La Peregrinación Diocesana vive su día más intenso en la Audiencia con el Papa Francisco
Los peregrinos que se encuentran en Roma vivieron ayer el día más intenso, experimentando la belleza de ser hijos de nuestra Madre la Iglesia. Con gran alegría participaron en la Audiencia con el Santo Padre en el la Plaza de San Pedro del Vaticano, como signo de unidad con la Iglesia Universal y de comunión con el obispo de Roma.
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Nuestro Obispo le saludó y le agradeció, en su nombre y en el de toda la Diócesis de Segorbe-Castellón, que nos haya concedido el don de la indulgencia plenaria que hemos podido ganar durante el Año Jubilar diocesano que hemos celebrado. Además, tal y como nos escribió en su carta del domingo pasado, le expresó al Papa nuestro sincero amor filial y nuestra comunión con él.
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D. Casimiro le entregó un plato de cerámica de l ´Alcora que, a través de los escudos de la Diócesis y el del pontificado de Francisco, deja constancia de la comunión de la Iglesia de Segorbe-Castellón con el sucesor de Pedro.
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En su catequesis, Francisco habló de la pasión por la evangelización, el celo apostólico del creyente. Fueron palabras que, sin duda, nos ayudan a todos en este nuevo curso que acabamos de comenzar y que vamos a dedicar al Primer Anuncio.
Resumen en español:
En nuestra catequesis de hoy nos acercamos a la figura de san Daniel Comboni, un misionero lleno de celo apostólico por el continente africano. Daniel fue un enamorado de Dios y deseaba llevar ese amor a todas las personas que encontraba en su camino. En un contexto marcado por el horror de la esclavitud social, descubrió que la raíz más profunda de toda esclavitud es la del corazón, —es decir el corazón esclavo del pecado—, de la cual nos libra el Señor, y dedicó su vida a combatir esas esclavitudes anunciando el Evangelio.
La experiencia del amor gratuito de Dios nos hace verdaderamente libres. Esta certeza llevó a Daniel Comboni a trabajar incansablemente para que los cristianos no sean sólo “espectadores” sino “protagonistas” de la acción evangelizadora de la Iglesia. Con su testimonio de vida, este santo nos indica que la fuente de toda actividad misionera es la caridad y que la misión no se lleva adelante de manera solitaria, sino siempre en comunión con toda la Iglesia, “caminando juntos”.
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Puedes leer la catequesis íntegra AQUÍ
Tras la audiencia, nuestros peregrinos visitaron la Basílica de San Pedro, donde celebraron una Eucaristía, que presidio el Obispo en el altar de la Cátedra, junto a la tumba del apóstol Pedro.
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“Como peregrinos venimos a las raíces de nuestra fe, junto con los apóstoles, que son los cimientos de nuestra Iglesia, donde se hace presente la Iglesia de Jesús”, dijo en la homilía.
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Además, “el Vicario de Cristo sobre la tierra, el Papa Francisco, es el icono de la comunión”, lo que nos ha concedido el Señor “en nuestro Año Jubilar”.
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“Hemos podido estar con el Papa – continuó D. Casimiro – que nos ayuda con su magisterio”.
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También, en el altar de la Cátedra de San Pedro pidió a Dios “que aumente nuestra fe”. “No es fácil seguir a Cristo, lo vemos en Pedro, pero al final de su vida vino a Roma a seguir a Cristo, y aquí murió”. Que “Pedro nos ayude a fortalecer nuestra fe y nuestra comunión con Cristo”, pidió.
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Por la tarde visitaron los monumentos más destacados de la Roma Barroca.