte. Bajo ellas aparece en letra bien identificable el título del tema. Le sigue un texto bíblico que resume e ilumina el contenido de lo que vamos a transmitir al catecúmeno o catequizando para que lo acoja y lo interiorice. Parte, por tanto, cada tema de una cita de la Palabra de Dios que fundamenta lo que vendrá a continuación en el texto. Este apartado lleva por nombre “Lámpara es tu Palabra para mis pasos” y se le reconoce con el símbolo de una lámpara encendida.

    En la segunda página llegamos al apartado “Para iluminar la vida”. En él se recoge el pensamiento, los interrogantes, las cuestiones… que pueden plantearse entre los miembros del grupo de catequesis. Estas cuestiones, y otras que pueden aparecer a raíz de ellas, posibilita a cada uno poner encima de la mesa aquello que se habla en su entorno, que piensan sus conciudadanos y ellos mismos… Siempre con el objetivo de generar interés e inquietud para acoger la Palabra de Dios que se le irá anunciando en esa catequesis. El símbolo de este apartado es una estrella.

    En el resto de la segunda página y en la página siguiente llegamos al contenido propio de la fe expresado con un lenguaje cercano y sencillo. Allí se encuentra lo que la Iglesia cree en referencia al tema que se está tratando. Por eso este apartado lleva por título “La fe de los cristianos” y su símbolo es un pez. En el lateral se encuentran referencias al Catecismo de la Iglesia Católica que, tanto el catecúmeno como el catequizando, pueden consultar para profundizar en su contenido.

    La página cuarta recoge dos apartados. El primero es “La expresión de fe”, cuyo símbolo es un crismón. Aquí se desea subrayar que la dimensión celebrativa, oracional y de compromiso de vida es parte del proceso catecumenal. La fe que se ha transmitido exige ponerla en práctica por medio de la oración, de la celebración o del comportamiento moral. Le sigue el último apartado “La fe hecha cultura”. La riqueza de fe que expresan las diferentes artes se recoge en este apartado para ayudar a dialogar con la cultura en la que vive inserto el iniciando.

    Es deseo de los obispos españoles contribuir con este Catecismo a enriquecer la vida de las comunidades cristianas con la incorporación de nuevos hijos que han madurado su fe mediante un proceso de iniciación cristiana que le ha llevado a recibir los sacramentos de la iniciación cristiana o les ha permitido revitalizar su fe. Hay muchos que buscan al Señor. La Iglesia los desea acoger y acompañar para que lo encuentren. El Catecismo “Buscar al Señor” es un instrumento a su servicio.

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    La información más destacada de la Iglesia de Segorbe-Castellon en EL ESPEJO de COPE.
Entrevistamos a Noelia Nicolau, Presidenta de la Hospitalidad Diocesana de Lourdes en los preparativos de la peregrinación de este año
    Toda la información de la Iglesia de Segorbe-Castellón en la semana del cónclave y de la elección de León XIV como Papa
    Castellón ha vivido un fin de semana repleto de fervor y tradición en honor a su patrona, la Mare de Déu del Lledó, con motivo de su fiesta principal. Los actos litúrgicos y festivos han contado con una alta participación de fieles, entidades sociales, culturales y representantes institucionales de la ciudad, en un ambiente marcado por la devoción mariana y la alegría pascual.
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    12 May 2024

    #JornadaMundialdelasComunicacionesSociales

    📄✍️ Hoy se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «#InteligenciaArtificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone @Pontifex_es 💻❤️

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    12 May 2024

    #CartaDelObispo #MayoMesDeMaria

    💐🙏 El Obispo nos exhorta, en su carta semanal, a contemplar a la Virgen e imitarla en su fe, esperanza y caridad, porque ella dirige siempre nuestra mirada hacia Jesús; y nos ofrece y nos lleva a Cristo ✝️

    Responder en Twitter 1789568711168233927 Retuitear en Twitter 1789568711168233927 Dar me gusta en Twitter 1789568711168233927 Twitter 1789568711168233927
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    4 días atrás

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    ✝️Ha fallecido el Rvdo. D. Miguel Antolí Guarch, a los 91 años.🕯️La Misa exequial será mañana, jueves 15 de mayo, a las 11:00 h en la Concatedral de Santa María (Castellón), presidida por nuestro Obispo D. Casimiro.🙏 Que descanse en la paz de Cristo. ... Ver másVer menos

    Fallece el Rvdo. D. Miguel Antolí Guarch - Obispado Segorbe-Castellón

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    El Reverendo D. Miguel Antolí Guarch falleció esta pasada noche a los 91 años, tras una vida marcada por su profundo amor a Dios, su vocación sacerdotal y su
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