Cuando el cardenal Charles Lavigerie, fundador de los Misioneros de África, envió los primeros equipos a través del desierto para evangelizar África subsahariana, la aventura acabó con los Padres Blancos masacrados. Una de sus principales consignas era el «tout à tous» , es decir, darse a todos, incluso hasta el martirio si era necesario. Y sin embargo siguieron intentándolo. La razón es que para esta sociedad misionera que cumple 150 años, la misión nace del amor: «Amar a África y a los africanos». Hoy los Padres Blancos forman parte de la historia reciente de los pueblos africanos.
El sábado pasado, 10 de noviembre, la Delegación Diocesana de Misiones organizó una mesa redonda para recoger el testimonio de estos misioneros. Junto los padres Agustín Arteche y Jesús Esteibarlanda, también participaron el matrimonio Agustín Piquer y Eva Sales que han sido familia en misión en Perú, Rusia y Argentina. Esta iniciativa quiere convertirse en el germen de una Jornada del Misionero Diocesano.
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