Queridos diocesanos, queridos niños y niñas:
Este segundo domingo de enero celebramos en España la Jornada de Infancia Misionera y, el sábado siguiente, 20 de enero, tendremos en nuestra Diócesis el Encuentro diocesano anual. Es una alegría encontrarse cada año con centenares de niños y niñas, venidos de todos los rincones de la Diócesis, acompañados por sus padres, catequistas, profesores y sacerdotes. Los pequeños intuyen muy bien y celebran con alegría que ellos también son Iglesia y que también ellos están enviados a la misión de llevar el Evangelio a todos; ellos quieren ser “pequeños misioneros” (san Juan Pablo II); y ellos saben que su oración, sacrificio y aportación, por pequeña que sea, es muy importante para que el amor de Dios, recibido en Jesús, llegue a todos, en especial a los niños tan necesitados en los llamados ‘países de misión’. La experiencia del encuentro nos anima a todos, pequeños y mayores, a ser misioneros con la fuerza y el coraje necesarios para seguir anunciando el Evangelio.
El papa Francisco recuerda una y otra vez que la misión es la razón de ser de nuestra Iglesia y que es parte fundamental de nuestra condición de bautizados. Esto vale también para los niños y las niñas, que son, precisamente, los protagonistas de Infancia Misionera. Recordemos que esta obra nació para que los niños cristianos pudieran ser misioneros ayudando a los niños en países de misión. Fue puesta en marcha en 1843 por el obispo francés Forbin-Janson, movido por las noticias que los misioneros le contaban sobre la difícil situación de los niños en el continente asiático. De acuerdo con Paulina Jaricot, este obispo francés pensó que los niños podían ayudar a otros niños de los países de misión, rezando un avemaría cada noche y ofreciendo por ellos una limosna. Así de sencillo.
Sí, también los niños son misioneros, no por concesión de los mayores, sino por su bautismo que les llama a ser discípulos misioneros de Jesús. Esta es la razón honda y la propuesta de Infancia Misionera: que los niños tengan el protagonismo misionero que les corresponde por razón de su bautismo. Los niños de Infancia Misionera escuchan, contemplan, preguntan, rezan y entregan su ofrenda con amor. No importa la cantidad, sino el amor con que el niño lo ofrece.
El lema para la Jornada y el Encuentro de este año es “Comparto lo que soy”. La misión a la que nos envía Jesús no es dar cosas, o no es sólo dar cosas. La misión es compartir con los demás con alegría lo que soy por el bautismo, a saber, hijo amado por Dios, para que su amor llegue a todos; es compartir con otros la amistad con Jesús, la fe y la confianza en Él, que nos da esperanza y aliento en nuestro día a día y nos envía a vivir la caridad con todos. Quien ha tenido la dicha y la experiencia de conocer, encontrarse con Jesús y seguirle, se lo dice a los demás; comunica con su palabra y su vida aquello que ha experimentado, visto y oído. Quien sabe apreciar con gratitud el don tan bello de la amistad con Jesús siente la necesidad de comunicarlo a los otros. Compartir lo que soy es también sentirse unido a todos los niños del mundo y a nuestros misioneros que llevan por todo el mundo el Evangelio, la vida de fe, la alegría de ser hijos de Dios. Compartir lo que soy es compartir lo poco o mucho que tengo con los que menos tienen.
El Papa nos ha propuesto para este año intensificar la oración. Hemos de aprender a rezar por la misión, a hablar a Dios de la misión y a escuchar al Señor para la misión. Aunque estemos en lugares muy distintos y distantes, la oración por la misión nos une a todos con Dios en una cadena o sinfonía y nos ayuda a caminar juntos en la misma dirección. Dios nos escucha siempre. Sabemos bien que nada de lo que oramos con fe, damos con generosidad u ofrecemos a Dios, quedará sin fruto.
Os animo a todos –niños y niñas, catequistas y profesores, parroquias y colegios, movimientos y comunidades eclesiales, a participar junto con vuestros sacerdotes en el encuentro diocesano de Infancia Misionera el próximo sábado, día 20, en el Seminario Diocesano Mater Dei. Estoy seguro que nos os defraudará.
Queridos niños y niñas de Infancia Misionera. Jesús cuenta con cada uno de vosotros para que el Evangelio siga anunciándose en tierras de misión y entre nosotros. Cuenta con vuestra oración, con vuestro sacrificio y con vuestro amor por las misiones. Quizá un día algunos lo hagáis también como misioneros. ¡Gracias por vuestra implicación! ¡Sed amigos de Jesús! ¡No perdáis vuestro espíritu misionero!
Con mi afecto y bendición,
+ Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón